lunes, diciembre 29, 2008

intro



«Porque es en la inminencia de la muerte del lenguaje la que nos puede dibujar también la epifanía de un probable Nuevo Mundo», raúl zurita, el fin de las lenguas.

domingo, diciembre 28, 2008

vos sos mi piedra

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Dolmen

Oh, la vista desde la ventana, al amanecer,
desde el décimo piso, el mar,
el faro y los vapores de Saint-Nazaire.
La misma vista: desde el Keller, bar, al final de la Christopher
Street, los trasatlánticos que se deslizan por el
Hudson como aquí por el Loire.
Acá olímpico y lento, allá
Jugoso y fresco y negro,
el negro que lloró en mi regazo
me trajo hasta allá.
La boca de los negros es más sedosa rojiza que la boca
de los blanco, más blanda, más terrible, más
tierna y profunda. Más parecida al hocico
de los terneros del Carso, que mueren
inocentes aún antes de que los maten.
Vos sos mi piedra, Kosovel.
Resinas, sogas, tablones,
alquitrán y el silencioso deslizarse de las gomas.
Se oye más que el chapoteo del mar.
Moneda que girás en silencio, caes y te elevas en
el alcohol, no sos vos quien sisea, sisea la nafta.
Por qué en bandadas y por qué gritan.
Se desgarran. La soda rasga la vista.
Hasta que no vuelva a reposar verde,
oh, peluche de bolitas.
Con la tiza apenas tocás el palo.
El mar tras el vidrio es el otro polo del choque y se lo
bebe. La gente en verdad se desgarra.
Se desgarra como si se desgarrasen pañuelos. Este continente es
Grande. Si te agarra los pulmones, te los puede
Aplastar. Aquí el Atlántico
es macizo y gris, y se abreva en
el Loire. Las piedras, estriadas como la eternidad y
viejas. Junto al Hudson, fieras frescas,
una junto a la otra, desgarran montañas, ávidas,
el mar es muy joven aún para brindar calma.

De Τomaž Šalamun, 1941, Zagreb, ha publicado alrededor de treinta colecciones de poemas en Eslovenia y ya con su primer libro (Poker, 1966) provocó una gran convulsión en la literatura eslovena. Desechó la imaginería poética tradicional e intimista, reemplazándola por un libre juego de todo. Introdujo la presencia inconfundible del cuerpo en el texto.

tomaž šalamun
Fuente: Poesía Eslovena Contemporánea, Antología, Editorial Gog y Magog, 2006

miércoles, diciembre 24, 2008

el establo

*
Al llegar la medianoche
y al romper en llanto el Niño,
las cien bestias despertaron
y el establo se hizo vivo.

Y se fueron acercando,
y alargaron hasta el Niño
los cien cuellos anhelantes
como un bosque sacudido.

Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos
como llenos de rocío.

Una oveja lo frotaba,
contra su vellón suavísimo,
y las manos le lamían,
en cuclillas, dos cabritos...

Las paredes del establo
se cubrieron sin sentirlo
de faisanes, y de ocas,
y de gallos, y de mirlos.

Los faisanes descendieron
y pasaban sobre el Niño
la gran cola de colores;
y las ocas de anchos picos,

arreglábanle las pajas;
y el enjambre de los mirlos
era un velo palpitante
sobre del recién nacido...

Y la Virgen, entre cuernos
y resuellos blanquecinos,
trastrocada iba y veía
sin poder tomar al Niño.

Y José llegaba riendo
acudir a la sin tino.
Y era como bosque al viento
el establo conmovido...

fuente: gabriela mistral de Ternura, canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna. Madrid,Saturnino Callejas, 1924.
*giotto

martes, diciembre 23, 2008

tremble in pain



Have you ever loved a woman so much you tremble in pain?
Have you ever loved a woman so much you tremble in pain?
And all the time you know she bears another mans name.

But you just love that woman so much its a shame and a sin.
You just love that woman so much its a shame and a sin.
But all the time you know she belongs to your very best friend.

Have you ever loved a woman and you know you cant leave her alone?
Have you ever loved a woman and you know you cant leave her alone?
Something deep inside of you wont let you wreck your best friends home.

domingo, diciembre 21, 2008

cotidiana


él la llama el sábado a la madrugada.
él —qué hacías?
ella —en la cama, leyendo, pero antes, lustré el bronce de toda mi casa.
él —por?
ella —ansiedad, supongo.
él —yo estoy experimentando con haikus y tankas.
ella se queda en silencio.
él (con entusiasmo)—está bueno!
ella sigue en silencio.
él —estamos hechos mierda,no?

jueves, diciembre 18, 2008

nemo 'el ángel'

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Film

Una vez a Nemo ‘el ángel’ le rompí la cabeza.
Yo tenía 10 años y un corazón violento como mis malas palabras.
Y una voz agria y dura que sabía colarse en los tranvías
y dar vueltas en las Barrancas de Belgrano seguida por los guardianes.
Él era un niño rubio y manso dejado de la mano de Dios.
Y hasta tenía los ojos húmedos de un galgo que lame las manos del castigo.
Pactaba con medallitas de lata y se regía por una oración.
Y jamás se le ocurría pensar que a las muchachas había que poseerlas.

Pero éramos camaradas.
Yo con mi afán de romperlo todo. De socavarlo todo.
—Hasta las lenguas grasosas del Río de la Plata en días de rabona—.
Con mi lujosa agresividad de niño aceptado en rueda de mayores.
Con mi insolencia zumbona de pantaloncitos rotos en el traste.
Con mi alegría salvaje que tuteaba a las ‘señoritas’.
—En Echeverría y 11 de septiembre le lustraba los ojos a mi infancia.

Y entre el olor y el sabor de la mañana sentada sobre mis rodillas
sacaba a mi corazón y en mis manos se lo daba a comer a los gorriones.
Esto hacía gruñir a los ingleses de piernas de palo y voz de vidrios rotos.
Pero mi honda lograba frustrar el servilismo de los porteros
y el corazón salía ileso porque era puro como la pepita de un carozo.

Entonces yo estaba enamorado de Perla White y de mi maestra de tercer grado.
Me gustaban los ojos oscuros y las pestañas rizadas de Pola Negri.
Y tenía una novia a quien le relataba las aventuras de Sandokán.
Se llamaba Pola Morera y era linda como la estampa de un libro.
Por ella quería ser Williams S. Hart, o el capitán de ‘La amenaza oculta’.
A mi novia le gustaban los ojos de acero de los cowboys de las películas
y me llamaba su pequeño soldadito invasor.
Porque mi voz era agria y dura dolía como una pedrada
y siempre tenía los puños listos para trizar narices.

Él, con su dulzura de arcángel doblado bajo los cornisones
en una mañana de primavera de cielo verde y nubes de cartón.
Yo, con mi hisopo flamígero encendiendo las mejillas de las muchachas
en una barricada de guerrilleros de barrio.

Hoy Nemo ‘el ángel’ anda por las plazas de Buenos Aires
y predica el salvacionismo con voz de Biblia y un tajo en la cabeza.
A veces se acompaña de un órgano y dice que ve a Dios sobre los árboles
y a Cristo sobre las aguas sucias del pecado con intención de lavarlas.

Pero yo sólo sé que Nemo ‘el ángel’ es corredor de retratos.

de Tumulto, 1935

José Portogalo
fuente: José Portogalo, Los pájaros ciegos y otros poemas, Biblioteca Básica Argentina, Centro Editor América Latina, Buenos Aires, 1992.

miércoles, diciembre 17, 2008

jacques réda. personajes en el suburbio

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personajes en el suburbio
Ustedes nunca terminan de agregar más cosas,
cajas, casas, palabras.
Sin ruido el amontonamiento aumenta en el centro de la vida
y los empuja a la periferia,
a los basureros, las autopistas, las ortigas;
ustedes solo existen como restos o humo.
Sin embargo, caminan,
dando la mano a sus hijos alucinados
bajo el cielo vasto, y no avanzan;
se estancan para siempre frente al muro de la extensión
donde las cajas, las palabras rotas, las casas se les reúnen,
los empujan un poco más lejos en esa luz
a la que cada vez le cuesta más soñarlos.
Antes de desaparecer,
ustedes se dan vuelta para sonreírle a su mujer rezagada
pero ella también está atrapada en un remolino de soledad,
y sus rasgos borrosos son los de una vieja foto.
Ella no responde, pesada y desconsolada con el peso del día sobre sus párpados,
con ese peso vivo que se mueve en su carne y la incomoda,
y el último billete del mes plegado en su blusa.

de Amen (1968)

personnages dans la banlieue
Vous n'en finissez pas d'aujouter encore des choses,
des boîtes,des maisons, des mots.
Sans bruit l'encombrement s'accroit au centre de la vie,
et vous êtes poussés vers la périphérie,
vers les dépotoirs, les autoroutes, les orties;
vous n'existez plus qu'à l'état de débris ou de fumée.
Cependant vous marchez
donnant la main à vos enfantas hallucinés
sous le ciel vaste, et vous n'avancez pas;
vous piétinez sans fin devant le mur de l'éntendue
où les boîtes, le mots cassés, les maisons vous rejoignent,
vous repoussent un peu plus loin dans cette lumière
qui a de plus en plus de peine à vous rêver.
Avant de disparaîtr,
vous vous retournez pour sourire à votre femme attardée,
mais elle est prise aussi dans un remous de solitude,
et ses traits flous sont ceux d'une vieille photographie.
Elle ne répond pas, lourde et navrante avec le poids du jour sur ses paupières,
avec ce poids vivant qui bouge dans sa chair et qui l'encombre,
et le dernier billet du mois plié dans son corsage.

jacques réda

fuente: Poesía francesa contemporánea (1940-1997), edición bilingüe. Selección, traducción, prólogo y notas, Jorge Fondebrider, Editorial Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1997.

lunes, diciembre 15, 2008

robert burns. coming thro' the rye



Coming thro' the rye, poor body,
Coming thro' the rye,
She draiglet a' her petticoatie
Coming thro' the rye.

