Discurso de Enrique V en el día de
San Crispín
Westmorland. ¡Oh, si hubiera aquí
aunque fuera diez
mil de aquellos hombres de Inglaterra
que no
trabajan ahora!
Rey. ¿Quién es el que así lo pide?
¿Mi primo
Westmoreland? No, mi buen primo:
si hemos
de morir, ya somos suficientes
para
causar una pérdida a nuestra tierra; y si hemos de vivir,
cuantos
menos hombres, mayor cuota de honor tendremos.
¡Sea la
voluntad de Dios! Te ruego, no pidas ni un hombre más.
Por
Júpiter, que no codicio el oro,
ni me
importa quién come a mi costa;
ni me
angustia si los hombres usan mis ropas;
Esos
asuntos externos no están en mis deseos:
pero si es
pecado codiciar el honor,
soy la más
pecadora de las almas vivientes.
No, ten
fe, primo, no pidas un solo hombre de Inglaterra:
¡Por la
paz de Dios! No perdería un honor tan grande
ya que
creo que un solo hombre más repartiría conmigo
lo que más
deseo. ¡Oh, no pidas uno más!
Anuncia,
en cambio, Westmoreland, por toda la hueste,
que el que
no tenga estómago para esta pelea,
se vaya;
se expedirá su pasaporte
y se
llenará su bolsa con coronas para viáticos:
No
moriremos en compañía de ese hombre
que teme
morir a nuestro lado.
Este día
fue llamado 'fiesta de San Crispín':
Quien
sobreviva a este día y vuelva a salvo a casa,
se pondrá
de puntillas cuando se lo mencione,
y se
despertará cuando escuche el nombre de San Crispín.
Quien
sobreviva a este día, y se haga viejo,
cada año
en la vigilia convidará a sus vecinos,
y dirá:
“Mañana es San Crispín”.
Entonces
se arremangará para mostrar sus cicatrices
y dirá,
“Recibí estas heridas el día de San Crispín”.
Los viejos
olvidan: y todo se olvidará,
pero él
recordará –con provecho-
sus
hazañas de ese día. Nuestros nombres,
familiares
en sus labios como personajes famosos-
el rey
Harry, Bedford y Exeter,
Warwick y
Talbot, Salisbury y Gloucester,
serán
recordados en copas rebosantes.
El hombre
bueno contará esta historia a su hijo;
y Crispín
Crispiniano nunca pasará,
desde hoy
hasta que se acabe el mundo,
sin que en
este seamos recordados-
pocos,
pocos y felices, nosotros, una banda de hermanos;
porque
aquel que hoy derrame su sangre conmigo
será mi
hermano; aunque fuese vil,
en este
día su condición se hará noble:
Y los
caballeros que permanecen en su lecho en Inglaterra
se
considerarán malditos por no haber estado aquí,
y su
hombría será humillada cuando alguno
que haya luchado
con nosotros el día de San Crispín
hable.
William
Shakespeare, Stratford-Upon -Avon, 1564 - 1616
de Henry V
versión ©Silvia Camerotto
Imagen de
Sir John Gilbert, Morning of the Battle of Agincourt, 25th October 1415
St. Crispin's Day Speech
Westmorland. O that we now had here
But one ten thousand of those men in England
That do no work to-day!
King. What's he that wishes so?
My cousin, Westmorland? No, my fair cousin;
If we are mark'd to die, we are enow
To do our country loss; and if to live,
The fewer men, the greater share of honour.
God's will! I pray thee, wish not one man more.
By Jove, I am not covetous for gold,
Nor care I who doth feed upon my cost;
It yearns me not if men my garments wear;
Such outward things dwell not in my desires.
But if it be a sin to covet honour,
I am the most offending soul alive.
No, faith, my coz, wish not a man from England.
God's peace! I would not lose so great an honour
As one man more methinks would share from me
For the best hope I have. O, do not wish one more!
Rather proclaim it, Westmorland, through my host,
That he which hath no stomach to this fight,
Let him depart; his passport shall be made,
And crowns for convoy put into his purse;
We would not die in that man's company
That fears his fellowship to die with us.
This day is call'd the feast of Crispian.
He that outlives this day, and comes safe home,
Will stand a tip-toe when this day is nam'd,
And rouse him at the name of Crispian.
He that shall live this day, and see old age,
Will yearly on the vigil feast his neighbours,
And say "To-morrow is Saint Crispian."
Then will he strip his sleeve and show his scars,
And say "These wounds I had on Crispin's day."
Old men forget; yet all shall be forgot,
But he'll remember, with advantages,
What feats he did that day. Then shall our names,
Familiar in his mouth as household words—
Harry the King, Bedford Exeter,
Warwick Salisbury Gloucester—
Be in their flowing cups freshly rememb'red.
This story shall the good man teach his son;
And Crispin Crispian shall ne'er go by,
From this day to the ending of the world,
But we in it shall be rememberèd—
We few, we happy few, we band of brothers;
For he to-day that sheds his blood with me
Shall be my brother; be he ne'er so vile,
This day shall gentle his condition;
And gentlemen in England now a-bed
Shall think themselves accurs'd they were not here,
And hold their manhoods cheap whiles any speaks
That fought with us upon Saint Crispin's day.
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