domingo, mayo 25, 2014

wallace stevens. qué es la divinidad



Qué es la divinidad

¿Qué es la divinidad si solo llega
en sombras silenciosas y en sueños?
¿Acaso no encuentra en el bienestar del sol,
en la fruta amarga y brillante,  alas verdes,  o
en cualquier bálsamo o belleza terrenal,
cosas para atesorar como la idea del cielo?
La divinidad debe vivir dentro de sí:
arrebatos de lluvia, o humores en la nieve que cae;
lamentos en ​​soledad o insumisas
elaciones cuando florece el bosque; ráfagas
de emociones en caminos mojados en noches de otoño;
todos los placeres y todos los dolores, recordando
la rama del verano y el gajo del  invierno;
estas son las medidas destinadas a su alma.


Wallace Stevens, Reading, 1879 - Hartford, 1955
En Wallace Stevens, Selected Poems, Faber & Faber, Londres, 1978
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Vitaly & Elena Vasilieva, Apocalypse of Art, en Uno de los nuestros

What is Divinity

What is divinity if it can come
Only in silent shadows and in dreams?
Shall she not find in comforts of the sun,
In pungent fruit and bright, green wings, or else
In any balm or beauty of the earth,
Things to be cherished like the thought of heaven?
Divinity must live within herself:
Passions of rain, or moods in falling snow;
Grievings in loneliness, or unsubdued
Elations when the forest blooms; gusty
Emotions on wet roads on autumn nights;
All pleasures and all pains, remembering
The bough of summer and the winter branch,
These are the measures destined for her soul.


jueves, mayo 22, 2014

elizabeth bishop. el genio


El genio

“Espera. Déjame pensar un minuto”, dijiste.
Y en un minuto vimos:
a Eva y Newton con una manzana cada uno,
y a Moisés con las Tablas,
a Sócrates, que se rascaba la cabeza enrulada,
y muchos más griegos, 
todos corriendo hasta el presente,
a la orden de tu frente arrugada.

Pero entonces armaste un brillante juego de palabras.
Estallamos de risa.
Confundidos, tus ayudantes desaparecieron uno a uno;
y a través de los espacios de la conversación, después,
atrapamos, —atrás, atrás, lejos, lejos,—
el luminoso nacimiento de una estrella rebelde.

1956

Elizabeth Bishop, Worcester, 1911- Boston, 1979
De Uncolected Poems
En Elizabeth Bishop, Complete Poems, Chatto&Windus, London, 2004
Versión © Silvia Camerotto
imagen de William Blake, Penseroso & L'Allegro

The Wit

“Wait. Let me think a minute,” you said.
And in a minute we saw:
Eve and Newton with an apple apiece,
and Moses with the Law,
Socrates, who scratched his curly head,
and many more from Greece,
all coming hurrying up to now,
bid by your crinkled brow.

But then you made a brilliant pun.
We gave a thunderclap of laughter.
Flustered, your helpers vanished one by one;
we caught, —back, back, far, far,—
the glinting birthday of a fractious star.

1956

miércoles, mayo 21, 2014

sylvia plath. amabilidad


Amabilidad

Amabilidad anda por mi casa.
Señora Amabilidad ¡tan agradable es ella!
Las piedras azules y rojas de sus anillos asoman
a las ventanas, los espejos
se llenan de sonrisas.

¿Qué es más real que el llanto de un niño?
El grito de un conejo puede ser más salvaje
pero no tiene alma.
El azúcar cura cualquier cosa, dice Amabilidad:
el azúcar es un fluido necesario.

Sus cristales casi una cataplasma.
¡Oh, amabilidad, amabilidad
que dulcemente recoges los pedazos!
Mis sedas japonesas, mariposas desesperadas,
podría ser pinchada sin aviso, anestesiada.

Y acá llegas, con una taza de té
envuelta en vapor.
El chorro de sangre es poesía,
no hay modo de pararlo.
Tú me entregas dos niños, dos rosas.

Febrero 1963
Sylvia Plath, Boston, Massachusetts, 1932, Londres, 1963
en Sylvia Plath, Collected Poems, Ted Hughes, Harper, 1981
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Chiara Fersini© en Uno de los nuestros

Kindness

Kindness glides about my house.
Dame Kindness, she is so nice!
The blue and red jewels of her rings smoke
In the windows, the mirrors
Are filling with smiles.

