sábado, marzo 31, 2018

mark strand. la idea



La idea
para Nolan Miller

 También para nosotros había un deseo por poseer
algo más allá del mundo conocido, más allá de nosotros,
más allá de nuestra capacidad de imaginar, es decir algo
en lo que pudiéramos vernos; y este deseo
siempre aparecía como al pasar, en una luz difusa, y con un frío tal
que el hielo de los lagos del valle se rompía y rodaba,
y las escenas del pasado, cuando surgían nuevamente,
ya no eran como antes, sino fantasmales y blancas
entre curvas falsas y borrones escondidos;
y ni por una vez sentimos que estábamos cerca
hasta que el viento de la noche dijo:
“¿Por qué hacen esto, y justo ahora? Vuelvan a donde pertenecen;”
y apareció entonces, con sus ventanas iluminadas, pequeña,
en la distancia, en los confines congelados, una cabaña;
y nos quedamos contemplándola, asombrados de que estuviera allí,
y habríamos avanzado hacia allí y abierto la puerta,
y penetrado la luz y cobijado allí,
pero era nuestra porque no era nuestra,
y debía permanecer vacía. Esa era la idea.  

Mark Strand, Summerside, 1934 – Brooklyn, 2014
En The Continuous Life, Poems by Mark Strand, Alfred A. Knopf, Random House, Inc., 1990
Versión © Silvia Camerotto


The Idea 
for Nolan Miller

For us, too, there was a wish to possess
Something beyond the world we knew, beyond ourselves,
Beyond our power to imagine, something nevertheless
In which we might see ourselves; and this desire
Came always in passing, in waning light, and in such cold
That ice on the valley’s lakes cracked and rolled,
And blowing snow covered what earth we saw,
And scenes from the past, when they surfaced again,
Looked not as they had, but ghostly and white
Among false curves and hidden erasures;
And never once did we feel we were close
Until the night wind said, “Why do this,
Especially now? Go back to the place you belong;”
And there appeared, with its windows glowing, small,
In the distance, in the frozen reaches, a cabin;
And we stood before it, amazed at its being there,
And would have gone forward and opened the door,
And stepped into the glow and warmed ourselves there,
But that it was ours by not being ours,
And should remain empty. That was the idea.



miércoles, marzo 28, 2018

cesare pavese. después



Después

La colina está tendida y la lluvia empapa en silencio.

Llueve sobre las casas: la breve ventana
se llenó de un verde más fresco y más desnuco.
La compañera estaba tendida conmigo: la ventana
estaba vacía, nadie miraba, estábamos desnudos.
Su cuerpo secreto camina a esta hora por la calle,
con su paso, pero el ritmo es más blando; la lluvia
desciende con ese paso, tenue y fatigada.
La compañera no ve la muda colina
amodorrada en la humedad: va por la calle
y la gente que la choca no sabe.

Hacia la noche,
la colina es recorrida por retazos de niebla,
la ventana recibe también ese aliento. La calle
a esta hora está desierta; la solitaria colina
tiene una vida remota en el cuerpo más oscuro.
Yacíamos fatigados en la humedad
de dos cuerpos, amodorrados uno sobre el otro.

Una tarde más dulce, de sol tibio
y de colores frescos, la calle sería una gloria.
Es una gloria caminar por la calle, gozando
un rcuerdo del cuerpo, todo difuso alrededor.

En las hojas de las avenidas, en el paso indolente de las mujeres,
en las voces de todos, hay un poco de la vida
que los dos cuerpos han olvidado, pero que es un milagro.
Como descubrir abajo, en el fondo de un camino, la colina
entre las casas, y mirarla y pensar que conmigo
la compañera la mira desde la breve ventana.
En la oscuridad se ha hundido la desnuda colina
y la lluvia murmura. No está la compañera
que se ha llevado su cuerpo dulce y la sonrisa.
Pero mañana bajo el cielo lavado del alba
la compañera saldrá por las calles, tenue
por su paso. Podremos encontrarnos, queriendo.

