Ahora esa mujer habla del mar.
Sorpresiva, casi sin voz, dice y mezcla
unas palabras incomprensibles, ajenas.
Dice y tartamudea que el mar, que la noche
que un día, que pájaros, que el amor
y el silencio del silencio, que la muerte.
Dice y se va, como si nada.
Que sea así. Prefiero que no esté
con sus anuncios inconsolables y emigrada,
sin respuesta -mientras la vida avanza
a grandes pasos, lejos de uno- vuelva
y mire, lúcida, un objeto material
hecho de un grupo de palabras abstractas,
de nombres propios y voces:
sólo una escritura en voz baja, hecha
de arrepentimientos, agregados, decepciones.
Jorge García Sabal, Balcarce, 1948 - Buenos Aires, 1996
imagen de Pinheiro de Santamaria en Absolute Arts
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