domingo, mayo 16, 2010

inútilmente empuja


Ensayo general

Todos los días vuelvo a recordar
lo que aprendí aquella noche perdida
de mil novecientos treinta y tantos
con el mismo trabajo, los mismos párpados hinchados
en su tambor de llanto, el mismo ombligo inútil
que certifica mi condición de bien nacida
de hombre y de mujer.
Todos los días, implacables me esperan
zapatos, calles, risas,
moldes para llenar como jugando,
'ponga usted la cabeza sobre el cuello
de la odalisca y sonría, sonría, no
pestañee, ¡listo!',
muñecos arrasados a las ocho,
tenedores abiertos a las diez
y carteles sin hora pero con grandes caras bigotudas
de esas que siguen con la mirada y es inútil que trates de esconderte
porque igual te verán, bajo la cama, bajo el sol,
bajo la tierra.
Probé una vez no despertar
y entró una mariposa por la ventana.
Probé una vez no despertar
y entró una mariposa sin alas.
Siempre ha habido un aroma, un sonido
para engañar, un anzuelo, un verbo:
la cara amada se deshace en la pared
y alguien dice palabras con sentido,
el corazón es una víscera cualquiera
y las novelas tienen frases bien construidas
para el consuelo y las antologías.
el tiempo emplea trucos memorables
y el cuerpo sigue con su ensayo general
y el amor va a la zaga, en la caja del alma
o como quiera que se llame
y es inútil que traten de esconderse
porque igual los verán, bajo la cama, bajo el sol,
bajo la tierra.


Salvajemente vuelvo, volveré
siempre, lleno el rostro de agujas,
a malherir la tarde
que me esperaba
con sus claras muchachas y sus ríos
ebrios de mar o viento.
No he nacido,me hicieron
de fragmentos, de polvo, de palabras:
no han dejado a los dioses
suavemente poblarme.
Inútilmente empuja
la estrella rota de mis años
el portal arrasado,
el perdido grito que soy.

Susana Thénon, Buenos Aires, 1935-1991
en La morada imposible, Susana Thénon, Tomo 2, edición a cargo de A. M. Barrenechea y M. Negroni, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2004
imagen: Joseph Szymanski en Joseph Szymanski Photographs

1 comentario:

El poeta ocasional dijo...

Hermoso poema. Una revelación para mí. Gracias