What is so real as the cry of a child?
A rabbit's cry may be wilder
But it has no soul.
Sugar can cure everything, so Kindness says.
Sugar is a necessary fluid,

Its crystals a little poultice.
O kindness, kindness
Sweetly picking up pieces!
My Japanese silks, desperate butterflies,
May be pinned any minute, anesthetized.

And here you come, with a cup of tea
Wreathed in steam.
The blood jet is poetry,
There is no stopping it.
You hand me two children, two roses.

February 1963

domingo, mayo 18, 2014

cecilia romana. transcribió un verso de pound


Transcribió un verso de Pound

Conmigo se portaba como un rastrero. Deberías
matar a tu propio hijo, me decía, pero no lograba
crisparme los nervios, tal vez, porque no tengo
el instinto 
¿cómo lo llaman?, maternal.

En cambio, aquello de Pound: lo que de veras
amas, no te será arrebatado, al pie de la
letra, aunque me avergüence, no dudé ni un minuto
en creer que era posible estar al margen.

¿Es otoño? Las quejas caen como duraznos.
Un hombre debería pensar muy bien las cosas
antes de hacerlas. Un hombre al que se le
meten ciertas ideas en la cabeza, debería
pensar dos veces las cosas antes de hacerlas.


***
Una alfombra para dos escritores

El soñar tendrá que terminar:
así lo dice la realidad, afligida.
D. J. Enright

Finalmente, no se trata de rebatir la posibilidad
de que el amor eche raíces a la segunda cita, sino
de un acto más ruin todavía: quemarle los gajos.

El plan que trazamos aquella tarde —¿te olvidaste,
acaso?— me refiero a la orientación de los cuartos, la
grilla de horarios en que cada uno dispondría de
la máquina, bastó un llamado telefónico para
que se esfumara con la resolución de un conscripto.

En todo caso, algo queda de aquel bosquejo: la
alfombra beige cuyos dueños se empeñan en
conservar como saldo en una vidriera de la calle
Honduras, a la vista de cualquier transeúnte, cualquiera,
incluso -por qué no-, alguno de nosotros dos que
un día, paseando por las inmediaciones -solo,
acompañado, lo mismo da-, se repitiera: qué buen
plan teníamos. Qué bien nos hubiera ido juntos.

Cecilia Romana, Buenos Aires, 1975
De Los que fueron, Cabiria Ediciones, Buenos Aires, 2013
imagen de Horyon Lee, en Uno de los nuestros

viernes, mayo 16, 2014

jorge garcía sabal. charla de viejo



**
Charla del viejo
Habla de aquello que no hizo,
lo que estuvo al alcance de la mano
y no pudo tocar.
Es confuso ese parloteo que sólo él entiende,
es áspero cuando dice "eso sí valía la pena".

Habla de aquello que no hizo,
como esas tortugas al revés,
expuestas al sol, la panza blanca,
las uñas arañando el aire.

**
Sola
Hace que se arrastra, que camina, que vuela.
Que está ciega y sorda y muda. Que no está.
Que es otra.

Hace de encerrada en un jardín, como sombra,
voz sin nadie entre el olor malsano de las flores
y los silbidos del viento; pero llama, se muerde,
parte la lengua.

Hace, rota, partida, nuestros días y noches:
como novia, muerte, niña.

**
Insomnio
Sálvate de tu madre y del padre de tu madre y de la madre del padre. Sálvate de tus hijos y de los hijos de tus hijos. Sálvate, de la traición de la escoria. Sálvate por el hallazgo, por la ambición de entrar solo por una puerta que da a un lugar solo.
Sálvate y queda mirando ese desierto: ciénagas de hambre
Ciénagas de sombra: sé un sueño solo sin voces ni gritos: tu huésped.

Jorge García Sabal, Balcarce, 1948 - Buenos Aires, 1996
Imagen de Kevin Corrado, Fragmented, en Uno de los nuestros


jueves, mayo 15, 2014

jonathan & christopher nolan. entonces, salta



El Caballero de la Noche Asciende

Prisionero
[…] Dice que el salto a la libertad no es cuestión de fuerza.

