viernes, mayo 02, 2014

thiago de mello. los estatutos del hombre



Los estatutos del hombre

Artículo 1. 
Decrétase que ahora la verdad es válida,
que ahora la vida es válida
y que mano con mano
trabajaremos todos por la vida verdadera.
Artículo 2.
Decrétase que todos los días de la semana,
inclusive los martes más cenicientos,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
Artículo 3.
Decrétase que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas
y que los girasoles tendrán derecho
a abrirse en la sombra,
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas hacia el verde donde crece la esperanza.
Artículo 4.
Decrétase que el hombre
no tendrá nunca más
que dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo aquí en el cielo.

Párrafo único:
El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.
Artículo 5. 
Decrétase que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con su mirada limpia
porque la verdad pasará a ser servida
antes de la sobremesa.
Artículo 6.
Queda instaurado, durante diez siglos,
la realidad soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto que la aurora.
Artículo 7.
Por decreto irrevocable queda instaurado
el reinado permanente de la justicia y de la claridad,
y la alegría será una bandera generosa
desplegada para siempre en el alma del pueblo.
Artículo 8.
Decrétase que el mayor dolor
fue siempre y será siempre
no poder dar su amor a quien se ama,
y saber que es el agua
la que da a la planta el milagro de la flor.
Artículo 9.
Queda permitido que el pan de cada día
tenga para el hombre la marca de su sudor.
Pero que tenga siempre sobre todo
el cálido sabor de la ternura.
Artículo 10.
Queda permitido que cualquier persona,
en cualquier hora de la vida,
lleve un traje blanco.
Artículo 11.
Decrétase por definición,
el hombre es un animal que ama
y que por eso es hermoso,
mucho más hermoso que la estrella de la mañana.
Artículo 12.
Decrétase que nada será obligatorio ni prohibido.
Todo será permitido,
sobre todo jugar con los rinocerontes
y caminar por las tardes
con una inmensa begonia en el ojal de la solapa.

Párrafo único:
Sólo una cosa queda prohibida:
amar sin amor.
Artículo 13.
Decrétase que el dinero
no podrá comprar nunca más
el sol de las mañanas venideras.
Expulsado del gran baúl del miedo,
el dinero se transformará en una espada fraternal
para defender el derecho de cantar
y la fiesta del día que llegó.
Artículo final.
Queda prohibido el empleo de la palabra libertad,
que será suprimida de los diccionarios
y del pantano engañoso de las bocas.
A partir de este instante
la libertad será algo vivo y transparente,
como un fuego o un río,
o como la simiente del trigo,
y el corazón del hombre
será siempre su moneda.

Thiago de Mello, Barreinha, 1926
traducción de  Pablo Neruda
de Los estatutos del hombre, Editora Vergara y Riba, 2002

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