domingo, julio 31, 2016

alfonsina storni. mi hermana
















Mi hermana

Son las diez de la noche; en el cuarto en penumbra
mi hermana está dormida, las manos sobre el pecho;
es muy blanca su cara y es muy blanco su lecho,
como si comprendiera, la luz casi no alumbra.

En el lecho se hunde a modo de los frutos
rosados, en el hondo colchón de suave pasto.
entra el aire a su pecho y levántalo casto
con su ritmo midiendo los fugaces minutos.

La arropo dulcemente con las blancas cubiertas
y protejo del aire sus dos manos divinas;
caminando en puntillas cierro todas las puertas,
entorno los postigos y corro las cortinas.

Hay mucho ruido afuera, ahoga tanto ruido.
los hombres se querellan, murmuran las mujeres,
suben palabras de odio, gritos de mercaderes:
oh, voces, deteneos. No entréis hasta su nido.

Mi hermana está tejiendo como un hábil gusano
su capullo de seda: su capullo es un sueño.
ella con hilo de oro teje el copo sedeño:
Primavera es su vida. Yo ya soy el verano.

Cuenta sólo con quince octubres en los ojos,
y por eso los ojos son tan limpios y claros;
cree que las cigüeñas, desde países raros,
bajan con rubios niños de piececitos rojos.

¿Quién quiere entrar ahora? Oh ¿eres tú, buen viento?
¿Quieres mirarla? Pasa. Pero antes, en mi frente
entíbiate un instante; no vayas de repente
a enfriar el manso sueño que en la suya presiento.

Como tú, bien quisieran entrar ellos y estarse
mirando esa blancura, esas pulcras mejillas,
esas finas ojeras, esas líneas sencillas.
Tú los verías, viento, llorar y arrodillarse.

Ah, si la amáis un día sed buenos, porque huye
de la luz si la hiere. Cuidad vuestra palabra,
y la intención. Su alma, como cera se labra,
pero como a la cera el roce la destruye.

Haced como esa estrella que de noche la mira
filtrando el ojo por un cristalino velo:
esa estrella le roza las pestañas y gira,
para no despertarla, silenciosa en el cielo.

Volad si os es posible por su nevado huerto:
¡Piedad para su alma! Ella es inmaculada.
¡Piedad para su alma! Yo lo sé todo, es cierto.
Pero ella es como el cielo: ella no sabe nada.

Alfonsina Storni, Sala Capriasca, 1892- Mardel Plata, 1938
De Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1999

jueves, julio 28, 2016

césar fernández moreno. el sobreviviente

















me gusta fumar en la plataforma de tus ómnibus
a mí me alcanzaron las últimas
/desde el autobús/
ver la mano de la mujer acariciando la palanca de cambios de 
su pequeño descapotable
campanarios parados: técnica atrasada, inclusive
respecto al medioevo
(cada vez que paso uno de tus puentes)
le sonrío al Sena [el seno-asociación]
c'est ça tan parecido a mi nombre ce sar
compartir el asiento delantero/ del taxi/ con el perro
atado al radioteléfono
París te enseña el arte de conservar el sombrero en la 
cabeza a pesar del viento
alzado acunado paseado por sus autobuses
/es difícil/ cómo estar de pasada en París
(lois toilettes lavabos)
el romance en el subsuelo
los más modernos revestimientos
sobre los más antiguos muros

de 4. El sobreviviente, 'Apéndice'
en César Fernández Moreno, Obra Poética II. Querencias y otros libros, Perfil libros, Buenos Aires, 1999
imagen de 

miércoles, julio 27, 2016

jacobo fijman. ventana




















Ventana

Muelle de invierno.
Pájaros retorcidos del alboroto.
Entre la niebla,
estertor de los puentees.
Las hélices de un barco remueven luz y brumas;

Gozan olor de sol todas las lejanías,
caminos de miel
en que se pierden mis fatigas.

Alondras de mi pecho en la mañana
que llueve angustia.

¡No tienen árboles los muelles!
Se humedecen mis ojos y mis manos.

