viernes, marzo 13, 2020

jonio gonzález. perro negro y otro poema



***
Perro negro

el hacha de los actos
semeja el pensamiento
una palabra es una palabra
yo disipaba tu realidad
te esperaba cada tarde
eufórica
doméstica

una palabra es una palabra
y la cuerda que te até al cuello
fue la cuerda que me até al cuello
un señuelo

una palabra es una palabra
no deja deuda sin cobrar


***
Pentimento

junto a los poemas de Eliot
la foto de Annie
-imposible no recordar
el Retrato de una dama
especialmente ahora
que "el último polaco" suena en la radio
y  he quitado las flores marchitas
del jarrón-

hay una evanescencia
diríase que voluntaria
en el aire
todo lo que ha desaparecido
se concentra en una idea
que desaparece
-también ella-
antes de que logre tomar forma

en la reluciente superficie
del espejo
me  aliso el vestido
su rostro asoma por detrás de mi hombro

viene en busca de mí
como de la muerte

Jonio González, Buenos Aires, 1954
de Últimos poemas de Eunice Cohen, Plaza Janés, Barcelona, 1999

martes, marzo 10, 2020

wallace stevens. el poema definitivo es abstracto



El poema definitivo es abstracto


¿Entre qué se retuerce este día? El orador
se compone a sí mismo en Este Bello Mundo Nuestro
y duda del nacimiento del planeta y vacila sobre su madurez,

e izquierda, y derecha. La pregunta en particular -aquí
la respuesta en particular a la pregunta en particular
no es lo que importa -la pregunta es lo que importa.

Si el día se retuerce, no es con revelaciones.
Uno sigue haciendo preguntas. Esa, entonces, es una
de las categorías. Dicho así, este plácido lugar

cambia. No es tan triste como creímos.
Para ser triste, No debe haber preguntas. Es un intelecto
lleno de curvas y esquives de un lado a otro,

retorcimientos en ángulos y distancias erróneos,
no un intelecto en el que seamos rápidos: presente
en todo lugar al mismo tiempo, polo de niebla

de la comunicación. Sería suficiente
si estuviéramos siempre, solo una vez, en el medio, fijos
en Este Bello Mundo Nuestro y no como ahora,

en vano al límite, suficiente para estar
completos, porque en el medio, aunque solo fuera en sentido,
y en ese enorme sentido, nada más gozo.


Wallace Stevens, Reading, 1879- Hartford, 1955
De The Auroras of Autumn, Alfred A. Knopf, New York, 1950
Versión ©Silvia Camerotto

The Ultimate Poem Is Abstract

This day writhes with what? The lecturer
On This Beautiful World Of Ours composes himself
And hems the planet rose and haws it ripe,
And red, and right. The particular question—here
The particular answer to the particular question
Is not in point—the question is in point.
If the day writhes, it is not with revelations.
One goes on asking questions. That, then, is one
Of the categories. So said, this placed space
Is changed. It is not so blue as we thought. To be blue,
there must be no questions. It is an intellect
Of windings round and dodges to and fro,
Writhings in wrong obliques and distances,
Not an intellect in which we are fleet: present
Everywhere in space at once, cloud-pole
Of communication. It would be enough
If we were ever, just once, at the middle, fixed
In This Beautiful World Of Ours and not as now,
Helplessly at the edge, enough to be
Complete, because at the middle, if only in sense,
And in that enormous sense, merely enjoy.

lunes, marzo 09, 2020

william carlos williams. dice la señora



Dice la señora

La tormenta arrasaba entre los robles
               mientras mi marido y yo
                                sentados en la penumbra
¡escuchábamos!
               Mirando a través de las ventanas
                                con las luces apagadas
vimos el musgo
               tironeado hacia arriba
                                por la fuerza del viento.
Dos velas que encendimos
               uno al lado del otro
                                frente a nosotros
nuestra casa construida con tal solidez
               mantuvo sus altas llamas
                                inmóviles.
Que así sea
               cuando una tormenta tire del musgo
                                hacia arriba
de acá para allá
               erguido
                                sobre mi cabeza
como llamas en la furia
               final.


William Carlos Williams,
De William Carlos Williams, The Collected Poems, Volume II: 1939-1962, New Directions, New York, 1998
Versión ©Silvia Camerotto

The Lady Speaks

A storm raged among the live oaks                     while my husband and I                                              sat in the semi-darklistening!                     We watched from the windows                                              the lights offsaw the moss                     whipped upright                                              by the wind’s force
Two candles we had lit
                     side by side                                             before usso solidly had our house been built                     kept their tall flames                                            unmoved
May it be so
                     when a storm sends the moss                                            whippingback and forth                    upright                                           above my headlike flames in the final                    fury.

domingo, marzo 08, 2020

john ashbery. cómo seguir



Cómo seguir

Oh había una vez una mujer
que tenía una tienda
donde vendían chucherías a los turistas
no lejos del muelle
que venían a ver lo que la vida podría ser
allá lejos en la isla.