Wayne
Es mi cuerpo el que salta.

Prisionero Ciego
La supervivencia es el espíritu. El alma.

Wayne
Mi alma está lista para escapar tanto como mi cuerpo.

Prisionero Ciego
Fallas por el miedo.

Wayne
No tengo miedo. Estoy furioso.
¿Y por qué caemos?

En la cueva, a la noche. Wayne despierta sobresaltado — El Prisionero Ciego está allí

Prisionero Ciego
No temes a la muerte. Crees que eso te hace más fuerte. Pero te debilita.

Wayne
¿Por qué?

Prisionero Ciego
¿Cómo puedes ir más rápido de lo que se puede? ¿Luchar más de lo que se puede?
Si no es por el poderoso impulso del espíritu: el miedo a la muerte.

Wayne
Temo a la muerte. Temo morir aquí mientras mi ciudad se incendia sin que nadie este
allí para salvarla.

Wayne se levanta apoyándose en su codo. Mira al Prisionero Ciego.

Prisionero Ciego
Entonces, sube.

Wayne
¿Cómo?

Prisionero Ciego
Como el niño. Sin soga. (Risa caústica.) El miedo hará que te reencuentres.

Wayne lo piensa.

En la cueva— A la mañana

Prisionero
¿Provisiones para el viaje?

Los prisioneros que andan por ahí ríen. Wayne se acerca hasta la pared de la cueva. El prisionero lo sigue, intrigado por el reciente comportamiento de Wayne. El Prisionero Tatuado le ofrece una soga. Wayne la rechaza. Comienza a trepar. Los prisioneros se reúnen alrededor,  mientras se corre la voz. Wayne se abre camino con cautela hacia la boca de la cueva. Abajo, los prisioneros inician un cántico.
Mientras Wayne trepa la pared de roca, algo explota en la pared. Wayne se encoge. Murciélagos… Ellos vuelan en bandada hacia la abertura…
Wayne cierra sus ojos. El cántico se eleva.  Wayne respira hondo… abre sus ojos… mira hacia abajo…  al fondo, arriba otra vez... y entonces, SALTA.


De The Dark Knight Rises
Jonathan Nolan & Christopher Nolan
Versión ©Silvia Camerotto
 
 
The Dark Knight Rises
 
PRISONER
He says the leap to freedom is not
about strength.
                         
WAYNE
My body makes the jump.
                          
BLIND PRISONER
Survival is the spirit. The soul.
                          
WAYNE
My soul's as ready to escape as my body.
 
BLIND PRISONER
Fear is why you fail.
 
WAYNE
I'm not afraid. I'm angry.
And why do we fall?
                         
CAVE PRISON - NIGHT
Wayne wakes with a start - the Blind Prisoner is there.
 
BLIND PRISONER
You do not fear death. You think this makes you strong. This makes you weak.
                          
WAYNE
Why?
  
BLIND PRISONER
How can you move faster then possible? Fight longer than possible? If not from the most powerful impulse of the spirit. The fear of death. The will to survive.
          
Wayne gets up onto his elbow. Looks at the Blind Prisoner.
  
WAYNE
I do fear death. I fear dying in here while my city burns with no one there to save it.
                          
BLIND PRISONER
Then make the climb.
 
WAYNE
How?
                           
BLIND PRISONER
As the child did. Without the rope. (Dry laugh.) Then fear will find you again.
 
Wayne considers this.
                         
CAVE PRISON - MORNING
          
PRISONER
Supplies for your journey?
          