¡Y hay algo más que el ruido!
Una ventana
cerrada eternamente:
El silencio profundo sobre todos los puentes.

Jacobo Fijman,
De Molino Rojo
En Jacobo Fijman, Poesía completa, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2005
Imagen de Andrew Wyeth

martes, julio 26, 2016

elizabeth bishop. durmiendo de pie



Durmiendo de pie

Cuando nos acostamos a dormir el mundo desaparece a medias
en sucesivos grados de oscuridad;
el buró queda en la Pared
y los pensamientos que declinaron durante el día
crecen mientras otros caen,
se levantan y forman un bosque de tupidos árboles.

Los coches blindados de los sueños, ideados para hacer
tantas cosas peligrosas,
resuenan en el límite
camuflados, y listos para atravesar
las oleadas más rápidas, o para llegar a un arrecife
 de pizarras derruidas, mientras que las láminas y superficies se unen.

-A través de las rajaduras de las torretas vimos las migas o piedras tendidas
debajo de los bordes afirmados
al suelo del bosque,
como los niños inteligentes adoptados por un día
y acompañados hasta su puerta
   una noche, al menos; y en los  horribles tanques

los seguimos toda la noche. A veces desaparecían,
disolviéndose en el musgo,
a veces íbamos demasiado rápido
y hacíamos que encallaran. Tan torpemente navegamos
  hasta que la noche pasó
   y nunca descubrimos dónde estaba la casa.

Elizabeth Bishop, Worcester, 1911- Boston, 1979
En Elizabeth Bishop, Complete Poems, Chatto& Windus, London, 2004
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Catrin Welz-Stein

Sleeping Standing Up

As we lie down to sleep the world turns half away
            through dark degrees;
              the bureau lies on the Wall
and thoughts that were recumbent in the day
            rise as the other fall,
  stand up and make a forest of thick-set trees.

The armored cars of dreams, contrived to let us do
            so many a dangerous thing,
                 are chugging at its edge
all camouflaged, and ready to go through
            the swiftest streams, or up a ledge
   of crumbling shale, while plates and trappings ring.

-Through turret-slits we saw the crumbs or pebbles that lay
            below the riveted flanks
              on the green forest floor,
like those the clever children placed by day
            and followed to their door
  one night, at least; and in the ugly tanks

we tracked them all the night. Sometimes they disappeared,
            dissolving in the moss,
              sometimes we went too fast
and ground them underneath. How stupidly we steered
 until the night was past
  and never found out where the cottage was.




lunes, julio 25, 2016

irma cuña. cuando se habla de tardes y de noches



















V

Cuando se habla de tardes y de noches

     como si un ser pudiera descubrirlas;
cuando alguna tormenta entre dos luces
robó al sol el diluvio de los pólenes;
cuando viene la seda silenciosa y nos adormecemos de tristeza
nace un desconocido
un impensado.
Oh rostro de clarores. Oh traslúcido.

Y abre la piel su lluvia de latidos

y el árbol desenvuélvese hacia el aire.
Mariposas azules estremécense como si fueran apenas fueran.
De los cielos 
oh rostro de mi hermano en el olvido.

Se entrecierran mañana para tu ansia, ácida copa.

Se dispersan las alas en estrella.
Desátanse canciones 
y la cinta resbala como un brazo.

Todo ocurre a tu rostro. Irrepetido.

Y si golpeo nombres agotados
jugosos otra vez para tu nombre,
y si despierto viejas procesiones y visto los altares en penumbra,
si acorralo a las fieras en la arena y descuido el narciso junto al agua
es a causa del rostro que me anuncias, hermano inconcebible.

En esas tarde que no son nadie,

después del desgarrón de los relámpagos
y cerca de una mano solitaria que no quiso dormirse,
traspasada. 