O, Jenny's a' wat, poor body;
Jenny's seldom dry;
She draiglet a' her petticoatie
Coming thro' the rye.

Gin a body meet a body
Coming thro' the rye,
Gin a body kiss a body -
Need a body cry?

Gin a body meet a body
Coming thro' the glen,
Gin a body kiss a body -
Need the warld ken?

por Robert Burns, 1759-1796, escrito en 1782
* The catcher in the rye, J.D.Salinger

sábado, diciembre 13, 2008

eugenio montale. la casa de los aduaneros

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La casa de los aduaneros

Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre la elevación inclinada sobre la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró en ella el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.

La marejada azota hace años la vieja muralla
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula gira loca a la ventura
y el cálculo de los dados no regresa.
Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna
tu memoria; un hilo se devana.

Tengo todavía la punta; pero se aleja
la casa y sobre el techo la ennegrecida
veleta gira sin piedad.
Tengo la punta; pero tú estás sola
casi ni respiras en la oscuridad.

Oh el horizonte en fuga donde se enciende
rara la luz del petrolero.
¿Es este el paso? (Pulula todavía el oleaje
sobre el acantilado que se desploma).
Tú no recuerdas la casa de esta
noche mía. Y yo no sé quién va y quién queda.

Eugenio Montale, (Génova, 1891-Milán, 1981) Le occasioni; Parte quarta
Versión © Jorge Aulicino

La casa dei doganieri
Tu non ricordi la casa dei doganieri
sul rialzo a strapiombo sulla scogliera:
desolata t’attende dalla sera
in cui v’entrò lo sciame dei tuoi pensieri
e vi sostò irrequieto.
Libeccio sferza da anni le vecchie mura
e il suono del tuo riso non è più lieto:
la bussola va impazzita all’avventura
e il calcolo dei dadi più non torna.
Tu non ricordi; altro tempo frastorna
la tua memoria; un filo s’addipana.
Ne tengo ancora un capo; ma s’allontana
la casa e in cima al tetto la banderuola
affumicata gira senza pietà.
Ne tengo un capo; ma tu resti sola
né qui respiri nell’oscurità.
Oh l’orizzonte in fuga, dove s’accende
rara la luce della petroliera!
Il varco è qui? (Ripullula il frangente
ancora sulla balza che scoscende...)
Tu non ricordi la casa di questa
mia sera. Ed io non so chi va e chi resta.


Eugenio Montale
Versión de Jorge Aulicino
fuente: otra iglesia es imposible

viernes, diciembre 12, 2008

víctor redondo. poema

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Poema

Finalmente supimos que la paz era una metáfora de la ausencia.
Que las palabras no dejarían de cruzarse sobre los cuerpos
cuando el amor estableciera sus colonias. Los libros,
portadas de la inmensa noche,
traducción del magro río de la vida en su cauce solitario,
acompañando las mismas palabras: dejar dicho
"Trabajo, trabajo", mi pequeño arte reducido a mutilaciones,
trozos del tiempo arrebatados a la idea de eternidad,
no la eternidad, las marcas de la antigua pintura en la oscura tela
sobre estas nuevas e incesantes creaciones.
¿Qué otra pacífica vida sino el fuego? ¿Qué otra vida?
Tras los vidrios hay quienes luchan por óperas descifrabels,
otra dicta la forma y el contenido, otro,
uno mismo en la misma noche, repite incesantemente
la lujuriosa victoria de estar vivo y proseguir.
¿Por qué temer a demasiadas palabras?
¿Temer el arte de la vida?
¿Por qué temer enfrentarse a un ser imperfecto
y a su lucha contra los topos uranos de la mente
a pie descalzo bajo todos los soles invisibles
si está ahí y sus blasfemias
son su vida, y no el final de un libro de vanas ciencias?
Siempre la forma bajo su arte de reliquias piadosas
siempre la tarea de ir abriendo las ramas
hasta la savia central que canta ¿y qué
si nadie nadie? ¿y cuánto bajo qué leyes del monte de piedad más absurdo?
Cisnes y blancas formaciones,
emblemas de fascinación: perros callejeros de disfraz sublime
atados a lo que aparece y desaparece
antes que el ojo pueda fijar su sentencia.
Porque si esta vida se acaba, si se rompen los vasos delirantes del inextinguible sabor
ninguna ley reverá sus causas, ninguna cadena se romperá hace mucho tiempo
y solo y perdido seré el errante que por eternidades se lamenta
y golpearé vanamente las puertas de los crueles cerrojos
y cruel como la impotencia
contaré mi paso, mis pasos,
los únicos testigos de la vida que permanece y es eterna
pero que ya no tendrá ninguna importancia.

víctor redondo

miércoles, diciembre 10, 2008

versión I


Allow not nature more than nature needs.
Thou art a lady; man's life's as cheap as beast's.
O, reason not the end.
You heavens, give me patience.
You see me here as full of grief as age.
This heart shall break into a hundred thousand flaws.
The entire world shall have full cause of weeping.
The poorest basest beggar shall be my stain,
but I'll not weep. What such things are,
not water-drops, nor hags, just old superfluous things
in both. The need but true need let not, not you
but them, to think what reason is.
Shall I go mad? O Fool!
I am wretched with noble anger but
do know not the terrors of the earth.
You gods which scarcely keep me warm,
touch me with women's weapons against the father
and be it you that stir my heart.
Fool me not so much to bear it tamely.

King Lear, Act II, Scene IV

O, reason not the need: our basest beggars 260
Are in the poorest thing superfluous.
Allow not nature more than nature needs,
Man's life's as cheap as beast's: thou art a lady;
If only to go warm were gorgeous,
Why, nature needs not what thou gorgeous wear'st,
Which scarcely keeps thee warm. But, for true need, ——
You heavens, give me that patience, patience I need!
You see me here, you gods, a poor old man,
As full of grief as age; wretched in both!
If it be you that stir these daughters' hearts
Against their father, fool me not so much
To bear it tamely; touch me with noble anger,
And let not women's weapons, water-drops,
Stain my man's cheeks! No, you unnatural hags,
I will have such revenges on you both,
That all the world shall ——I will do such things——,
What they are, yet I know not: but they shall be
The terrors of the earth. You think I'll weep
No, I'll not weep:
I have full cause of weeping; but this heart
Shall break into a hundred thousand flaws,
Or ere I'll weep. O Fool, I shall go mad!


¡Oh, no razonéis sobre la necesidad: nuestros más humildes mendigos /Son superficiales aún en la pobreza./No concedáis a la naturaleza más de lo que necesita,/La vida del hombre es tan poca cosa como la de la bestia: vos sois una dama;/Si el esplendor consiste solo en andar abrigado, /Entonces, la naturaleza no necesita de vuestros vestidos esplendorosos,
/Que apenas os brindan un poco de calor. En cuanto a la verdadera necesidad, —/¡Cielos, dadme paciencia, es paciencia lo que necesito!/¡Vosotros, Dioses, me veis aquí, un pobre anciano,/Tan lleno de dolor como de años; desgraciado en ambos!/Si sois vosotros los que agitáis los corazones de estas hijas/En contra de su padre, no me hagáis tan tonto/Como para soportarlo mansamente; tocadme con la noble furia,/¡Y no dejéis que las armas femeninas, las gotas de agua,/Manchen mis mejillas de hombre! No, vosotras arpías desnaturalizadas,/Me vengaré de ambas de tal manera,/Que el mundo entero —sí, haré tales cosas—,/Ignoro aún cuáles son: pero sí serán/El terror de la tierra. Pensáis que lloraré.
No, no lloraré:/Tengo motivos suficientes para hacerlo; pero este corazón/Se romperá en cien mil pedazos, /Antes de llorar. ¡Oh, Bufón, me volveré loco!

versión ©silvia camerotto

martes, diciembre 09, 2008

por culpa de la física cuántica


esta no soy yo... o sí?

Silvia Camerotto

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lunes, diciembre 08, 2008

eduardo hidalgo. un hombre que cae está enfermo de gravedad

eduardo-hidalgo



I.
Un hombre que cae está enfermo de gravedad
A Raúl Ruelas, in memoriam

—No sólo la altura; tan importante o más es el prestigio del lugar desde donde se salta a la muerte.CARLOS FUENTES

Eso que todos vimos
fue un hombre cayendo,
precipitando un encuentro
con la dura realidad.

Lo que todos presenciamos
fue el cuerpo
de un hombre impaciente
volando a una cita
con el pavimento.

Eso que yo vi,
lo que llenó mis ojos
¿fue un hombre
(o fue un fruto aún verde)?
¿Por qué no fue todo
como en un cuento?
¿Por qué el aire
no se hizo más denso?
¿Por qué
no se volteó el mundo
una fracción
milésima
de tiempo,
el tiempo
suficiente
que frenara
su caída
para empezar
de cero?