Cesare Pavese, Santo Stefano Belbo, 1908 - Turín, 1950
en Cesare Pavese, Trabajar cansa, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Buenos Aires 2018, coedición de Cartofrafías, Ediciones del Dock, GriseldaGarcíaEditora
Traducción y prólogo de Jorge Aulicino

martes, marzo 27, 2018

wallace stevens. una postal desde el volcán



Una postal desde el volcán

Los niños que recogen nuestros huesos
Nunca sabrán que estos una vez fueron
Tan rápidos como zorros en la colina;

Y que en otoño, cuando las uvas
Hacían que el aire penetrante lo fuese aun más con su olor
Tenían un ser que respiraba escarcha;

Y menos supondrán que con nuestros huesos
Dejamos mucho más, dejamos lo que todavía es
El aspecto de las cosas, dejamos lo que sentíamos

Ante lo que veíamos. Las nubes de primavera vuelan
Sobre la mansión cerrada,
Más allá de nuestra verja y el cielo ventoso

Lanza un grito de culta desesperanza.
Conocíamos desde hacía tiempo el aspecto de la mansión
Y lo que dijimos de ella llegó a ser

Una parte de lo que es... Los niños,
Tejiendo todavía nacientes aureolas,
Hablarán nuestro idioma y jamás lo sabrán,

Dirán de la mansión que parece
Como si el que vivía allí hubiese dejado detrás
Un espíritu que atacaba paredes desnudas,

Una casa sucia en un mundo destrozado,
Jirones de sombras que alcanzan el blanco,
Manchado con el oro del opulento sol.

Wallace Stevens, Reading, 1879- Hartford, 1955
de “Ideas of Order", en Collected Poetry and Prose, Frank Kermode y Joan Richardson eds., The Library of America, Nueva York, 1997
Versión de Jonio González.

A Postcard from the Volcano

Children picking up our bones
Will never know that these were once
As quick as foxes on the hill;

And that in autumn, when the grapes
Made sharp air sharper by their smell
These had a being, breathing frost;

And least will guess that with our bones
We left much more, left what still is
The look of things, left what we felt

At what we saw. The spring clouds blow
Above the shuttered mansion-house,
Beyond our gate and the windy sky

Cries out a literate despair.
We knew for long the mansion's look
And what we said of it became

A part of what it is ... Children,
Still weaving budded aureoles,
Will speak our speech and never know,

Will say of the mansion that it seems
As if he that lived there left behind
A spirit storming in blank walls,

A dirty house in a gutted world,
A tatter of shadows peaked to white,
Smeared with the gold of the opulent sun.


lunes, marzo 26, 2018

mariano rolando andrade. canciones de los mares del sur. selección



Songlines

Aquí la tierra es roja
y el nombre del muerto
no se pronuncia por un año.

La tierra entera es un laberinto
de versos y notas,
esparcidos antaño por ellos
en sus travesías
para que los hombres canten
y no olviden quiénes son.

La tierra entera es una melodía
que guía a los hombres
a través de lo desconocido,
como la estrella matinal
más tarde
camino a la tierra de los muertos.

Aquí -allí también sospecho-,
la tierra que no se canta
es tierra que morirá.


***
Batur
El silencio
apabulla como el sol,
pero antes
recorrimos hasta Batur
las montañas paupérrimas
que nadie conoce ya.
Vimos
jóvenes tumbas
próximas a desaparecer,
campos de lava.
Escuchamos Kecak
al borde de las llamas.
Al Este,
el día perpetró el rostro
de Batur y los suyos.
Poseso,
me aferré para no dejar ir
nuestra tímida intriga.
Todo esto antes
del sol y del silencio.


Mariano Rolando Andrade, Buenos Aires, 1973
de Canciones de los Mares del Sur, Buenos Aires Poetry, 2018