miércoles, noviembre 09, 2011

quisiera ser solo una mujer


De espaldas

Si te tiendes de espaldas
se vuelve, calmándose, sólo dulzura
el peso de tu seno. De pronto no hay
necesidad de ocultarlo, no se puede más juzgar porque está tierno y apagado
e inocente y basta

de Cadenza d'inganno

Las veces

De los reproches que me haces (algunos
no los discuto)
hay uno cuando llega que hace
mal como el frío sobre los dedos -cuando
comentas suavemente "qué mal hicimos el amor" o peor "Esta vez
el amor lo hiciste tú solo: como un muchachito". Muerde
desde el fondo, seca la saliva como si expulsara
todas las veces buenas. Y decir que me immporta
más tu gozo que el mío; por momentos quisiera
ser sólo una mujer para tocarte mejor, con más dulzura...

de Cadenza d'inganno

Embarcadero

Los pocos que esperan, pocos
por vez, pocos y siempre, que el vaporcito
vuelva a la otra orilla
deslizándose chato, silencioso
excepto los golpes del fondo, sordos,
del agua descolorida
en la furiosa nevisca de diciembre
y en la Salud, en San Tomà ninguno
que hable, solo uno
que carraspea,
blasfema, tiende la mano a la limosna -oh predilectos
os he vuelto a encontrar, os reconozco
bajo paraguas y capuchas, es vuestro cuerpo
extrañamente visible
el que aún emigra, se reúne
allá, más allá de la tierra,
en tanta amada sangre...

de A tanto caro sangue

Giovani Raboni, Milán, 1932
en Poesía Italiana Contemporánea, Prólogo,selección y traducción de Horacio Armani, Litoral/Ediciones Unesco, Málaga, 1994
imagen Dino Valls en Uno de los nuestros

2 comentarios:

Darío dijo...

Las veces, una locura.

Pablo Seguí dijo...

Muy lindo, y muy lindo cómo están dichos y cortados (escandidos) los versos de esta traducción: siento que se deslizan muy bien en castellano.