Muchos de nosotros ofrecimos
mentalmente y de manera expresa
una hora,
un día,
hasta un año de vida
para que el hombre siguiera
en el vacío,
no lo tocara la muerte
de forma tan dura;
y
todos
vimos
con horror
el ímpetu
ganado
por el cuerpo.

Realmente
la imagen
ganó peso:
subió el rating,
y la caída sigue
y sigue
y sigue
en programas de aniversario,
en recuentos orales
del hecho,
en notas de diarios,
en fotos,
en malos sueños,
en este texto
que ahora escribo
sobre un hombre
al que nunca vi
tocar
el
suelo.

II.
5
A Violeta Pinto

Voy a escribir un texto al que pondré por título
DECORACIÓN DE INTERIORES
Empezaré el poema con un clavo
cuya punta colocada en el lugar exacto
conocerá un sitio profundo
cuando tiempo y palabra golpeen su cabeza
con la fuerza y la pericia necesarias,
con toda la conciencia en mi interior.

Que sea una serie de poesía decorativa.
Cerraré este poema en el momento
de colgar el retrato de Eva
en el clavo clavado con firmeza
en la mejor
de las paredes
de mi corazón.

de Viene de antes, Premio Regional de Poesía Rodulfo Figueroa 2006, Gobierno del Estado de Chiapas, 2006.

domingo, diciembre 07, 2008

alberto batania. el arco de ulises

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El arco de Ulises
A veces el perseguido
(Maiakovski, revólver español)
se vuelve perseguidor
(Plath abre la llave del gas)
el acusado
(Celan se arroja al Sena)
es el que acusa
(Sexton aspira monóxido)
la víctima
(Nerval se cuelga de una farola)
cambia a verdugo
(Storni en el Mar del Plata)
el cordero
(Lugones, whisky y arsénico)
destella lobo
(Esenin se ahorca de una cañería)
se dobla al fin
(Pizarnik toma Seconal)
el arco de Ulises.

II.
Iratxe y solo
Si fuera cierto
que el hombre que ataca el azul
y se lanza hacia las tablas rotas del no se sabe
será preso y mandrágora y castigado de octubres;
si fuera cierto
que el desafiador de los mandamientos ancestrales
caerá en la noche increpadora de las sonrisas sajadas,
derrotado por el cáliz culpable del no porvenir;
si fuera cierto
que el hombre debe esperar y mantener y doblegarse
y ser manso y fabiano y Vergniaud,
¡ah, Batania!,
tú deberías ser el más triste
de los que arrastran sus pies de lombriz por la Tierra;
tú deberías retorcerte amordazado de pies y pestañas
para no escuchar los alaridos de tu cueva de ratones,
tú deberías llorar como llora el niño
cuando se le rompe la punta del lápiz
en su libro de astronauta;
tú deberías sufrir
y no ser ese hombre que camina ahora
por la Avenida Ciudad de Barcelona,
con cara de puñal y tres naranjas
sin peladura,
ese hombre que sabe
que hoy es 11 de junio de 2008
y ellos son un día más viejos
(y más viejos,
y más viejos),
que son las siete de la tarde
y eres un día más fuerte
(y más fuerte,
y más fuerte),
que no hay miedo ni nunca
porque tú estás Iratxe
y firme, Iratxe
y solo,
Iratxe y resuelto a seguir
tu camino libre,
errado
y sordo
ante el futuro.

III.
La media hora del marmolista
Ten cuidado, amigo,
te digo ten cuidado,
que no se te escape el ojo a la altura
del labio, que no te ajen
en surcos de ocho horas, ten cuidado
amigo, ten cuidado.

El pan se puso duro el otro siglo,
y aquí nadie confiesa
que fuimos derrotados.
Ten cuidado con ese apartamento.
Ten cuidado con esa hipoteca.
Cuidado con los hijos.
Ten cuidado.

Te hacen la vida otros.
Te dan felicidades de juguete.
Te pasan su película tan rápido,
no sé si me explico, tan rápido...

Apenas te das cuenta,
de ti no queda nada
sino la media hora de trabajo
que en la tumba invirtió el marmolista.

fuente: diario del poeta neorrabioso

viernes, diciembre 05, 2008

miércoles, diciembre 03, 2008

vicente muleiro. volver volver

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I.
volver volver
Voy camino a la locura, Maldonado


Cuando el pasado es un basural
escondido en el fondo de la niebla
y uno quiere volver
aunque esté claro que el ayer fue nunca
que la memoria no registra el canto
de cierta calidez
y sin embargo aún y todavía
uno quiere volver
volver, volver.

II.
canción de mí


Ese prolijo muerto que seré
atraviesa la calle
gustando la creencia
de que es él quien se guiña
el ojo en las vidrieras

no podrán convencerlo
de que ve un espejismo, una
ilusión atroz, una
orquestal mentira.

Ese educado muerto que seré
ha hecho de su nombre
una diestra ficción

para andar como pueda
entre lluvias labiales
y ejércitos de olvido.


vicente muleiro
fuente: Nueva poesía argentina, durante la dictadura (1976-1983), Buenos Aires, 1989, Ediciones Calle Abajo

martes, diciembre 02, 2008

daniel chirom. selección

danielchirom
I.
Li Po

La luna callada
canta en el valle.
Nadie la escucha
salvo Narciso
que ha extraviado su lago
y la mira.

II.
Lilith

La luna es nueva
y el río ya no es el mismo
pero tus ojos permanecen iguales;
sólo quien viajara hacia el fondo de su mirada
descubriría algo más que el paso del tiempo:
un animal enfurecido contra la jaula del horizonte.

III.
El Ojo De Los Días

Aún humea el ojo de los días.
En el templo las voces bordan los cielos
y las lluvias bendicen lenguas dolientes.
Un espíritu se ha levantado desde las fauces del océano
y su aliento incendia jardines de piedra.
El silencio tañe muérdago,
un ojo ríe
y cuerpos perdidos hienden la ausencia.
No hay salvación,
todavía el alma pena.

daniel chirom, 1955-2008

lunes, diciembre 01, 2008

christopher marlowe. fausto


Fausto

¡Ay, Fausto
Solo te resta sino una hora de vida,
y luego sufrirás la condena eterna!
¡Deteneos, esferas celestiales
para que el tiempo cese, y la medianoche nunca llegue!
Bello Ojo de la Naturaleza, ¡levántate y
perpetúa el día o deja que esta hora dure
un año, un mes, una semana, un día común,
para que Fausto pueda arrepentirse y así salvar su alma!
¡O lente, lente currite, noctis equi!
Las estrellas siguen su curso, el tiempo corre, el reloj dará la hora,
y vendrá el demonio, y Fausto será maldito.
¡Oh! ¡Me elevaré hasta Dios! —¿Quién es el que empuja hacia abajo?—
¡Ved, ved como la sangre de Cristo fluye por sobre el firmamento!
Una sola gota salvaría mi alma, media gota; ¡Ah, Cristo mío!
¡No desgarréis mi corazón por nombrar a mi Cristo!
Aún así lo invocaré: ¡libérame Lucifer!
¿Adónde está ahora? Se ha ido: ¡y mira, donde Dios
extiende su brazo, y frunce su iracundo ceño!
Montañas y colinas, ¡venid, venid y sepultadme
y ocultadme de la profunda ira divina!
¡No, no!
Luego me hundiré en los abismos de la tierra;
¡Tierra ábrete! ¡Oh, no! ¡Ella no me cobijará!
Astros, que brillaban cuando nací,
vuestro influjo determinó la muerte y el infierno,
levantad a Fausto, como niebla confusa,
en las entrañas de estas preñadas nube(s),
para que, cuando vomiten nuevamente al aire,
expelan mis miembros de sus negras bocas,
y así mi alma pueda elevarse al cielo.

(El reloj marca el cuarto de hora).

¡Media hora ha pasado! Una hora completa será pronto,
oh Dios,
si tú no has de tener piedad con mi alma,
por el amor de Cristo, cuya sangre fue derramada por mi causa,
ponle fin a este interminable dolor;
dejad que Fausto more mil años en el infierno,
cien mil años, y que ¡al fin salvado sea!
¡Oh, no no hay fin para las almas condenadas!
¿Por qué no fui una criatura sin alma?
¿Por qué es inmortal la que poseo?
Ah, si la metempsicosis de Pitágoras fuera cierta,
¡mi alma debería abandonarme, y yo sería encarnado
en una bestia bruta! Todas las bestias son dichosas,
pues cuando mueren
sus almas se disuelven en la materia;
pero la mía debe aún vivir encadenada al infierno.
¡Malditos sean los padres que me engendraron!
No, Fausto, maldícete a tí mismo, maldice a Lucifer
que te ha privado de la bonanza del cielo.

(El reloj marca las doce).

¡Oh, está sonando! ¡Suena! Ahora, cuerpo, ¡tórnate aire
o Lucifer te precipitará prontamente al infierno!

(Truenos y rayos).