Prisoners nearby laugh. Wayne moves to the cliff face. The Prisoner follows, intrigued by Wayne's new demeanor. The Tattooed Prisoner offers him the rope. Wayne refuses. Starts to climb. Prisoners gather around as word spreads. Wayne makes his way cautiously up the treacherous rock face. Down below the Prisoners start a low chant. As Wayne hoists himself up onto the precipice something EXPLODES from the cliff face. Wayne flinches - BATS... They circle up to the opening above... Wayne closes his eyes. The chant RISES. Wayne takes a breath...opens his eyes...looks down at the drop...up again...then 
he JUMPS.

miércoles, mayo 14, 2014

enrique molina. memoria


Memoria

Extinguidas aquellas frenéticas caricias
Pasada la luna del ceremonial de los besos
Se abre una jaula de demencia
Los bellos gatos de espasmo que aúllan enterrados vivos
Y un foco de imágenes extintas se instala en tu médula
Como una peste real. En la sombra
La mujer se desviste y penetra a su lecho
Y emprende su vuelo nupcial hasta las últimas hogueras del cielo
Y él madura a su lado para la muerte
En el cálido invernáculo de sus sonrisas junto a su rostro que desaparece
Jamás despertarán sobre sus besos
A lo largo de gomosas colinas en ondulantes dormitorios
Donde brota una hierba indeleble
Caminos llenos de anzuelos
Un vestido que late sin nadie
Un retrato con dientes de fuego
Sonriendo a través de los muros

¿Y quién no reverencia esas gracias en pena
Abrazos vacíos dichas de fracaso y de vértigo
Que me adulan como el demonio para despellejarme
Para homenajearme con países quemados sobre el corazón..?

Entonces
De esas enormes lunas que fermentan
En un calor de maleza tropical
Lleno de piernas de mujer
La luz de una lengua se expande
Y de nuevo estamos perdidos
De nuevo imploramos a ídolos de orgullo y desamparo
De sexos despiadados
Con irrecuperables sonrisas eternas
Trozos de paisaje
Bocas de sacrilegio que no piden socorro

Que no tienen socorro. 


Enrique Molina, Buenos Aires, 1910-1997
de Las bellas furias, 1966

en Enrique Molina, Obra poética, Obras Completas, Tomo II, Corregidor, Buenos Aires, 1987 
imagen de Sarah Lee, Beneath the clouds, en Uno de los nuestros


martes, mayo 13, 2014

raymond carver. miedo



Miedo

Miedo de ver una patrulla entrar a la carretera.
Miedo de dormirme a la noche.
Miedo de no dormirme.
Miedo de que regrese el pasado.
Miedo de que se escape el presente.
Miedo de que suene el teléfono a mitad de la noche.
Miedo a  las tormentas eléctricas.
¡Miedo a  la señora de la limpieza que tiene una verruga en la mejilla!
Miedo a los perros que me dijeron que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo de tener que reconocer el cuerpo de un amigo.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener demasiado, aunque la gente no lo crea.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo de llegar tarde y miedo de llegar primero.
Miedo a sobres con la letra de mis hijos.
Miedo de que mueran antes que yo, y de que me sienta culpable.
Miedo de tener que vivir con mi madre en su vejez y en la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo de que termine este día con un toque de infelicidad.
Miedo de despertarme y que te hayas ido.
Miedo de no amar y miedo de no amar lo suficiente.
Miedo de que mi amor sea letal para aquellos a quienes amo.
Miedo a la muerte.
Miedo de vivir demasiado.
Miedo a la muerte.

Ya lo dije antes.

Raymond Carver,  Oregon, 1938-Washington, 1988
Versión ©Silvia Camerotto

Fear
 Fear of seeing a police car pull into the drive.
Fear of falling asleep at night.
Fear of not falling asleep.
Fear of the past rising up.
Fear of the present taking flight.
Fear of the telephone that rings in the dead of night.
Fear of electrical storms.
Fear of the cleaning woman who has a spot on her cheek!
Fear of dogs I've been told won't bite.
Fear of anxiety!
Fear of having to identify the body of a dead friend.
Fear of running out of money.
Fear of having too much, though people will not believe this.
Fear of psychological profiles.
Fear of being late and fear of arriving before anyone else.
Fear of my children's handwriting on envelopes.
Fear they'll die before I do, and I'll feel guilty.
Fear of having to live with my mother in her old age, and mine.
Fear of confusion.
Fear this day will end on an unhappy note.
Fear of waking up to find you gone.
Fear of not loving and fear of not loving enough.
Fear that what I love will prove lethal to those I love.
Fear of death.
Fear of living too long.
Fear of death.

