miércoles, enero 10, 2018

hilda doolittle. the flowering of the rod 3




III

En la resurrección, hay confusión
si comenzamos a argumentar; si nos detenemos y observamos,

no sabemos a dónde ir;
en la resurrección, hay una simple afirmación,

pero no para juntar al resto,
a lo largo y ancho de la calle; que te vayas

en un momento como este, es la prueba más verdadera
de que sabes el camino;

¿acaso el primer ganso salvaje se detiene para
dar explicaciones a los otros? nose va;

lo siguen o no
eso es asunto de ellos;

¿acaso le importa al primer ganso salvaje
si lo siguen o no?

No lo creoes feliz de irse
sabe a dónde va;

entonces debemos ser atraídos o debemos volar,
como la perdiz blanca del Ártico,

a las Carolinas o a Florida
o como aquellas bandadas migratorias

que aun (según dicen) revolotean
sobre la isla perdida, Atlantis;

buscando lo que supieron una vez,
sabemos que al final encontraremos

la felicidad; hoy tu estarás
conmigo en el Paraíso.


H.D (Hilda Doolittle), Bethlehem, Pennsylvania, 1886 – Zurich, 1961
selección de The Flowering of the Rod,  Trilogy by H.D.,  New Directions, 1998
Versión © Silvia Camerotto


III

In resurrection, there is confusion
if we start to argue; if we stand and stare,

we do not know where to go;
in resurrection, there is simple affirmation,

but do not delay to round up the others,
up and down the street; your going

in a moment like this, is the best proof
that you know the way;

does the first wild-goose stop to explain
to the others? no—he is off;

they follow or not
that is their affair;

does the first wild-goose care
whether the others follow or not?

I don’t think so—he is so happy to be off—
he knows where he is going;

so we must be drawn or we must fly,
like the snow-geese of the Arctic circle,

to the Carolinas or to Florida,
or like those migratory flocks

who still (they say) hover
over the lost island, Atlantis;

seeking what we once knew,
we know ultimately we will find

happiness; to-day shalt thou be
with me in Paradise.

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