¡Oh, alma, conviértete en pequeñas gotas de agua
y confúndete en el océano! ¡Nunca seas encontrado!


versión © silvia camerotto

FAUSTUS/Ah, Faustus,/Now hast thou but one bare hour to live,/And then thou must be damn'd perpetually!/Stand still, you ever-moving spheres of heaven,/That time may cease, and midnight never come;/Fair Nature's eye, rise, rise again, and make/Perpetual day; or let this hour be but/A year, a month, a week, a natural day,/That Faustus may repent and save his soul!/O lente, lente currite, noctis equi!/The stars move still, time runs, the clock will strike,/The devil will come, and Faustus must be damn'd./O, I'll leap up to my God!—Who pulls me down?—/See, see, where Christ's blood streams in the firmament!/One drop would save my soul, half a drop: ah, my Christ!--/Ah, rend not my heart for naming of my Christ!/Yet will I call on him: O, spare me, Lucifer!/Where is it now? 'tis gone: and see, where God/Stretcheth out his arm, and bends his ireful brows!/Mountains and hills, come, come, and fall on me,/And hide me from the heavy wrath of God!/No, no!/Then will I headlong run into the earth:/Earth, gape! O, no, it will not harbour me!/You stars that reign'd at my nativity,/Whose influence hath allotted death and hell,/Now draw up Faustus, like a foggy mist./Into the entrails of yon labouring cloud[s],/That, when you vomit forth into the air,/My limbs may issue from your smoky mouths,/So that my soul may but ascend to heaven!/[The clock strikes the half-hour.]/Ah, half the hour is past! 'twill all be past anon/O God,/If thou wilt not have mercy on my soul,/Yet for Christ's sake, whose blood hath ransom'd me,/Impose some end to my incessant pain;/Let Faustus live in hell a thousand years,/A hundred thousand, and at last be sav'd!/O, no end is limited to damned souls!
Why wert thou not a creature wanting soul?/Or why is this immortal that thou hast?/Ah, Pythagoras' metempsychosis, were that true,/This soul should fly from me, and I be chang'd/Unto some brutish beast! all beasts are happy,/For, when they die,/Their souls are soon dissolv'd in elements;/But mine must live still to be plagu'd in hell./Curs'd be the parents that engender'd me!/No, Faustus, curse thyself, curse Lucifer/That hath depriv'd thee of the joys of heaven./[The clock strikes twelve.]/O, it strikes, it strikes! Now, body, turn to air,/Or Lucifer will bear thee quick to hell!/[Thunder and lightning.]/O soul, be chang'd into little water-drops,/And fall into the ocean, ne'er be found!

fuente: The tragical story of Dr. Faustus, Christopher Marlowe, pertenciente al Quarto de 1604

viernes, noviembre 28, 2008

leopoldo lugones. selección de poesías

leopoldo_lugones1


I.
La alcoba solitaria

El diván dormitaba; las sortijas
brillaban junto a la oxidada aguja
y un antiguo silencio de Cartuja
bostezaba en las lúgubres rendijas.

Sentía el violín entre prolijas
sugestiones, cual lánguidad burbuja
flotar su extraña anímula de bruja
ahorcada en las unánimes clavijas.

No quedaba de tí más que una gota
de sangre pectoral, sobre la rota
almohada. El espejo opalescente
estaba ciego. Y en el fino vaso,
como un corsé de inviolable raso
se abría una magnolia dulcemente.

de Crepúsculos del Jardín

II.
La última careta

La miseria se ríe. Con sórdida chuleta,
su perro lazarillo le regala un festín.
En sus funambulescos calzones va un poeta,
y en su casaca el huérfano que tiene por Delfín.

El hambre es su pandero, la luna su peseta
y el tango vagabundo su padre nuestro. Crin
de león, la corona. Su baldada escopeta
de lansquenete impávido suda un fogoso hollín.

Van en dominó de harapos, zumba su copia irónica.
Por antifaz le presta su lienzo de Verónica.
Su cuerpo, de llagado, parece un huerto en flor.

Y bajo la ignominia de tan siniestra cáscara,
Cristo enseña a la noche su formidable máscara
de cabellos terribles, de sangre y de pavor.

de Lunario Sentimental

III.
La ofrenda de Herodes

I.
Hinchado el cuello de incitante escorzo,
y cimbrenado su flexible torso
con nerviosa elegancia de pantera,
danza la hermosa hebrea ante el Tetrarca,
cuya mirada voluptuosa abarca
la escultura triunfal de su cadena.

El arpa en su vibrante nervadura
hila los ritmos de la danza impura,
y cuando el paso bárbaro termina,
con viril insolencia de sicario
manifiesta el intento sanguinario
la boca de la virgen asesina.

II.
En el rejio vestíbulo aparece
torvo idumen, que impasible ofrece
en cincelado plato, helada y yerta,
una cabeza que segó el degüello
y sangre el tajo del robusto cuello
cual la corola de una rosa abierta.

Anubia las arrugas de la frente
que cincelara en cobre el sol de Oriente,
una sorda tormenta que reposa.
Y al postrer cripamiento en que agoniza,
en los siniestros pómulos se eriza
el bosque de la barba tenebrosa.

de Poesías diversas

leopoldo lugones
todo el material pertenece a Obras Poéticas Completas, Leopoldo Lugones, Prólogo de Pedro Miguel Obligado, Aguilar Editor, Madrid, 1948, Primera Edición.

miércoles, noviembre 26, 2008

la teoría de violeta

al llegar a casa encontré una grata sorpresa en mi correo...


Buscando en mi biblioteca, encontré esta fotografía. En el instante en que la vi no pude contener mis deseos de enviarselas. Esta foto es la prueba definitiva de la validez de mi teoría. Está finalmente comprobado que en otro tiempo y en otro espacio, todo fue real, o al menos verosimil.
Espero haberlos convencido.
Saludos.
Violeta

P.S:
Tal vez, al encontrar expre­sión perfecta para mi pasión, había agotado la pasión misma: las fuerzas emocionales, como las fuerzas de la vida física, tienen sus limitaciones positivas. Acaso el mero esfuerzo de convertir a alguien a una teoría implica alguna forma de renuncia a la fuerza de la creencia. Quizá estaba simplemente harto de toda la cuestión y, habiéndose consumido mi entusiasmo, se quedó mi razón a solas con su propio juicio desapasionado. Como quiera que sucediera, el hecho es que indudablemente, y no puedo pretender explicarlo, Willie Hughes fue para mí de pronto un simple mito, un vano sueño, la fantasía juvenil de un muchacho que, como la mayoría de los espíritus ardientes, estaba más ansioso por convencer a los demás que por dejarse convencer él mismo. Ahora veo que la teoría se basa en un engaño. La única evidencia de la existencia de Willie Hughes es este cuadro que tienes ante ti, y el retrato es una falsificación. (Wilde, Mr. W.H.)

imagen de Violeta Bellver, publicada con consentimiento expreso

martes, noviembre 25, 2008

franciso cascales. tablas poéticas. primera parte



Tablas poéticas
De Francisco Cascales [1617]

Las cinco primeras tratan de la poesía in genere, y las otras cinco de la poesía in specie

De la poesía in genere
Tabla primera: De la diffinición poética, de su materia, forma y fin, de la división de las poesías, de la diferencia y concordancia dellas.
Tabla segunda: De la fábula.
Tabla tercera: De las costumbres.
Tabla quarta: De la sentencia.
Tabla quinta: De la dicción.

De la poesía in specie
Tabla primera: De la épica mayor.
Tabla segunda: De los poemas menores reduzidos a la épica mayor.
Tabla tercera: De la tragedia.
Tabla quarta: De la comedia.
Tabla quinta: De la Lýrica.

De la poesía in genere
Tabla primera
PIERIO.- En nombre de Dios, pregunto, ¿qué cosa es la poética?
CASTALIO.- La poética es arte de imitar con palabras. Imitar es representar y pintar al vivo las acciones de los hombres, naturaleza de las cosas y diversos géneros de personas, de la misma manera que suelen ser y tratarse. Assí que nuestros hechos no sólo los imita la poética, pero también otras artes, como son la pintura, música y dança. La pintura, con colores y figuras pinta y pone delante de los ojos los hechos, costumbres y affectos de los hombres. ¿Por ventura Philomela, cortada la lengua, con hilo y aguja no labró el incesto de Tereo elegantemente? ¿Y el pinzel de Zeuxis no engañó con la sutileza del arte las boladoras aves? La música también, assí aulética como citharística, ¿no representa las acciones humanas con su dulce armonía, moviendo los ánimos a ira, misericordia, miedo y esperança? Y la dança, con el movimiento de pies y manos, ¿qué no recaba? Famosíssima fue la destreza en dançar de Bathilo; y Thelestes era tan diestro que dançando imitó y significó la insigne toma de Thebas. Pero todas éstas son imitaciones mudas; sola la Poética haze su imitación con palabras, aunque no se despide de la armonía y número, que algunas vezes usa dellos, porque la poesía trágica y cómica admite choro. Y la Lýrica, ¿quién no sabe que se canta y dança a la lyra? La acción trágica y cómica, antiguamente fue celebrada con baile y canto; y oy, assí en España como en Italia y Francia, se usa lo mismo, aunque no con la perfeción antigua. Todo esto me parece comprehendió Horacio en la sátira nona, libro primero de los Sermones.
Nam quis me scribere plures
aut citius possit versus? Quis
membra movere
mollius? invideat quod Hermogenes
ego canto.
¿Quién más versos que yo compone al día,
quién los miembros más blandamente
mueve?
Y si me oyera el gran cantor Hermógenes
imbidioso me diera la ventaja


