viernes, febrero 17, 2012

alberto girri. el rescate


El rescate

Queda el retrato,
y la tendida boca que fue luz
de la muerte tutelar del lecho,
parece más absolutoria y generosa.
¡Qué soledad en su nombre proclamada,
estrella, ascua que aún me nutre!

Nadie sabrá qué contempla
pero la pose es desdichada
porque en el prolijo hueco de la cabellera,
se incluyó todo lo que acontece comúnmente
cuando dos que juraron acecharse
flaquearon luego para saltar al amor.

De carne y finita, pájaro violáceo,
ella me lisonjea desde su quieta blusa,
y volveríamos a entendernos
si yo pudiera imaginar de nuevo exactamente,
la esbelta agua viva de su cuerpo,
pálido árbol, pellejo lascivo, y también pacto memorioso
del silencio estremecido y la voz.

Queda tal como la amé,
su joven fantasma
me interroga en muchas lenguas 
por plazas cálidamente pobladas,
donde se comenta la noticia asombrosa
de mujeres desmayadas en un naufragio,
mientras feas mujeres
le gritan algo tan grave como un niño.

Ella era mi muchacha,
y fui tontamente sentencioso
haciéndolo creer que la gloria,
la obra del que ama,
es zumo ganado en larga espera:
            So many hours I tend my flock
            So many hours I take my rest
            So many hours I contemplate
            So many hours I sport myself

Murió un jueves y quienes supieron
aplaudirían lo bien que acabo de volver
a la tristeza de la escena.

Alberto Girri, Buenos Aires, 1919-1991
en Revista Prisma N° 2, "Homenaje a Alberto Girri", Buenos Aires, 2005
imagen de Martin Stranka©, Close en Uno de los nuestros

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