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jueves, septiembre 14, 2017

carolina dávila. postal de buenos aires


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Postal de Buenos Aires

Esta ciudad está viva
y es como la gorda mujer que canta mientras todo tiembla

Como esa mujer a la que no le importa que el mundo
vaya a pique
porque se levantó hermosa
o se maquilló demasiado
o usó zapatos altos, unos zapatos rojos, altísimos
que le alargaban las piernas

Y es también como esa mujer que soñó algo obsceno
muy sucio
y sonríe toda la jornada,
                          frente a la pantalla
                                                   en su oficina.

Sí, esta ciudad está viva
y es una mujer

O tal vez es un film italiano largo, muy largo
que en el minuto noventa y cinco se harta de sí mismo
y entonces canta, vibra
y decide ser un homenaje
algo menos real y más histriónico

Yo
(que sé de ciudades que también son mujeres)
lo noté de inmediato
en sus adoquines flojos
en sus balcones desvencijados
en su lluvia,
              más pasional que cualquier llanto,
que viene fuerte y se detiene
como una mujer que cede y luego se arrepiente
para al final ceder de nuevo.

Carolina Dávila, Bogotá, 1982

lunes, septiembre 24, 2012

fernando rendón. hablaré con una voz de greda y otros poemas




2

Hablaré con una voz de greda de un sueño antiguo casi olvidado.

Pero no hablaré para renegar del plural de una prehistoria de espesas frondas, cuando no existía nada tuyo o mío sino nuestro.

No callará por mi boca la tierra negra su memoria. La piedra evocará siempre la angustiante pesadilla humana, que no ha conseguido aún extirpar la dulce evocación del origen.

Mas no sobredimensiones mis palabras, ellas solo te pondrán en guardia frente a lo que has visto ya y vivido, pues las palabras solas no pueden cambiar a un hombreo a un país que rige elespanto, y solo los hombres
y los países aterrados pueden transformarse a sí mismos.

Entre todas las palabras que pronuncié durante los años de la
incertidumbre, éstas serán las otras voces, los vocablos siempre explícitos y casi nunca comprendidos, que tal vez tampoco escucharás, aunque no es la primera vez que dialogamos.

Palabras contra este entramado de plomo que al final será vencido por un sueño, que asciende irreductible entre puñales.

De este sueño antiguo y nuestro escribiré, de los límites entre
los territorios visibles e invisibles, de las delirantes márgenes y abismos
de la realidad donde desaparecemos incautos, antes de morir. Del mundo que todavía tememos habitar pues nos ha sido arrebatado,sin haberlo percibido todavía, en el esplendor de su dimensión asombrosa.

De una misma respiración participan las piedras, las plantas,
los animales, los individuos y los pueblos.Una misma energía nos circula
atravesando la tierra.

¿Por qué se ha socavadola unidaddel mundo y el sufrimiento lo ha desbordado todo?

La casa es la tierra de la que fuimos expulsadoscon argumentos de hierro, bajo un cielo plomizo.

El espíritu de una edad de plomo nos avasalla hace incalculables siglos, entre las cuatro paredes de ciudades fantasmales, en las que fuimos confinados por soldados sin rostro, bajo una tormenta de polvo primitivo, para ser separados definitivamente de la tierra.

6

Un poema no es un juego de azar donde un corazón tahúr se juega
una apuesta sin sentido. Tampoco se juega su existencia el poema
en una carrera de lebreles. La poesía es la cifra del espíritu, el vestigio
de una metamorfosis sobrehumana.

En un poema siniestro fue encadenado el amor hace siglos. En un poema realista la clase obrera lucha todavía, mientras los pueblos indios
se movilizan desde el sur.

Hombres y bosques son abatidos por una misma sierra eléctrica, en tanto la juventud del mundo espera en vano la primavera, que germinará
como el oro rojo desde adentro.

El fuego destinado a desencadenarnos se oculta en la imaginación
de la libertad que pugna, en el corazón resplandecido de la piedra,
en las sibilinas plantas y en los libros que la inquisición prohibió
bajo pena de confinamiento, en los cantos y mitos que nutrieron
la infancia de los pueblos que escalan la substancia de la tierra, afincados en una incandescente cognición.

El poema resuelve el acertijo. ¿Cuál es el río presuroso, la risueña verdad siempre cambiante que nos niega, expresada a lo largo de una mutación inenarrable, cuyo cauce sólo puede ser alterado por el sueño? 

En la poesía, en la crucial escritura del poema, todos nos jugamos
sin ambages esta historia mortal.

Fernando Rendón, Colombia, 1951
de Cantos de la rama roja, Colección Sur
imagen de Anka Zhuravleva© – Autamn (detalle), en Uno de los nuestros


sábado, octubre 03, 2009

paraísos de fuego



encuentro con William Blake

Veré a William Blake
como la tormenta en sus paraísos de fuego

Me dirá que la manzana es más sabia
que las palabras
pero éstas hacen de la manzana
el sol que ilumina los verdes prados
Allí donde irás a perderte
en la grieta del canto del grillo
eterno condenado
a cantar el verde en el verde
como nosotros cantamos
el primer latido del universo

Veré a William Blake
brillando su escudo de amapolas

Buscando sus labios
me dirá que Dios
sintiendo la necesidad del silencio
dio comienzo al canto

Los Ángeles fueron notas musicales
en el paisaje
abriendo su partitura
como el pájaro descubre el alba

Desde entonces
la respiración líquida de la tierra
perfumó la flor
que ahora nos une en las visiones


© 2005, Juan Diego Tamayo, Medellín, 1968
de: Los elementos perdidos,Ediciones Fábula, Medellín, 2005
imagen: William Blake