lunes, febrero 20, 2012
en sus tramas más turbias los antiguos diluvios
Memoria de las lluvias
Cuántas veces las lluvias del alba en sus caminos
me llevaron soñando, lentamente y dichosa,
al cristal de los campos, entre hileras de pinos,
buscando los favores de una luz asombrosa;
cuántas veces las vi reintegrar las extintas
ventanas, en los árboles perdidos en los puros
tumultos de sus ondas, que enlazaban las cintas
del recuerdo que puebla sus transparentes muros.
Las oí, deslumbrada, golpear las claraboyas
con la suave insistencia que precede los rayos
mientras en los follajes relucían las joyas
líquidas que bañaban las flores y los tallos..
Cautivando el jardín con dulces lejanías
escuché en sus rumores siempre el eco de un piano
y descubrí en la forma de sus tapicerías
un profundo invernáculo, celeste en el verano,
las columnas de un templo con estatuas asiáticas,
jaurías que bajaban al pie de una vertiente,
un Mercurio entre plátanos y fragancias extáticas
que en la noche morían desordenadamente.
Vi en sus tramas más turbias los antiguos diluvios
que encerraban los árboles, las torres y los hombres,
las nacientes ciudades y los trigales rubios
en sepulcros de barro que no llevaban nombres;
y en las más detalladas, solos, predestinados,
en círculos giraban los nombres preferidos
hasta encontrar en suaves metros enamorados
los versos recordados, los versos prometidos.
Silvina Ocampo, Buenos Aires, 1903 - 1994
en Silvina Ocampo, Poesía completa, Tomo I, Emecé, Buenos Aires, 2002
imagen de Vincent Van Gogh
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