De El riesgo y el olvido, 1962


Irma Cuña, Neuquén, 1932-2004

en Pasajera del viento, Antología poética, Selección y prólogo de Irene Gruss
imagen de Zoe Viles

domingo, julio 24, 2016

charles baudelaire. cálculo en favor de dios




Cálculo en favor de Dios

Nada existe sin fin.
Luego mi existencia tiene un fin. ¿Cuál? Lo ignoro.
Por lo tanto no soy yo quien lo ha determinado.
Es alguien, pues, más sabio que yo.
Y por eso hay que rezarle a ese alguien, para que me ilumine.
Tal es la posición más sensata.
El dandy debe aspirar a ser sublime sin interrupción:
debe vivir y morir ante un espejo.


Charles Baudelaire, París, 1821-1867
De Mi corazón al desnudo
En Charles Baudelaire, Mi corazón al desnudo y otros papeles íntimos, Visor, Madrid, 1995
Por la traducción Antonio Martínez Sarrión

sábado, julio 23, 2016

apollinaire. vamos más de prisa




Vamos más de prisa

Y la noche llega y los lirios mueren
         Mira mi dolor bello cielo que me lo envías
                   Una noche melancólica

                             Hijo sonríe oh hermana escucha
Mendigos caminad por la gran ruta
            Oh engañosa selva que haces brotar contra mi voz
                      Las llamas que se queman en las almas

             En el bulevar de Grenelle
Los obreros y los patronos
                     Árbloes de mayo y este encaje
                     No hagas el fanfarrón
         Vamos más de prisa en el nombre de Dios
                    Vamos más de prisa

Todos los postes telegráficos
Llegan hasta allá lejos a lo largo del muelle
En su seno nuestra República
Se ha puesto el ramo de muguet
Que crecía espeso a lo largo del muelle
                   Vamos más de prisa

La boca en corazón tímida Paulina
                   Los obreros y los patronos
Por cierto por cierto bella adormecedora
Tu hermano
          Vamos más de prisa en el nombre de Dios
                     Vamos más de prisa

Guillaume Apollinaire, Roma, 1880- París, 1918
en Antología, Volumen XXXV Colección Visor, Madrid, 1973
De la versión Manuel Álvarez Ortega
Imagen en CPArama.com 

miércoles, julio 20, 2016

joaquín giannuzzi. hipótesis sobre objetos


Hipótesis sobre objetos

La materia es excesiva y comediante
a mi alrededor fatigado. Al caer la noche
suelta a sus hijos en la habitación:
las cosas sometidas se dispersan, pierden relación
y entran en verdadera escena.
Mis manos planean, descienden a la oscuridad.
A partir de la mesa
cuadrada, cotidiana, espesa, los objetos ligados
a mi fracaso descubren su finitud
y tienden hacia una especie
de emocionada autonomía, libres
para la acción de un teatro cerrado.
Son las 10 de la noche. Pierden
sus pálidos dioses, entran
en la anarquía de un mito olvidado:
ahora se disputan el campo de apariencia
y aumentan
la presión de la realidad sobre mi cabeza volcada.

Joaquín Giannuzzi,  Buenos Aires, 1924-2004
En Violín obligado, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1984
imagen de If I Should Die Before I Wake, Carlos Hugo Christensen, 1952


jueves, julio 14, 2016

juan josé saer. selección

The Wasteland

***
A los pecados capitales

Por nuestra fantasía, nos liberan
de la materia pura, pero caemos en la red
de la esperanza. Pecados, vicios, y hasta
las débiles virtudes, nos separan
del cuerpo único del caos,
nos arrancan
de la madera y de los mares.
Guardianes en el umbral de la nada.

***
El Graal

El mar destila incertidumbre,
la montaña perplejidad; y el propio
cuerpo no abandona, por nada
del mundo, su secreto. El viaje
se volvió errabundo, y el aura
solitaria, retirándose,
nos transformó en manada.
En la llanura inmóvil
el cansancio nos visita:
todo esto podía haber sido
de esta manera o de alguna otra,
el tiempo hubiese preferido
correr para adelante o para atrás
y abstenerse de salir, indiferente,
la luna. Nos creeríamos perdidos,
si fuésemos capaces, todavía,
de distinguir un lugar.
La mirada rebota, espesa;
ni reconoce ni interroga.
Astillas turbias flotan
entre la sombra que amenaza.
Confusos, vacilamos:
salimos a buscar no sabemos qué
ya no nos acordamos bien cuándo.

