martes, octubre 23, 2018

jorge aulicino. el conde vlad medita entre las ruinas de un bombardeo

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El conde Vlad medita entre las ruinas de un bombardeo

Un joven inglés, Harker, lanzó sobre mí
la infamia de que caminaba sobre las paredes
como una lagartija y era el amo de las ratas.
No tuve que ver con ratas y sólo moví lobos y tormentas
pero no contra el decrépito Imperio que agoniza,
severamente erguido entre sus ruinas.
Antes de que Londres se llenara de afganos y de indios
taladré esa madriguera con hambre de otra cosa.
Terminé confundido con los zombis grotescos
     que devoran cerebros.
Pues soy el que viví un solo amor
y construí en la eternidad la casa de mi verano.
He sido, lo saben, un exiliado
     de sótanos Industriales
y de vuestros bastones con mango de hueso.
Me odiaron porque amé el rojo crepúsculo
que circulaba por la venas de un cuerpo irrepetible.
Ustedes, que hicieron correr sangre como agua servida
desde el Báltico al Mediterráneo
en la peor guerra que la humanidad haya visto.
Que jamás amaron el líquido rubí, sus palpitaciones,
el pulso de un cuello suave,
el horizonte inflamado de cruces y de lanzas.
¿Cómo habrían de amar la miel de Cristo?
El bramido debajo de la capa.
La tormenta que llegará y limará las rocas,
     las casitas que delimitan
las playas grises de Whitby
y el alto cementerio sin héroes ni bandidos.

Jorge Aulicino, Buenos Aires, 1949
Inédito (de Un poeta griego huye a Londres?)

jueves, octubre 18, 2018

james merrill. manos karastefanes

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Manos Karastefanes

La muerte se llevó a mi padre.
El mismo año (yo tenía doce)
la madre de Thanási me enseñó
el cielo y el infierno.

Ninguno de mis amigos del ejército
me llamaba por mi nombre
yo era ‘Estilo’ o ‘A la moda’.
Tenía un amigo, mi cuerpo,

y tardes en el gimnasio.
luchando con mi oponente,
que usaba para aislarme
de él.

El doctor salvó mi rodilla.
Tu viniste a la clínica
trayendo Guerra y Paz,
mejor que cualquier película.

¿Por qué sonríes?
Luché limpio, luché bien,
sin lastimar a mi oponente,
para ganar este cinturón negro.

¿Por qué estás callado?
Te traje un queso blanco
de mi isla, y el sonido del mar
en una concha.

James Merril, New York, 1926- Tucson, 1995
Versión © Silvia Camerotto


Manos Karastefanes

Death took my father.
The same year (I was twelve)
Thanási's mother taught me
Heaven and hell.

None of my army buddies
Called me by name—
Just 'Styles' or 'Fashion Plate'.
One friend I had, my body,

And, evenings at the gym
Contending with another,
Used it to isolate
Myself from him.

The doctor saved my knee.
You came to the clinic
Bringing War and Peace,
Better than any movie.

Why are you smiling?
I fought fair, I fought well,
Not hurting my opponent,
To win this black belt.

Why are you silent?
I've brought you a white cheese 
From my island, and the sea's
Voice in a shell. 

domingo, octubre 14, 2018

sandro penna. la rima fácil, la vida difícil

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La rima fácil, la vida difícil

Mi vida se empaña, y después que llueve
bajo al túnel húmedo donde no llueve.
Entre gente común que el paso mueve
hacia cosas comunes también me muevo
en un mundo de objetos que no son nuevos.
Más común que los otros, no sé qué mueve
ni a dónde mi paso tardo y no deseo
verme aquí a mí mismo después que llueve.
Apuntar sabe al instante a mi deseo
una mirada rápida que aunque se aleja
lo despierta en el acto - y ahí lo deja.
En vano la busco en un mundo arcano,
universo antiguo que fue cercano.
Cuando ya no pensaba en esas cosas
retumbó bajo el túnel una dichosa
voz que se impuso a toda otra cosa.
Era un saludo póstumo y lejano,
póstumo en mi corazón, no lejano
en el túnel del breve trayecto humano.


Sandro Penna , Perugia, 1906-Roma, 1977
Versión de Jorge Aulicino

La rima facile, la vita difficile 

La mia vita si appanna, e poi che piove
scelgo il passaggio sotto il tunnel dove
tutto è molliccio, ma però non piove.
Qui tra la gente solita, che muove
il passo verso le solite cose
anch'io mi muovo tra cose non nuove.
Più comune degli altri, non so dove
muove il mio passo stanco, che non vuole
tale apparire a se stesso ed altrove.
Quando a un tratto uno sguardo che sa dove
del mio corpo dirigersi e non vuole
nú sveglia in un baleno - ed è già altrove.
Invano io lo ricerco entro un antico
universo che mi era un giorno amico.
Quando più non pensavo a questa cosa
rintronò sotto il tunnel una gioiosa
voce che sovrastava ogni altra cosa.
Era un saluto postumo e lontano
postumo nel mio cuore, non lontano
nel tunnel più di un breve tratto umano.