Adonde significa que toca al consumado poeta saber hazer versos, dançar y cantar.
PIERIO.- Yo e visto esse lugar de Horacio; pero los intérpretes no sacan tal concepto dél, sino que aquél como charlatán se glorificava de saber todas las artes.
CASTALIO.- Quiero dezir una arrogancia. No está declarado hasta oy aquel lugar. Y para que creáis que no dixo y señaló Horacio sin particular fundamento estas tres artes solas de metrificar, dançar y cantar, dize Aristóteles en el principio de su Poética, tratando del número, armonía y metro, que estos tres instrumentos se usan juntamente en la poesía dithirámbica y mímica, pero en la tragedia y comedia, distinta y separadamente. Hoc differunt, quod illae quidem simul omnibus, hae vero particulatim utuntur. Interpretando esto, Robortelo dize con testimonio de Pólux y Luciano: «Era costumbre entre los antiguos recitar la tragedia o comedia en la scena, y en la orchestra, dançar aquello mesmo que se avía recitado; y en otro lugar más apartado, cantar y tañer la misma actión que se avía representado y baylado.» Luciano alaba un bailarín que delante del rey Demetrio, solo, sin música ni canto, dançó el concúbito de Marte y Venus, como lo descrive Homero; y de tal manera imitó y mostró a Marte juntándose con Venus, y a Venus enlazada con Marte, y al Sol que los manifestava, y a los Dioses mirando y riyéndose, que dixo Demetrio admirado: «¡De tal modo, o hombre, imitas la cosa con las manos, que me parece que la veo y que la oygo!» Y como avía dançantes tan doctos, avía ni más ni menos cantores tan diestros que qualquiera actión la imitavan con sus modulaciones excelentíssimamente. Y assí, Vitruvio pone en el teatro scénico tres distintos lugares: scena para los farsantes, orchestra para los baylarines, y odeo para los cantores. A esto, pues, aludió aquel charlatán que se encontró con Horacio, significando era tan perfecto poeta, que sabia estas tres artes referidas tan necessarias en la poesía.
PIERIO.- Por cierto, es tan genuina y propria essa interpretación, que desde agora resigno las otras en mano de sus auctores, y ésta sola quiero y tengo por buena. Síguese la materia poética: ¿Qué me dezís della?
CASTALIO.- La materia poética es todo quanto puede recivir imitación; por tanto, no introduzgáis persona ni cosa en vuestra poesía que no sea imitable. Y si no se encierra cosa en la materia poética que no esté sugeta a la imitación, mal hecho es sacar en el teatro a la Virgen María y a Dios. Que ¿quién podrá imitar las diviníssimas costumbres de la Virgen? Pues a Dios, que nadie le a visto y es incomprehensible, ¿quien osará imitarle y representarle? Tampoco en el tablado se pueden imitar tormentas del mar, ni batallas campales, ni muertes de hombres; porque ninguna cosa déstas puede tener allí su justa imitación. Horacio:

Cosas ay que se deven a la vista
del auditorio recitar; y cosas
narrarse basta cómo ayan passado.
Menos mueve los ánimos aquello
que se escucha, que essotro que los ojos
fieles ven, y visto comprehenden.
Lo que no es para fuera, hágase dentro.
Ya te vendrán sucessos que no deven
delante hazerse, sino referirse.
No ante el pueblo medea sacrifique
y desmiembre sus hijos; las humanas
carnes no cueza el más que crudo Atreo;
no trasformes a Progne en ave; a Cadmo
no le conviertas en culebra. Cosas
assí hechas, incrédulo las odio.