***
El arte de narrar

Cada uno crea
de las astillas que recibe
la lengua a su manera
con las reglas de su pasión
-y de eso, ni Emanuel Kant estaba exento.

Juan José Saer, Serodino, 1937- París, 2005
Selección
Imagen de Bertrand Cohen, en Art UK (créditos UCL Art Museum)



lunes, julio 11, 2016

gustavo adolfo bécquer. rima iv





Rima  IV
39

     No digáis que agotado su tesoro,
    De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
             Habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
             Palpiten encendidas;
Mientras el sol las desgarradas nubes
             De fuego y oro vista;

Mientras el aire en su regazo lleve
             Perfumes y armonías,
Mientras haya en el mundo primavera,
             ¡Habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
             Las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
             Que al cálculo resista;

Mientras la humanidad siempre avanzando
             No sepa a dó camina;
Mientras haya un misterio para el hombre,
             ¡Habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma
             Sin que los labios rían;
Mientras se llora sin que el llanto acuda
             A nublar la pupila;

Mientras el corazón y la cabeza
             Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
             ¡Habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
             Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
             Al labio que suspira;

Mientras sentirse puedan en un beso
             Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,


             ¡Habrá poesía!

Gustavo Adolfo Bécquer, Sevilla, 1836- Madrid, 1870.
de Rimas, Editorial Kapeluz, Buenos Aires, 1971

domingo, julio 10, 2016

gabriel reches. es el fin del mundo, tía berta

DH Wallpaper: End of the World by DasX2007

***
Tía Berta
habrá estanque japonés, juraste,
donde todos vemos zanja
carpas donde perros se revuelvan
y bueno, algo es algo
dijiste como si algo
fuera algo invariablemente
como si todas las zanjas
terminaran en estanque
                  si el destino
no pudiera ser otro
que observar con piedad
las hojas, cómo caen
delante del ocaso de los propios


***
No sé por qué a veces el día empieza muy suave
cada ser despierta de un sueño de mil años
el cascabeleo de la brisa y hojas
aletas de un ventilador giran como extremidades
en las patas delanteras del perro, busca leche el gato oscuro
y forcejea con la palabra maldito

cada habitante de esta casa, cada habitante de cada uno
se despereza como si formáramos
parte del mismo otoño
borrar de un movimiento aquellas diferencias
que nos distinguen en el mapa o nos suprimen

inhalamos y exhalamos como en la previa
de tu muestra sobre danzas circulares
cada habitante es un alumno, tía Berta
que mira al patio


Gabriel Reches,Buenos Aires, 1968
de Es el fin del mundo, tía Berta, Bajo la Luna poesía, Buenos Aires, 2012
imagen de DasX 2007

miércoles, julio 06, 2016

olga orozco. ¿la prueba es el silencio?


¿La prueba es el silencio?