I've said that.

lunes, mayo 12, 2014

arnaldo calveyra. alcanzar y otros. de novela


***
"Alcanzar": tu palabra. ¿La mía? Casi nunca, casi ninguna, la que nadie dice ni dirá, ni que me dirá ni diré por tu boca. Por eso, seguirnos deletreando: ¿pero no se podría verdaderamente un poquito más, ir un poquito más? Huyendo uno del otro, cada uno se quedó con el ícono inmortal, su otro de obsidiana. Tienes que comprenderlo, no ser más el pararrayos del otro y acaso (ya) de nadie, y con este cielo tan de calma chicha, animal acorralado en medio de una selva de llamados.

***
¿Cuántos simbades tendrán que pasar antes por cada uno de nosotros, cuántos ríos vadear los ojos desmesurados del sin memoria?, maestro que no enseña soledad.

Tu vida de cumpleaños, tantas veces curiosa de tristeza. Tu vida en un renglón, la carta de tu vida entre las hojas del cuaderno, rayada la linda persiana de la mañana que sube, eso. Tantos días en un decorado desierto vestido de desierto, mucho impulso y poco decidido el paso. Lejos. Lejos. Lo que les faltaba a las flores en el vaso, y eso que parecían más rozagantes que en lo mejor del jardín. La mariposa loca con su sombra descubierta ahora tiene espejo para ella entre las flores. ¿Qué esperan esas cortinas de árboles pintados de colores por la tierra, esos ajetreos, ese ir y venir  y de golpe quedarse quietos bajo un mismo seguro de árbol? Eucalipto para ser joven y el viento que de nuevo se vuelve hacia nosotros, aquí una primera noche, vida de aguas arriba, y ahora el cielo del tamaño de la noche sin postigos. No hagas caso de la fuente que parece descansar si de golpe se queda muda en el pequeño ombligo balbuceante, desvelo del quedarse sin agua que la corra y que la vele, agua de paso sin descanso y no dejes de estar sola.

***
Nadie descansa en una pieza como esta, aparentemente vacía. No para mí que deseo hablarles, ofrecerles inmortalidad, acechar el instante en que, cansado de deberles infinito, inicio esta travesía de estrella constelada. No le creas a una pared sin manchas; no le creas a una corza extraviada en el empapelado de una pieza aparentemente vacía, en su blancura de entraña de cal por apagarse. Te mentirán las palabras que ya existían al estado de mentira, palabras, casi seguro, al estado de mentira.


Arnaldo Calveyra, Mansilla, 1929
de Novela, Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2014
maqueta de tapa de Gabriela Di Giuseppe 

domingo, mayo 11, 2014

edgar bayley. el brazo



El brazo

Entrega tu sueño
al pájaro del alba.
Tú ya no puedes penetrar el aire.
Vuelve
con los brazos abiertos,
en silencio.
No despiertes al mar.
Entrega tus tambores.
No te expliques nada,
deja al cielo la noche.
Ya es hora.
Cada recuerdo queda
con su guerrero propio.
No te expliques nada,
no pidas el rescate
ni la palabra justa.
El nido abre su piel
para alojar tu voz.
La rosa del viento
aclara tu alfabeto.
Los coros descienden
a la luz de otra luna.

Yo entrego mi temor
y la esperanza.
Toda noche vuelve
al borde del espejo.

Vuélvete,
deja tu nombre
y tu defensa.
En el claro del viento
otra palabra te sorprende.
Los árboles giran
quince años atrás.
La espesura del alba
ha cambiado los tiempos.

Abandona más todavía;
espanto,
trinos,
el agua de siete colores,
tu mano sumergida,
aquella rosa,
estos labios
y el sombrero
de los cuatro puntos cardinales.

Deja fluir tu brazo
sobre el mundo.
Nada más que tu brazo.