Aviendo, pues, de ser nuestra materia participante de imitación, no se pueden sufrir aquellos que ensenando agricultura, o philosophía, o otras artes o sciencias, quieren ser tenidos por poetas en lo que no ay imitación ninguna. El que enseña matemática, llámese maestro de aquel arte; el que narra historia, llámese historiador; el que imita al matemático en alguna actión de su facultad, y el que imita algún hecho de la historia, ésse es y se deve dezir poeta. Por tanto, deves elegir materia digna de la poesía, si quieres que no te digamos versificador. Y no basta que la materia sea imitable: obligado estás a elegirla según la calidad del poema. La materia de la comedia no es buena para la tragedia. Y al contrario, el cómico tiene por fin la risa, el trágico tiene por fin la misericordia y miedo: eligirá materia apta para provocar a misericordia y miedo. Porque, como dize el proverbio: Non ex quolibet ligno fit Mercurius. Sabiendo elegir materia según la calidad de la poesía, bien se cree que sabrá también el poeta escoger y tomar materia conveniente a sus fuerças, y que avrá provado primero lo que puede sustentar. Horacio:
Escritores, tomad a vuestras fuerças
materia igual; hazed prueva primero
de aquel peso que pueden o no pueden
sustentar vuestros hombros: conveniente
siendo la empresa, no tengáis recelo
que os falte la facundia y orden clara
.
Quien no es bastante para hazer una obra épica, ni una tragedia, haga comedia, o haga una égloga, una sátira, una canción, o un soneto. Examínese también adónde le lleva más su inclinación. Porque avrá quien no acierte a darle su gracia a una comedia, y hará una tragedia por estremo bien. Otro tendrá excelencia en la epopeia, y no en la lýrica. Por tanto, conviene experimentar cada uno su natural ingenio para mejor acertar. Y porque la materia consta de cosas y palabras, las cosas se han de sacar de la socrática philosophía, digo de la política, económica y ética. La política usa el épico y trágico, que son cosas de govierno y estado. La económica sirve al cómico, que es la administración de la familia. La ética trata el satírico, como quien reprehende vicios y enseña buenas costumbres. Teniendo hecha provisión de cosas, es impossible faltarle las palabras. Horacio:
La fuente de escrivir bien es la sciencia;
essa te enseñará el divino Sócrates.
Y quando tengas allegada hazienda
de qué decir, sobrarte an las palabras
.
PIERIO.- Olvidádome e; aguardad, miraré el papel. Assí: la forma poética se sigue. ¿Qué me dezís della?
CASTALIO.- La forma poética es la imitación que se haze con palabras; y si désta carece la fábula, aunque tenga quantos géneros de versos ay, no por esso se dirá poesía. Porque el poeta tiene su etymología de la imitación, en la qual consiste toda la excelencia de la poesía; y no del verso, el qual es una cosa menos principal y más perteneciente al ornato. Arist. dize: Si quis universa permiscens metra, imitationem autem non fecerit, non iam poeta appellandus. «Si alguno hiziere quantos géneros de versos ay, como no haga imitación, no deve ser llamado poeta.» Yo no excluyo los versos de la poesía; pero tampoco los hago tan sustanciales, que sin ellos no se pueda hazer el poema. Ay buena poesía sin verso, pero no sin imitación. Si Salustio, si Tito Livio nos escriviessen sus historias de nuevo en metro en el modo que oy están, no por esso se podrían dezir poetas. Tienen los historiadores ampla licencia, y los poetas están asidos a muy estrechas leyes, que en quebrantándolas dan al través con sus obras. Si tú traduzes en prosa el Eunuco de Terencio, tan poeta será como si le traduxeras en verso. Sólo es de advertir que como la armonía y número son accidentes de la poesía, y los metros son partes del número y armonía, de aquí procede que la fábula deva ser en verso. Y también porque siendo necessario en la poesía el ornato y dulçura, el verso que en esto tiene tanta excelencia, no es razón olvidarlo. Horacio:
No basta ser hermosa la poesía,
también sea dulce; inclinar a los ánimos
a la parte do más le pareciere
.
En fin, que los poetas imitan ya con metro, ya sin metro; y esto de tres maneras, según la sentencia del philósopho: Vel quod rebus genere diversis, vel quod res diversas imitantur, vel quod diverso modo. «O imitan los poetas (dize) con cosas diversas, o cosas diversas, o en modo diverso.» Con cosas en género diversas, porque los instrumentos con que imitamos son palabras, armonía y número. El poeta heroico imita con palabras, no más; el scénico, con palabras y armonía; el lýrico, con palabras, armonía y número. De aquí viene que toda la poesía se considera en tres maneras: hablando, sonando y dançando, unas vezes distintamente, y otras, todo junto. Las cosas que imitamos son las costumbres y hechos de las personas. Éstas son: unas, supremas, como Dios, ángeles, santos, pontífices, reyes, príncipes, magistrados, cavalleros; medianas, como ciudadanos, que ni son nobles, ni tienen cargos públicos; ínfimas, como rústicos, pastores, artífices mecánicos, truhanes, pícaros y otra gente vil. Y si miramos a la gentilidad, sátiros, faunos y silvanos, y todos aquellos que dan ocasión de risa y passatiempo. Los modos con que imitamos son tres: exegemático, dramático y mixto. Modo exegemático es quando el poeta habla de su persona propria, sin introduzir a nadie. Modo dramático es lo contrario, quando el poeta introduze a otros hablando, sin interponer jamás su persona. Modo mixto es el que participa de entrambos, quando el poeta, unas vezes habla él en su poema, otras haze hablar a otros. El lýrico casi siempre habla en el modo exegemático, pues haze su imitación hablando él proprio, como se ve en las obras de Horacio y del Petrarca, poetas lýricos. Los trágicos y cómicos hablan dramáticamente, callando ellos, siempre introduziendo a otros. El épico participa del uno y del otro modo. Habla el épico de su persona, como:Callaron todos tyrios y troianos, y luego introduze a Eneas, callando él: Mándasme renovar, reyna ecelente.
Del scénico y lýrico no hay necessidad de exemplos; porque, ¿quién no sabe que en la tragedia y comedia no habla el poeta y en las canciones lýricas, que por maravilla introduzimos a otro, sino que nosotros hablamos de nuestra persona?
PIERIO.- El fin de la poesía tomada in genere, ¿quál es?
CASTALIO.- El fin de la poesía es agradar y aprovechar imitando. Por este fin dixo Horacio:
Todos los votos se llevó el poeta
que supo ser de gusto y de provecho:
ya alegrando al lector, ya aconsejando
.
De manera que el poema no basta ser agradable, sino provechoso y moral, como quien es imitación de la vida, espejo de las costumbres, imagen de la verdad. ¿Quién duda, sino que leyendo los hombres las obras de poesía, o hallándose en las representaciones tan allegadas a la verdad, se acostumbran a tener misericordia y miedo? De aquí procede que si les viene algún desastre humano, son ya menores el dolor y espanto. Que es cosa llana y cierta que quien nunca a passado calamidad, si le sobreviene sin pensar y de improviso, no tiene paciencia para sufrirla. Y también ay muchos que sin razón se afligen y temen. Oyendo, pues, en los teatros y leyendo en los poemas cosas digníssimas de conmiseración, y que aun el muy sabio conviene que las tema, aprenden quál es de lo que nos emos de doler y emos de temer. Y finalmente, se sigue grande utilidad destas lecciones y recitaciones poéticas, en que siendo la fortuna de los hombres común en esto que ninguno dexa de estar sugeto a las miserias humanas, las llevan con más facilidad los que las tienen, y se consuelan grandemente, acordándose que otros an passado por aquello mismo.
PIERIO.- Yo confiesso que las poesías nos enseñan el camino de la virtud, ya con el exemplo de los buenos, ya con el infelice fin de los malos. Pero, quando nos representan cosas tristes y dolorosas, y quando nos representan casos atroces y crueles, ¿esto cómo puede deleytar?
CASTALIO.- Agudo soys. ¿Cómo? Con la imitación, traer a degollar o a sacrificar a alguno y verle en aquel acto tan horrible, mucho mueve los ánimos. Descrívase aquí aquel que a de ser degollado. Cosa lastimosa es ver los pregoneros con ronco y humilde son tocar sus trompetas; los ministros de justicia apartar la gente; la guarda para defenderle de alguna repentina violencia de los parientes; los religiosos sacerdotes que le acompañan y animan con divinas y devotas exortaciones; al verdugo cruel sobre el enlutado cadahalso, que le haze arrodillar, le liga las manos, le benda los ojos, le pide perdón, y asiéndole de los cabos de la benda, le derriba la cabeça de los hombros. Allí el alarido de la gente, los clamores, las oraciones, las lágrimas de los circunstantes. Si bien el acto mueve a dolor, la descripción dél bien hecha causa delectación, y se halla el lector contentíssimo de aver leído aquella actión tan bien imitada. Assí mesmo, ¿a quién no atemoriza ver a un toro, a un león, a un tigre que está desmembrando y haziendo pedaços a un hombre? Pues si esto mesmo lo veis pintado en una tabla o en un mármol, ¿no os agrada infinito la buena expressión y imitación de aquel riguroso caso?
PIERIO.- Digo que sí, y que lo tengo bien entendido. Passemos a la división de la poesía.
CASTALIO.- La poesía se divide en tres especies principales: épica, scénica y lýrica. Difieren entre sí en los instrumentos, en las materias, en la phrasi y en los fines. En los instrumentos, no en quanto a las palabras, que son comunes a toda la poesía, sino en la armonía, número y modo. Porque la épica sólo imita con palabras; la scénica admite choro y, por consequencia, tiene armonía; la lýrica se canta y bayla, y assí quiere también número. En el modo también son diferentes, porque el scénico es dramático siempre, el lýrico casi siempre habla de su persona propria, y el épico haze lo uno y lo otro, como queda provado. Difieren en las materias: porque el épico celebra una grande actión, la qual sea en alabança y excelencia de la persona fatal; fatal llamo aquella persona que principalmente celebra y canta el poeta; como lo es Eneas en el poema heroico de Virgilio, y Ulisses en la Odisea, y Achiles en la Ilíada de Homero. El trágico tiene también actión ilustre, pero con otro fin, porque su actión ha de ser tal que con ella pueda mover a misericordia y miedo. El cómico abraça una actión humilde de donde pueda sacar cosas de passatiempo y risa. El lýrico canta por la mayor parte a los hombres dignos de alabança, o sean graves, o medianos. También trata otros sugetos de amores y deleites de la vida humana, exortaciones, invectivas, vituperaciones y otras cosas, pero debaxo de un concepto solo. Assí mesmo, diferencian en la phrasis; porque el épico y trágico usan un lenguage ilustre y grandioso; el cómico, vulgar y humilde; el lýrico, galán y polido. Sabida la diferencia, sepamos también en qué se dan las manos. Primeramente concuerdan la epopeia y la tragedia en la materia y estilo, porque ambas tratan cosas grandes y severas. Y assí, quien supiere conocer una tragedia bien compuesta, o los defectos de la que estuviere mal hecha, sabrá ni más ni menos juzgar la epopeia. Son comunes a todas las especies las agniciones y las peripecias. Agniciones llama el latino los reconocimientos, y peripecias el griego las mutaciones. Es reconocimiento el que se viene a tener de alguna persona inopinadamente, como Ulisses que después de largo tiempo, bolviendo a su casa, siendo recebido por huésped, fue conocido de una criada suya en cierta señal del cuerpo que le vio estándole lavando. Llámase peripecia la mutación de una en otra fortuna, de prosperidad en miseria, o de miseria en prosperidad. Requiérese también en todas las partes de la poesía ser o moratas, o patéticas, o mixtas. Morata es la fábula donde principalmente se pintan las costumbres. Patética, donde se representan más las passiones y affectos del ánimo, que pathos en griego quiere dezir passión. Mixta, quando la fábula es en parte patética y en parte morata. La economía, el decoro, la suavidad, la gracia, la hermosura, los tropos, las figuras, la variedad, de donde nace la maravilla, a todas las especies conviene. En fin, son comunes a todo poema aquellas essenciales partes de la poesía: fábula, costumbres, sentencia y dictión.
PIERIO.- Ya sé la difinición de la poesía, su materia, su forma y fin, las diferencias y las concordancias de sus especies. La segunda tabla os llama a tratar de la fábula.

nota: Francisco Cascales (Fortuna, 1564 - Murcia, 1642), erudito y humanista español

sábado, noviembre 22, 2008

arnaldo calveyra. apuntes para una reencarnación

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apuntes para una reencarnación (selección)

Por el espejo de irte quedando dormida el largo día pasa, pasa un río, pasa el agua de ese río, muchos ríos pasan, noche que llega por la ventana entrecerrada, que no oscurece el agua, pasa, pasa el recuento de lugares en espera, siempre, de lo mismo, el desenlace súbito del espectáculo del día en que llegaste a ser casi todas las cosas.

Escribir palabras que lleguen a ser los desprevenidos años preadolescentes. Horas a eso del atardecer, repentinas (nadie contaba con ellas), la nube que acaba de llegar a la página, ya a punto de ausencia, la misma urgencia que la hizo entrar en la pieza la hace ahora desvanecerse, nube con una llovizna dentro, ¿y por qué tan callados en algunos lugares de la tarde, en medio de una conversación de golpe interrumpida, chaparrón de la memoria en mitad del verso, hiato blando del corazón de la sandía partido en dos como el para siempre enrojecido corazón del ocaso, pulpa de esa memoria abriéndose paso entre personas que nunca vieron llover?
Lo presenta como el ahogado que deriva hacia la costa. Una vez vuelto del mar de esas nubes éstas lo orientan hacia la playa, reconoce la arena donde podrá encontrar reposo.
Como si fuera él esa costa.

Y luego (¿antes, antes de eso?), la puerta abierta y cerrada de ese mismo sueño.
y luego (¿antes? ¿cuándo antes?), unas líneas. Estas líneas, la evasiva memoria.

de Arnaldo Calveyra, Poesía Reunida, Buenos Aires, Editorial Adriana Hidalgo, 2008.

sábado, noviembre 15, 2008

robert lowell. el retorno del desterrado

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el retorno del desterrado

Se amontona en borrascas una especie de herrumbroso fango,
no hielo, no nieve, para adherirse al hotel de Ville,
donde ensamblados dragones de hierro apresan
la ventisca en su rigor mortis. Una campana
se queja cuando los ecos arrancan
la paja del techo de su torre,
las ametralladoras gatillan, escupen, rajan la madera
y mellan los techos de pizarra sobre la Holstenwall
donde las arrancadas tejas coronan al vencedor. Otoño
e invierno, primavera y verano, los cañones se alistan
y avanzan pesadamente por la estrella calle de techos agudos
delante de tu gris, doliente casa ancestral
donde el nogal dinamitado
sombrea una vieja, rolliza puerta desquiciada por el viento
e intimida al comandante yanqui. No verás
niños engreidos ni encontrarás
al infame canciller de la pata de palo
con una nomeolvides en el ojal
cuando los insípidos libertadores se derramen
por la Plaza del Mercado, depositen en tierra las armas
ante el Rathaus; pero ya los puestos de azucenas
hacen germinar la resurgida Renania, y una tosca
catedral eleva su ojo. Bastante grato,
voi ch'entrate, y tu vida está en tus manos.

