Profunda fe religiosa
Si no nos lleva
más allá de la muerte
más allá de los días lluviosos,
o de la distracción de las cardaminas
plateadas;
pasando las remotas fronteras
de la poesía misma
es inútil.
Es eso
que hizo que el Greco
pintara sus verdes y deformes santos
y viviera
en la austeridad.
Es a donde nos lleva la vida
para alabar la música
y la vejez
o a sentarnos junto a un amigo
en su última hora.
¡Todo lo que hace madurar las peras
o que los versos del poeta
se hagan realidad!
La invención es su centro.
Sin la singularidad
y la rareza de la invención
se condena al paralítico
a su parálisis,
es en un país septentrional
y casi salvaje
donde el odio
es religión.
Ahí los habitantes están presos.
Ahí donde la rosa no es adorada
o el poeta la busca
para su beneficio.
Durante la noche una
tormenta de proporción de temporal
se desató.
¡Nadie hubo que imaginara
un campo de margaritas!
¡Hubo bramidos
y rugidos
salidos de un libro de cuentos
para niños,
el lejano estruendo
de una bomba
o de una abeja!
Avergonzarse deberían los poetas,
han contraído la fiebre de moda:
deslumbrados por el “laboratorio”,
¡han olvidado
la flor
que va más allá de cualquier
laboratorio!
Han renunciado al oficio
de inventar. La
imaginación duerme
en un florero de amapolas.
1954
William Carlos Williams, Rutherford 1883-1963
En Pictures from Brueghel and Other Poems, New Directions, 1962
versión ©Silvia Camerotto
versión ©Silvia Camerotto
imagen de Brueghel, The Blind Leading the Blind
Deep Religious Faith
Past death
past rainy days
or the distraction
of lady’s smocks all
silver-white;
beyond the remote
borders
of poetry itself
if it does not drive us,
it is vain.
Yet it is
that which made El Greco
paint his green and
distorted saints
and live
lean.
It is what in life
drives us
to praise music
and the old
or sit by a friend
in his last hours.
All that which makes the
pear ripen
the poet's line
come true!
Invention is the heart of it.
Without the quirks
and oddnesses of invention
the paralytic is confirmed
the poet's line
come true!
Invention is the heart of it.
Without the quirks
and oddnesses of invention
the paralytic is confirmed
in his paralysis,
it is from a northern
and half-savage country
where the religion
is hate.
There
the citizens are
imprisoned.
The rose
may not be worshipped
or the poet look for it
for benefit.
In the night a
storm of gale
proportions came
up.
No one was there to envisage
a field of daisies!
There were bellowings
and roarings
from a child’s book
of fairy tales,
the rumble
of a distant bombing
-or of a bee!
Shame on our poets,
they have caught the
prevalent fever:
impressed
by the “laboratory”,
they have forgot
the flower!
which goes beyond all
laboratories!
They have quit the job
of invention. The
imagination has fallen
asleep
in a poppy-cup.
(1954)
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