Edgar Bayley, Buenos Aires, 1919-1990
De  Poesía Buenos Aires, ‘Poetas argentinos contemporáneos’, Buenos Aires, 1954
En Obra poética, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 1976
imagen de Manus Starlin, Hasta llegar al final, en Uno de los nuestros

lunes, mayo 05, 2014

sylvia plath. últimas palabras



Últimas palabras

No quiero una caja simple, quiero un sarcófago
Con rayas atigradas, y una cara en él,
redonda como la luna, para contemplar.
Quiero estar mirándolos cuando vengan
Juntando los tontos minerales, las raíces.
Ya los veo -las caras pálidas, distantes como estrellas.
Ahora no son nada, no son ni siquiera bebés.
Los imagino sin padres ni madres, como los primeros dioses.
Se van a preguntar si fui importante.
¡Debería azucarar y conservar mis días como frutas!
Mi espejo se está nublando-
Unas pocas respiraciones, y no reflejará nada más.
Las flores y las caras se blanquean como una sábana.

No confío en el espíritu. Se escapa como vapor
En sueños, a través de la boca o del ojo. No puedo detenerlo.
Un día no volverá. Las cosas no son así.
Permanecen, sus pequeños brillos especiales
Tibios de tanto manoseo. Casi ronronean.
Cuando las plantas de mis pies se enfríen,
El ojo azul de mi turquesa me confortará.
Dejen que me lleve mis ollas de cobre, dejen que mis potes de rouge
Florezcan sobre mí como flores nocturnas, con buen aroma.
Me envolverán con vendas, guardarán mi corazón
Bajo mis pies en un prolijo paquete.
Difícilmente me reconoceré. Va a estar oscuro,
Y el brillo de estas pequeñas cosas, más dulce que la cara de Ishtar.

Sylvia Plath, Boston, 1932 – Londres, 1963
De The Collected Poems. HarperCollins. New York. 2008
Traducción de Griselda García
Imagen de



domingo, mayo 04, 2014

joaquín giannuzzi. nuestros días mortales



Nuestros días mortales 

A través de los días mortales, bajo el cielo que nadie
comprende, corroboramos con un aire distraído
la idea de un infierno levemente estructurado
sobre las columnas de la carne, el espíritu o el desorden.
Aquí están los aconteceres: creados, no obstante,
a imagen y semejanza nuestra, rumores desdichados
de la ciudad, en la noche, y fétidas tinieblas
ambiciosas de aposentos demasiado humanos
que acumulan las huellas tristes, el desecho
de una existencia condenada a todo,
parecen cumplirse no a pesar nuestro precisamente
sino de manera ajena, en el caos insidioso
de una independencia atroz, a ratos como al descuido
hasta ofrecer una gratuidad desconcertante.
Del mismo modo la rama del verano y del invierno
y las frutas y los animales transcurren
del otro lado, por caminos oscuros de un reino
más desconocido que extraño.

Nos fue dado a nosotros no la increíble indiferencia
sino perplejidad para sostener una abierta
realidad que a una broma indecente se asemeja; 
hombrecillos pensantes cargados de piadoso tabaco
aventurados a la responsabilidad
de cada uno de sus huesos y a la libertad inútil
de los días ferozmente ocupados. Consecuentes,
irritables vasos de la decepción que de pronto
hallan que el hecho consumado los supera,
que se habían equivocado, que nadie sabe
en qué reside lo contrario del dolor,
que no era eso, en absoluto, lo que habían pedido,
que a través de la dulce y pausada
elección de los pequeños actos, las comidas, las rosas,
se vieron conducidos al súbito desastre.
Remo Erdosain, José K., estupefactos, naturalmente,
hallan que su propia perdición no les concierne
mientras persiguen como soñando una música
que conjeturan eterna y crece el viento
circularmente en un jardín lejano.

Así, la vana interrogación se vuelve
hacia su propio centro, nuestros días mortales
se levantan y caen como un fin en sí mismos
y prosiguen colmados con las formas hurtadas
a la imaginación tendida sobre el error.
Este es el sueño que logró Prometeo: Entonces
¿qué sentido habrá de concederse a su rostro
surcado por la furia, el orgullo y también la esperanza?
Oscuro es todo esto; pero a veces cantamos, en la noche,
para robar la llama a un remoto paraíso
y después retornamos, tambaleando, al infierno
que desde hace mucho tiempo rehúsa
la morada insensata del mero pensamiento.

Joaquín Giannuzzi, Buenos Aires, 1924- Salta, 2004
De Nuestros días mortales, 1958
imagen de Manus Starlin, Verdad desvelada, en Uno de los nuestros