Hombre sin auto
Ahora dice que tiene fríos los pies,
camina despacio.
Antes, cuando manejaba,
cuidaba detenerse a cada cambio de luz,
vigilaba el trayecto.
Vendió el auto como quien se inclina
y se persigna, rendido, suplicante.
Pide a Dios por una vez que lo contemple,
y que él deje de mirar
como si fuese Dios. Por una vez,
dice cuando camina, temer,
decir que teme.
Irene Gruss, Buenos Aires, 1950
Inédito
Imagen Scott Richard, Manhattan, fuente torbakhopper
1 comentario:
Excelente, Irene, excelente.
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