Con un costado vuelto hacia este mundo,
solamente un costado, expuesto día y noche a la depredación y a las mareas,
y el resto sumergido no sé dónde, a tientas y a temblor,
espero desde tu sombra en blanco una señal.
He oído el confuso parloteo de bocas invisibles en el bosque nocturno,
y hay alguien que me sigue paso a paso
y es puro resplandor y es sólo ráfaga cuando yo lo persigo;
a veces una lágrima cae sobre mi mano,
helada, desde nadie,
lo mismo que la llama del aliento que de repente corre por mi cara.
Pero ésas no son pruebas.
Ni siquiera evidencias de que los muertos vuelvan.
¿No son más bien los vínculos que fragua la nostalgia,
así como la oscuridad convoca siempre un campo de amapolas detrás de la pared
y cada luna llena busca por los canales los espejos trizados del amor?
¿Y ahora por qué vienen estas frases arrancadas de cuajo
y todos estos cielos desfondados y rotos?
Yo no te reclamaba emanaciones de las dichas perdidas,
fantasmas que se rehacen a partir de un perfume, a partir de un sollozo,
y que son los fantasmas de mi negación.
Pero desde el costado que se desprende y huye con su bolsa de huesos
hasta el otro, el oculto, el increíble,
el que acaso aletea contra la semejanza en medio de la mayor oscuridad,
yo te pido un milagro, tan leve,
tan fugaz como el humo que un sueño deposita debajo de la almohada.
No, yo no necesito un testimonio de tu exacta, entreabierta existencia,
sino una prueba apenas de la mía.
Ah, Señor, tu silencio me aturde igual que la corneta del cazador perdido entre las nubes.
¿O estará en el castigo, en el Jordán amargo que pasa por mi boca,
tu respuesta,
la voz con que me nombras?

Olga Orozco, Toay, La Pampa, 1920-1999
de Con esta boca, en este mundo, 1994, en Olga Orozco, Obra Completa, Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2012



martes, julio 05, 2016

jorge aulicino. [morse]



[Morse]

Juan Ramón Jiménez, ya no miras a la cara,
el jardín, las fresas, el sol
son tu mundo: habichuelas frescas
en la mesa pulida de la cocina.
Mas tu canon es tu indumentaria.
El traje, la corbata, la barba recortada.
Todo esto ha estallado en mi mundo.
El corte inglés, la ingle inflamada,
son a la vez el interior y el exterior de un cuerpo
que recorre mundos entremezclados,
esferas que se disuelven unas en otras,
calles en las que el crimen no es ya turbio ni enigmático.
La fractura, expuesta.
El locus violento, claro.
La moda, diversas epifanías sonoras
en las que
   se oyen a la vez
la Lacrimosa del Réquiem mozartiano, un bolero agonizante,
repiqueteos indescifrables, un tam-tam, pasos
   perdidos y
algo que gotea en un gran lugar vacío,
como en un mundo, un baño abandonado.

Jorge Aulicino, Buenos Aires, 1949
Inédito
Imagen de Brion Gysin en The End of Being

domingo, julio 03, 2016

clemmentine von radics. bruce banner no siempre fue hulk



Bruce Banner no siempre fue Hulk

Se convirtió en eso como resultado
de un experimento fallido
con una bomba de rayos gamma.
Creo que casi todos nosotros
tenemos algún fracaso qué señalar en nuestro pasado.

Es esto, decimos,
esta es la razón por la que soy monstruoso.

Hulk no se convierte en Hulk
al azar, sólo cuando está estresado
o molesto. Cuando Bruce Banner
desaparece en el otro tipo
deja de importarle que él sea Bruce Banner,
simplemente es una fuerza de la naturaleza, salvaje,
que no puede controlar sus manos.

Cuando tu mente retrocede
hasta tus peores recuerdos
es como volver a vivir esa muerte.

Súbitamente tu cocina,
la cama, una esquina en la calle
se vuelven a convertir en balas.
Por siempre, ahora, estás
combatiendo una batalla
que ya perdiste.

Un cuerpo no debería poder
soportar esa clase de miedo
y seguir respirando.

Hulk no puede matarse.
Lo ha intentado.
Es muy difícil vivir siendo mitad monstruo,
hiriendo todo lo que amas
al intentar protegerlo de manera equivocada.

Todavía estoy intentando protegerte
de mí. De las noches
que no recuerdo
y toda mi enfermedad, mi envidia,
los días en los que la vergüenza me alcanza
y no logro salir de la cama.
Yo no Manejo Bien las cosas.
Yo no Sé Bien Cómo Ser Adulto.

Cuando tengo miedo
no puedo controlar mis manos.
Haría lo que fuera, lo que fuera
para hacerme sentir mejor.

Cuando me calmo
cuando puedo respirar de nuevo,
soy el superhéroe al final
de la película
cuando ya salieron los créditos
y la guerra ha terminado.
Y tengo que irme a casa
entre del desastre
de ciudad que destruí
intentando ser el salvador.

