Dibujo
del silencio de una mujer
Dos noches después de
que dejara de hablar
mi mujer tararea tres
compases mientras duerme
como si tuviera treinta
años más,
sola y lavando la ropa
afuera,
no como una especie de
castigo
o como marca de su dinastía
de pobreza
incluso antes de las
guerras en su país,
y aunque el hambre era
como un trapo
que todos vestían en
esa ciudad, la música
no era un ítem que
pudiera ser confiscado,
quitado por los
fascistas o las monjas
o las familias ricas
que siempre
parecían estar del lado
correcto. Esta noche
siete días antes de que
volviera a hablar
la calle en la que
estará caminando en
su sueño es tranquila y
se inclina con facilidad
hacia las montañas con
vista al mar.
Nada de ella dentro de
esta oscura habitación
indica que yo estoy
allí con ella parado
al borde confundido por
el viento y la presencia
de ella o de que alguna
vez yo haya nacido
o de que ella haya
aprendido a hablar
mi lengua y yo la suya.
Esta noche
ninguno puede descifrar
la lengua del otro.
Nuestros antepasados hablan
por nosotros-
alguna oficina de
aduana en la frontera
cuyo su suelo se ha
ensuciado de papeles
con nuestros
impronunciables nombres.
Curtis Bauer, Lubbock,
Texas, 1970
en The Real Cause for Your Absence, CR Press Org., Chatanooga, 2013
versión © Silvia
Camerotto
imagen en webmd.com
Drawing of a Woman's
Silence
Two
nights after she stops speaking
my
wife hums three bars in her sleep
as
if she were thirty years older,
alone
and washing clothes outside,
not
as some kind of punishment
or
indication of her line's poverty
even
before the wars in her country,
and
though hunger was like a cloth
everyone
wore in that town, music was
not
an item that could be confiscated,
removed
by the fascists or th nuns
or
the wealthy families that always
seem
to be on the right side. This night
seven
days before she will speak again
the
road she must be walking inside
her
sleep is smooth and inclines easily
into
the mountains with a view over the sea.
Nothing
about her within this dark room
indicates
I'm there with her standing
on
an edge confused by wind and her
presence
or that I have ever been
born
or that she's learned to speak
my
language and I hers. Tonight
neither
can decipher the other's tongue.
Our
ancestry accounts for us-
some
border crossing custom's
office
floor is littered with pages
of
our unpronounceable names.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario