sábado, febrero 28, 2009

el enamorado


*leonora carrington

«Llamé, llamé a la puerta que encerraba un terrible silencio. "Agnes está muy fatigada, Agnes está muy fatigada", gritaba yo lo más fuerte qe podía. Finalmente una vieja cabeza se asomó por la ventana y dijo: "No sé nada. Aquí el patrón es el zorro. Déjeme dormir: usted me fastidia". Agnes se puso a llorar. No quedaba otro remedio: tenía que dirigirme al zorro.
"¿Tiene usted camas?" le pregunté varias veces. No respondió nada: no sabía hablar. Y de nuevo la cabeza, más vieja que antes, que desciende suavemente desde la ventana, atada a un cordoncito: "Diríjase a los lobos; yo no soy el patrón aquí. Déjeme dormir, por favor". Acabé por comprender que esa cabeza estaba loca y que no tenía sentido continuar. Agnes seguía llorando. Di varias vueltas alrededor de la casa y al fin pude abrir una ventana por la que entramos. Nos encontramos entonces en una cocina alta; sobre un gran horno enrojecido por el fuego había unas legumbres que se cocían solas y saltaban por sí mismas en el agua hirviendo; ese juego las divertía mucho. Comimos bien y despues nos acostamos sobre el piso. Yo tenía a Agnes en mis brazos. No pudimos dormir ni un minuto. esa terrible cocina contenía toda clase de cosas. Una enorme cantidad de ratas se habían asomado al borde exterior de sus agujeros y cantaban con vocecitas aflautadas y desagradables. Había olores inmundos que se inflaban y desinflaban uno tras otro, y corrientes de aire. Creo que fueron las corrientes de aire las que acabaron con mi pobre Agnes. Ya nunca más se recobró. Desde ese día habló cada vez menos».
Y el frutero estaba tan cegado por las lágrimas que no tuve dificultad en escaparme con mi melón.

de La dame ovale, GLM, París, 1939.

Leonora Carrington: Lancashire, Inglaterra, 1917.

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