Si estoy siendo honesta, ya sé
que no puedo salvarte de mí.
No puedo ni salvarme a mí misma.

La cosa con Hulk
es que él daría lo que fuese
por ser solamente Bruce el científico.

Por ser normal,
por no tener que despertar otra vez
desnuda y sola
mirando fijamente toda la destrucción
sin más a quien culpar
que a ella misma.

Clementine Von Radics, Portland, 1992
versión de Daniela Virt 

Bruce Banner was not always The Hulk

He became that way as a result
of a failed experiment
with a gamma bomb.
Most of us, I think,
have some failure we can point to in our past.

This, we say,
This is why I’m monstrous.

The Hulk does not hulk out
randomly, only when he’s stressed,
or angry. When Bruce Banner
disappears into the other guy,
he doesn’t really care that he is Bruce Banner,
He’s just some wild force of nature
who can’t control his hands.

When you flashback
to the worst of your memories,
it’s like living through death.

Suddenly your kitchen,
the bed, a street corner,
becomes bullets again.
Forever now, you
are at war with a battle
you have already lost.

A body should not be able
to endure that kind of fear
and keep breathing.

The Hulk can’t kill himself.
He has tried.
It is so hard to live half-monster,
to hurt everything you love
by trying to protect it wrong.

I keep trying to protect you
from me. From the nights
I don’t remember
and all my sickness, my envy,
the days when the shame catches up
and I don’t get out of bed at all.
I don’t Deal With Things well.
I’m not Good At Being An Adult.

When I get scared
I can’t control my hands,
I would do anything, anything
to make myself feel better.

When I calm down,
when I can breathe again,
I am the superhero at the end
of the movie,
when the credits have rolled
and the war is over.
And I have to walk home
through the wreckage
of the city I destroyed
trying to be a savior.

If I am being honest, I know
I can’t save you from me.
I can’t even save myself.

The thing about the Hulk
is he would give anything
to just be Bruce the scientist.

To be normal,
to never again wake up
naked and lonely,
staring at the destruction
with no one to blame
but herself.

viernes, julio 01, 2016

edgar bayley. selección



**
Me he pasado

Me he pasado gran parte de mi vida tratando de enmendar mis faltas hasta que me di cuenta que cada enmienda implicaba una nueva falta. Entonces decidí vivir con mis faltas solamente, sin enmiendas, gratuitamente y, a veces, graciosamente.


**
Nadie

¿Cómo esa NADIE será
con la que tienes que verte?

¿Alguna desesperada
desprolija
mal vestida
que come y duerme muy poco
se acuesta de madrugada
y apenas pide
insinuando
que la escuchen
nada más?

¿Será NADIE esa mujer
que viste de terciopelo
y lentejuelas a veces
que te sonríe y te guiña
y al mismo tiempo te dice
al oído y por lo bajo
un jamás y un para siempre
y un sí y un no decididos
en tanto que se resiste
y se entrega y se desdice
y después desaparece
a pleno sol
muy valiente
entre la furia
entre velos
la locura 
desazón 
entre la tierra y el fuego
entre la piedra y el mar?

¿O esa
la cierta
segura
igual en todo a sí misma
la que te busca y olvida
y de tu albur nada sabe
que poco a poco te inventa
en tanto que por fragmentos
ella misma va naciendo
del caracol
la marmita?

¿O aquella de más allá
que entre tus sueños te aguarda
para vagar confundidos
toda la sombre y el alba
toda la vida y la muerte?

Con nadie tienes que verte
con nadie nadie nadie

¿Cómo esa NADIE será
con la que tienes que verte?


Edgar Bayley, Buenos Aires, 1919-1990
de 'Poemas no editados por el autor' en Edgar Bayley, Antología poética, Tierra Firme, Selección y prólogo de Jorge Aulicino, FCE, Buenos Aires, 2015
imagen de Miram Elia en a guide to art for dummies