Y siempre estaban de fiesta allí
siempre diferentes pero lindos
nuevos amigos te aconsejaban
o se enamoraban de ti lo que es lindo
y todos pasaban de uno a otro con tal perfección
que era una maravilla de poema
e ironía

Y mucho en esta manzana insegura
era aterrador y sucio
pero nadie se preocupaba
demasiado
las fiestas iban de casa en casa
Había amigos y amantes a montones
por toda la tienda
Había aguardiente casero en invierno
y cocteleras en verano
y todos estaban felices por haber descubierto
lo que habían descubierto

Y luego un día el barco zarpó
No hubo más soñadores solo dormilones
con pesadez en los muelles
moviéndose como si supieran
entre las chucherías y los suvenires
las tiendas esporádicas de muebles modernos
y un vendaval llegó y dijo
es tiempo de llevarlos
de las copas de los árboles a pequeñas casas
en pequeños senderos tan afligidos

Y cuando llegó la hora de irse
ninguno de ellos se iría sin el otro
porque decían que todos somos uno acá
y si uno se va el otro no se irá
y el viento se lo susurró a las estrellas
la gente se preparó para irse
y recordaron al amor

John Ashbery, New York 1927-2017
De Notes from the Air: Selected Later Poems, The Ecco Press, 2007)
Versión ©Silvia Camerotto

How to Continue 

Oh there once was a woman
and she kept a shop
selling trinkets to tourists
not far from a dock
who came to see what life could be
far back on the island.

And it was always a party there
always different but very nice
New friends to give you advice
or fall in love with you which is nice
and each grew so perfectly from the other
it was a marvel of poetry
and irony

And in this unsafe quarter
much was scary and dirty
but no one seemed to mind
very much
the parties went on from house to house
There were friends and lovers galore
all around the store
There was moonshine in winter
and starshine in summer
and everybody was happy to have discovered
what they discovered

And then one day the ship sailed away
There were no more dreamers just sleepers
in heavy attitudes on the dock
moving as if they knew how
among the trinkets and the souvenirs
the random shops of modern furniture
and a gale came and said
it is time to take all of you away
from the tops of the trees to the little houses
on little paths so startled

And when it became time to go
they none of them would leave without the other
for they said we are all one here
and if one of us goes the other will not go
and the wind whispered it to the stars
the people all got up to go
and looked back on love



sábado, marzo 07, 2020

biancamaria frabotta. 3 poemas



***

El verano de las estrellas menos vistosas
animaba a los habitantes y forasteros
a esperar el retorno de los antiguos climas.
Sobre la hierba amarilla, inestables entre los escasos
humores, quedaban por la mitad los aperitivos,
otra meta buscando las noches sin sueño.
Improvisados filo-astrónomos exploraban el cielo
y sus cambios en los pequeños telescopios
apuntados hacia los monumentos estelares.
Afelpando los pasos en la oscuridad residual,
husmeando la aparición de las menos
luminosas del otro lado del cono de sombra
donde las virtudes estacionan imperfectas,
la humanidad de aquellos extraños tiempos
salía a la caza de nuevas luces
y en la lente que devolvía
al revés aquellos cuerpos desenterrados,
perdía la buscada claridad.


***
Había apenas cerrado los ojos sobre el libro
- sentía aún su peso sobre el pecho -
en la leve brisa de la duermevela
se estremecían las hojitas del mirto
por el enjambre que subía de la tierra
pero no hacía caso. Demasiado
el pensamiento de la prueba inminente
lo embargaba y no temía otra cosa
su joven edad, que siente todo amigable.
Soñaba la patria artificial de la infancia.
Soñaba, con una piedra sobre el pecho,
la última palabra que había leído.


***
Con qué gentileza se asoma entre las vigas
la mano, blanca de polvo. Alguien
me consuele. Con el brazo, con el agua,
con la luz, en su cuarto, por todas partes
buscando, hurgando, apartando las piedras.
Me verán finalmente en el vientre de la tierra.
Si miramos atentos, Haití está debajo de Haití,
cauto, para no quemar oxígeno.
De la luz del video, de su tedio,
nos deshilachamos hacia la laboriosa mañana,
en el escándalo del aire superfluo.

Biancamaria Frabotta, Roma, 1946, 
Por manos mortales, Gog & Magog Ediciones, 2020
Traducción de Jorge Aulicino


***
L’estate delle stelle meno appariscenti
incoraggiava abitanti e forestieri
a sperare nel ritorno degli antichi climi.
Sull’erba gialla instabili fra gli scarsi
umori restavano a metà gli aperitivi
altra meta cercando le notti senza sonno.
Improvvisati astrofili perlustravano il cielo
e i suoi mutamenti nei piccoli telescopi
puntati verso i monumenti stellari.
Felpando i passi nel buio residuo
fiutando la comparsa delle meno
luminose al di là del cono d’ombra
dove le virtù stazionano imperfette
l’umanità di quegli strani tempi
usciva a caccia di nuovi lumi
e nella lente che restituiva
capovolti quei corpi dissepolti
perdeva la cercata chiarezza.


***
Aveva appena chiuso gli occhi sul libro
- ne sentiva ancora il peso sul petto -
nella lieve brezza del dormiveglia
rabbrividivano le foglioline del mirto
allo sciame che saliva dalla terra
ma lui non vi faceva caso. Troppo
il pensiero della prova imminente
lo assillava e altro non temeva
la sua giovane età, cui ogni cosa è amica.
Sognava la patria artificiale dell’infanzia.
Sognava, con una pietra sul petto
l’ultima parola che vi aveva letto.


***
Con quale gentilezza si affaccia tra le travi
la mano bianca di polvere. Uno qualunque
mi conforti. Con il braccio, con l’acqua
con la luce, nella sua camera, ovunque
cercando, frugando, spostando le pietre.
Mi vedrete infine nel ventre della terra.
Stando attenti, Haiti è sotto Haiti
piano, per non bruciare ossigeno.
Dalla luce del video, dal suo tedio
ci sfiliamo verso l’operoso mattino
nello scandalo dell’aria superflua.