The exile's return
There mounts in squalls a sort of rusty mire,
not ice, not snow, to leaguer the Hotel
De Ville, where braced pig-iron dragons grip
the blizzard to their rigor mortis. A bell
grumbles when the reverberations strip
the thatching from its spire,
the search-guns click and spit and split up timber
and nick the slate roofs on the Holstenwall
where torn-up tilestones crown the victor. Fall
and winter, spring and summer, guns unlimber
and lumber down the narrow gabled street
past your gray, sorry and ancestral house
where the dynamited walnut tree
shadows a squat, old, wind-torn gate and cows
the Yankee commandant. You will not see
strutting children or meet
the peg-leg and reproachful chancellor
with a forget-me-not in his button-hole
when the unseasoned liberators roll
into the Market Square, ground arms before
the Rathaus; but already lily-stands
burgeon the risen Rhineland, and a rough
cathedral lifts its eye. Pleasant enough,
voi ch'entrate, and your life is in your hands.

de Poemas de Robert Lowell, Versión, prólogo y notas por Alberto Girri, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1969.

jueves, noviembre 13, 2008

jorge fondebrider. extraños

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extraños

Volviendo de la escuela de mi hija
vi venir a una mujer con la expresión crispada
hablando con dolor a un celular.
Lloraba y pensé en decirle algo.
No lo hice, porque ocurre,
con soledad tan clara,
tan nítida y rotunda,
que sólo con esfuerzo y desde lejos
se puede acompañar.
Fingir la comprensión que no se tiene,
mostrar preocupación ajena,
mientras uno sigue caminando
y haciendo con las manos ese gesto,
como espantando los pájaros del miedo.

jorge fondebrider
de Los últimos tres años, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2006.

martes, noviembre 11, 2008

sofistería


maldecir la retórica que dice
que la vida es un halago de dios
dormir en nuestra casa de prestado
con una unívoca persona
y pagar la cuota
de la muela perdida por envejecimiento
hasta haberse gastado de rodillas
extendiendo las sábanas
con las que el funebrero envolverá
el último acontecimiento feliz
que fue cerrar los ojos para no ver
la inútil tragedia.

silvia camerotto, lomas de zamora, 1959
inédito

jueves, noviembre 06, 2008

irene gruss. jinetes del apocalipsis


jinetes del apocalipsis

No hay lugar para la huida, ángel
del deseo.
Ellos, que dicen que son fantasmas,
siguen haciendo malas artes,
influyen, lo hacen bien,
estorban la huida, ángel
del deseo. Me corrompen.
Adonde fuera, el sol o la lluvia
me perseguirían como un testigo;
adonde me quedara,
ellos,
que dicen que son fantasmas,
mandarían cartas anónimas, desapasionadas
o donde la pasión
ocupa un lugar antiguo, de pacotilla.
Ahora, dicen,
el cielo se resquebraja tanto como
el suelo,
la gente lee libros trágicos,
suena con llanuras que parecen desiertos.
Ahora, dicen, todo ha terminado.
Y yo quería un lugar,
un toque
de infancia,
una frase verdadera.

Irene Gruss
* de La mitad de la verdad. Obra poética reunida 1982/2007. Editorial Bajo la luna Poesía, 2008

martes, noviembre 04, 2008

ezequiel martínez estrada. elegía

estrada21
1.
elegía

Sintiendo el casi bárbaro pavor de lo absoluto
y la atracción simpática del hambre de la tierra,
echo estas cuatro estrofas de hiel en tu sepulcro
igual que cuatro garfios para tu carne muerta.

Sé bien que estás viviendo aquí o en otro sitio,
dentro o fuera del ámbito del espacio y del tiempo,
en horrible simbiosis empotrado en tus hijos,
enquistado en sus vidas, como un gusano fétido.

Ojalá cuando el sueño te devoró los ojos
y te impulsó hasta el fondo sin fondo de la noche,
tu fuga no dejará tras sí para nosotros
ni la estela encendida en su caída enorme;

que volatilizada tu materia y extinta
tu psique, fueras menos que la nube que pasa,
¡porque los malos quedan pesando en nuestra vida
y los buenos nos llevan la muerte de ventaja!*

*de Nefelibal,1922.

2.
sueño

En la silla de mimbre te has quedado dormida
con un fin de sonrisa en la boca entreabierta.
Está como en cenizas la brasa de tu vida
y por un poco de aire no acabas de estar muerta.

En las manos se aduerme la luz, como si entrara
por entre carne y piel, y sobre tu regazo
cae un trozo de sombra que te mancha la cara,
apretándose, justa, a la curva del brazo.

De tus párpados fluye cierto noble sosiego
que en la frente inclinada se aclara y se depura,
como algo invulnerable que sobre el cuerpo ciego
pusiese una invisible defensa de armadura.

Y me quedo en la orilla de tu sueño profundo
que en su total parálisis todo olvida y desdeña,
como si hubieras sido escamoteada al mundo.
Tú no eres nada ahora y yo soy el que sueña.

Te observo fijamente, doblado ante el abismo
que nos separa; evoco tristezas y alegrías
y voy recuperándote como algo de mí mismo
que hubiese desgastado el roce de los días.

Nuestros seres quedaron distantes, en el trato
diario. Somos islas y el mar se extiende entre ellas.
Nos llegan las señales, a través de ese hiato,
con la clara fatiga de las viejas estrellas.

Pero aunque me separa de tí, que estés dormida,
este abismo que ahonda mi espíritu despierto,
algo acopla por dentro tu vida con mi vida.
Vivimos y morimos los dos; eso es lo cierto.

Tu rostro me revela nuestro común destino
y hay en él ciertas huellas de que antes no hice caso,
que son como la impronta del dolor paulatino
de toda tu esperanza y todo mi fracaso.

De pronto me da miedo lo blanco de tu frente
y, arrastrado en el vértigo de estas ideas que urdo,
concibo que podrías morirte de repente,
¡y es un arma cargada mi pensamiento absurdo!

Te digo alguna frase a media voz y apenas
hacia mi vos estiras tu mano en vano empeño,
porque está como anclada con seguras cadenas
en el fondo del mar en pleamar del sueño.

Quizá también mañana yo duerma un sueño fuerte
y a tu vez me contemples con temor infinito,
sin saber que me he ido, soñando, hasta la muerte.
Yo no podré tender las manos a tu grito.*

*de Humoresca, 1929.

3.
solo

Has vivido el revés de tu destino.
Te ofrecieron amor y no quisiste;
fortuna y gloria, y preferiste el vino
de la sabiduría, que es tan triste.

Y ahora, al final de tu camino,
buscas a Dios, que sabes que no existe.*

*publicado en el diario La Prensa en 1955.

Ezequiel Martínez Estrada nació en San José de la Esquina, provincia de Santa Fe, el 14 de septiembre de 1895 y murió en Bahía Blanca el 4 de noviembre de 1964. (Algunas fuentes aseveran que su muerte ocurrió el día 3 de noviembre de 1964).

sábado, noviembre 01, 2008

josé luis mangieri. selección










«lo que vale —te guste o no— es lo que hacés desde que nacés hasta que te morís»,









Cosas pendientes

Me gustaría que la gente dijera de mí ,"Con pasión, hizo lo que pudo". Sería un buen final.**

Último vuelo

Veintiséis años de amor
partieron rumbo a Texas
en un Boeing 707
bajo la lluvia.

El aeropuerto y las gentes
quedaron solos
mojados
mirando.

Yo también.***


**de Es rigurosamente cierto, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2004.
***de Poemas del amor y de la guerra, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2008.

más josé luis: 16.10.08, 22.7.08, 22.6.08

sábado, octubre 25, 2008

alfonsina storni. homenaje


1.
hombre pequeñito

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das,
digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé media hora,
no me pidas más.*

* de Irremediablemente, 1919.

2.
Aeroplano en un espejo

¿Hacia dónde rolaba, desasida,
por mal de ensueño? ¿Iba a buscar el nido
del viento, con sus grandes huevos grises
a punto de romper los cascarones?

Altas paredes negras me rodeaban
que derivaban lentas con mi lecho
y por algún costado de la tierra
caíamos sin peso y balanceantes.

Minúscula laguna era el espejo
que vertical se abría en el ceñido
bosque de sombras de mi cuarto huyente.

Y un aeroplano azul lo penetraba,
en la noche viniendo y en puntillas,
fosforescente y tímido asomado.**

**de Mascarilla y trébol, 1938.

3.
déjame

No pensaré otra vez del mismo modo;
déjame andar, déjame andar a curvas;
contradicción contradicción es todo.

No hay más verdad que remover la vida...
déjame andar con la esperanza suelta,
yo picaré toda verdad sabida.

Déjame corretear como los vientos;
del mismo pensamiento que me canse
yo sacaré los nuevos pensamientos.

Deja que viva y que el error me doble,
bello es errar y confesar el yerro;
virtud que no se prueba no es la noble.

Oh, no quiera trocarme en una estatua,
el alma anquilosada en una idea,
anquilosada en una idea fatua.

