jueves, junio 23, 2011
william butler yeats. la rosa secreta
La Rosa Secreta
Remota, tan secreta e inviolada Rosa,
abrázame en la hora de mis horas, donde moran
aquellos que te buscaron en el Santo Sepulcro,
o en el lagar, más allá de la agitación
y el tumulto de los sueños vencidos; y en la profundidad
de los pálidos párpados, vencidos por el sueño
los hombres han dado nombre a la belleza. Tus grandes hojas envuelven
antiguas barbas, los yelmos de oro y de rubí
de los Magos coronados; y el rey, cuyos ojos
vieron las Manos perforadas y Cruz de los mayores elevándose
entre las brumas Druidas y disminuyendo la luz de las antorchas;
hasta que despertara un vano frenesí, y murió; y aquel
que encontró a Fand* caminando entre el intenso rocío
en una costa gris donde el viento jamás sopló,
y perdió el mundo y a Emer* por un beso;
y aquel que guiaba a los dioses de sus lares,
y que festejó hasta que cien auroras florecieron en un derroche de color,
y lloró sobre los túmulos de sus muertos;
y el soberbio rey soñador que se deshizo de la corona
y la tristeza, y llamando a un bardo y a un bufón
habitó entre los ebrios vagabundos en la profundidad del bosque:
y aquel que vendió la cosecha y la casa y los bienes,
y buscó por tierras e islas durante interminables años,
hasta encontrar, entre lágrimas y risas,
una mujer de belleza tan resplandeciente
que los hombres trillaban el grano a medianoche por un rizo,
un rizo robado. Yo, también, espero
la hora de tu gran viento de amor y odio.
¿Cuándo se apagarán las estrellas del cielo,
como las chispas del yunque que se apagan y mueren?
Seguramente tu hora ha llegado, tu gran viento sopla,
Allá lejos, secreta e intacta rosa.
William Butler Yeats, Dublin, 1865- Menton,1939
de The Wind Among the Reeds, 1899
versión © silvia camerotto
imagen:Ilustración de Red Hanrahan y la Rosa Secreta. Obtenida de Ask about Ireland
*Divinidad irlandesa del mar
*Esposa del héroe Cú Chulainn en el Ciclo de Ulster de la mitología irlandesa
The Secret Rose
Far-off, most secret, and inviolate Rose,
Enfold me in my hour of hours; where those
Who sought thee in the Holy Sepulchre,
Or in the wine-vat, dwell beyond the stir
And tumult of defeated dreams; and deep
Among pale eyelids, heavy with the sleep
Men have named beauty. Thy great leaves enfold
The ancient beards, the helms of ruby and gold
Of the crowned Magi; and the king whose eyes
Saw the pierced Hands and Rood of elder rise
In Druid vapour and make the torches dim;
Till vain frenzy awoke and he died; and him
Who met Fand walking among flaming dew
By a grey shore where the wind never blew,
And lost the world and Emer for a kiss;
And him who drove the gods out of their liss,
And till a hundred moms had flowered red
Feasted, and wept the barrows of his dead;
And the proud dreaming king who flung the crown
And sorrow away, and calling bard and clown
Dwelt among wine-stained wanderers in deep woods:
And him who sold tillage, and house, and goods,
And sought through lands and islands numberless years,
Until he found, with laughter and with tears,
A woman of so shining loveliness
That men threshed corn at midnight by a tress,
A little stolen tress. I, too, await
The hour of thy great wind of love and hate.
When shall the stars be blown about the sky,
Like the sparks blown out of a smithy, and die?
Surely thine hour has come, thy great wind blows,
Far-off, most secret, and inviolate Rose?
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