Déjame andar, correr, moverme libre:
llore, blasfeme, rece, cante, ría,
sucumba, implore, me desmaye o vibre.

Deja que a mi designio me someta,
oh tú, feliz, que por las calles pasas...
¡Ya habré de estarme para siempre quieta!***

***Poesía no publicada en libro.

De Alfonsina Storni, Tomo I, Poesía, ensayo, periodismo, teatro, Editorial Losada, Buenos Aires, 1999.

«Nuestro progreso material asombra a propios y extraños. Hemos construido urbes inmensas. Centenares de millones de cabezas de ganado pacen en la inmensurable planicie argentina, la más fecunda de la tierra; pero frecuentemente subordinamos los valores del espíritu a los valores utilitarios y no hemos conseguido, con toda nuestra riqueza, crear una atmósfera propicia donde puede prosperar esa planta delicada que es un poeta». Palabras de Alfredo Palacios, noviembre 1938.

Alfonsina Storni nació el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca. Murió en la ciudad de Mar del Plata, el 23 de octubre de 1938.

sábado, octubre 18, 2008

juan carlos moisés. caja de pandora y otros poemas


1.
caja de pandora

Una poesía de propuestas
o una poesía de poesía,
una poesía de filiaciones
o una mirada destructiva sobre las lilas blancas,
un cielo sin ángeles
o un revólver frío como la noche,
una poesía sin palabras
o una poesía de dientes de ajo,
una poesía de respuestas
o una poesía de persona,
una nube pasajera bajo las constelaciones
o un viento del sur,
una escritura automática
o una lapicera clavada en el cuerpo de tu enemigo.

2.
palabras finales J.C.O. (1909-1994)

Cultivé el escepticismo
como una forma irritante
de las bellas artes.
Ahora sé que en el final de la vida
—este bar de mala muerte—
ya no se espera nada,
no se desea nada.
En la combinación de actos
y palabras inútiles
—porque siempre me pareció
estar hablando para nadie
en la oscuridad—,
sólo me fue posible lograr
cierta lucidez, cierta perfección
del escepticismo,
por el que no he pagado nada,
ni —con el perdón de ustedes— pagaré.

3.
la lista de las compras

"Mi amor, la alegría de oír abrazados,
en el amanecer todavía oscuro,
a los primeros teros
después del largo
y no muy amistoso invierno".

No te imaginás, dice mi mujer,
la cara que puso el chico del mercado
cuando descubrió por azar
las palabras escritas al dorso
de la lista de compras
que le alcancé sobre el exhibidor
de las carnes frescas del día;
y la mía, dice ella, mi cara de no saber
qué decir en medio de la ansiedad
de los clientes, cuando me devolvió
el papelito confesando sin pudor
que le gustaban los poemas de amor.

Qué iba yo a pensar, cuando el barullo
de los teros nos despertó en la mañana
y con el apuro fui a escribir a ciegas
en el primer papelito que encontré
sobre la mesa, que el entusiasmo
de ese acto mínimo y fugaz
por la retirada del invierno
iba a tener tan rápido como canta el gallo
el consuelo involuntario de un lector
enarmorado.

Juan Carlos Moisés
De Animal teórico, Poesía Pez Naúfrago, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2004.

jueves, octubre 16, 2008

josé luis mangieri. 15 poemas y un títere. selección


















IV

El timbre del reloj siempre a la misma hora
hacer y deshacer el nudo de la corbata
ponerse la camisa
las medias
los zapatos
—nada hay más triste
que unos zapatos vacíos esperándonos—
y sumarse al desfile de máscaras que en la calle
sobrenadan entre bocinas
y gritos de vendedores.
Caminar
detenerse
ir al cinematógrafo
lleno de manos
y sueños de dactilógrafas
y una soledad de zaguanes mojados.

Los días se estiran aburridos
como la calvicie de ciertos empleados
a punto de jubilarse
también se aburren los matrimonios
al regresar los sábados por la noche
y las flores en la solapa
de los escribientes con domingo.

Y al término del día
arrancar un papelito al almanaque
y acostar esta alma desconsolada
como mis pantalones arrugados.

De 15 poemas y un títere, Ediciones Horizonte, Colección de Poesía La rosa blindada, Buenos Aires, 1962.

más mangieri: 1.11.08, 22.7.08, 22.06.08

martes, octubre 14, 2008

rafael bielsa. selección de espejo negro



XIII

Así como el que estuvo sobre su caballo, erguido
al pie de la planicie,
en vísperas del resultado de la batalla,
estás ahora —hacia las tres, las cuatro—
junto a un velador y un libro cerrado.
Recuerdas la palidez de las flores de papel, el pan
fragante,
un resplandor
de brasas en el cielo, el rozar de los dedos
entre los finos pañuelos.
Igual que al otro, te parece que todo
hubiera sucedido ayer.

(de Espejo Negro, 1988)

rafael bielsa
*Una antología de la poesía argentina (1970-2008), Selección,prólogo y notas: Jorge Fondebrider, editorial Lom, Santiago de Chile, 2008.

viernes, octubre 10, 2008

zen


Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!*

*lupercio leonardo de argensola, una mujer que se afeitaba y estaba hermosa.
data:
  • nació en Barbastro el 14 de diciembre de 1559 y murió en Nápoles en 1613.
  • poema tomado por homero expósito para la composición del tango maquillaje.

miércoles, octubre 08, 2008

cristina peri rossi. mis contemporáneos



Mis contemporáneos

He compartido mesa
congresos conferencias
con muchos escritores
Los he oído recitar
pontificar
exhibirse como machos en celo
apostrofar
sentenciar
juzgar
Los he visto firmar autógrafos
los he contemplado ligar
emborracharse
subir a la habitación
con la admiradora arrobada.

Todos ellos sabían algo
que las lectoras no saben:
la literatura no es de verdad.

cristina peri rossi
de Poesía Reunida, Editorial Lumen, Barcelona, 2005

lunes, octubre 06, 2008

jorge aulicino. berserkers





Berserkers

No contabas los muertos entre aquellos
cuyos perfiles de tormenta daban siempre el par.
Pero de esas batallas y de aquellos inmortales no quedan,
en esta luz de cobre de tardes argentinas,
más que polvorientos reflejos.
Ya ves: cuánta furia entonces, cuántas las torres
desmoronadas en procura de un jardín incomprensible.
No era de viento tu lengua, ni de nube:
era del pedernal que ellos entendían.
¿Qué ley, qué disposición secreta,
qué alquimia o signo hubiesen contemplado?
Es cierto que te desafiaban con un grito
en los valles nublados del Orco.
Cierto que tomaban el pan y la mujer, el rocío o la sangre,
con aquel gesto aprendido en tu mesa y al pie de tus murallas.
¡Oh, que no comprendieran lo que aún decías:
la palabra que tañía,
la piedra blanca que dejaste ver entre tus manos!
Y sin embargo—¿recuerdas?—
los habías lanzado por el filo del abismo y a las
comisuras del diablo,
al raleado monte o a las ciénagas
donde las aves zancudas y el relámpago
hablan de tu reino.
Iban ellos, conquistadores de tu Elam, ceñudos.
Pensaban que no era la muerte sino una posibilidad entre las cosas
que todavía giraban en el azar de tu nombre.

jorge aulicino
de Hostias, Ediciones del Dock, Poesía de Pez Naúfrago, 2004

sábado, octubre 04, 2008

diccionario y etimologías XII

costar, hasta 1140. Del latín CŎNSTǍRE, ‘adquirirse por cierto precio’, propiamente ‘estribar en, depender de’, ‘existir, mantenerse’.
Derivados. Costa ‘cantidad que se paga por algo’, ‘gasto’, 1220-50. Coste, 1601. Costo, 1495; costear ‘seguir la costa’, 1570, ‘pagar el gasto’; costoso, hasta 1495. Cuesta, ‘coste’.*

valer, 1097. Del latín, VALĔRE, íd., propiamente ‘ser fuerte, vigoroso, potente’, ‘estar sano’.
Derivados. Vale ‘adiós’, propiamente imperativo latino de valere ‘estar bueno’. Vale (documento), fin siglo XVII. Valedero, mediados siglo XIV. Valencia, siglo XX. Valeroso, 1444, probablemente disimilación de *valoroso, derivado de valor. Valetudinario, tomado del latín, valetudinarius, íd., derivado de valetudo ‘estado de salud’. Valía, hasta 1140; valioso. Valuar, principios siglo XVII; evaluar, siglo XIX, o avaluar, 1817, probablemente del francés évaluer, 1366; avaluación, siglo XVII, avalúo, siglo XVII. Válido, principios siglo XVII, latín valĭdus ‘fuerte, vigoroso’; validez; inválido, hasta 1600, invalidar, 1735; revalidar, fin siglo XVII; revalidación, 1737; reválida, siglo XIX. Valiente ‘que vale’, 984, ‘esforzado’, hasta 1140; valentía, 1251; valentón; envalentonarse. Valimiento. Valor, hasta 1140, latín tardío VALOR-ORIS; valoración; valorar, 1739; avalorar, hasta 1580, desvalorizar.*

*Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, editorial Gredos, Madrid, 2000.

destrucción total

era un día helado.
enterramos al gato,
luego tomamos la caja
y la prendimos fuego
en el patio trasero.
esas pulgas que escaparon
de la tierra y del fuego
murieron por el frío.

william carlos williams, rutheford 1883-1964