sábado, septiembre 10, 2011

silvina ocampo. lot, los ángeles y la estatua


Lot, los ángeles y la estatua

¿Cómo eran el ocaso y el umbral de esa puerta,
oscura y sin falleba, donde estaba sentado
mirando el horizonte Lot? ¿Y el afeminado
perfil de un par de ángeles en la noche desierta?

Los anhelados ángeles que Sodoma quería
conocer con premura ¿cómo eran? ¿Y la fría
continuidad de un lago que la Escritura omite,
cuya agua no tolera que el lirio se marchite...?

Las anónimas plantas, el aire inmaculado,
ignorados antípodas, ocupaban el mundo.
Infernal o seráfico, el amor transformado
en la antigua Pentápolis se volvía infecundo.

Lot rezaba en silencio: No olvidaré el amor
tan incestuoso y puro que nos impuso Eva
.
Nocturna prorrumpía una esperanza nueva,
secreta y laberíntica, como una sola flor.

Eran altas y hermosas las árabes palmeras;
un arco iris perfecto, palomas mensajeras
con devoción postal hubieran conmovido,
hubieran aplacado al dios enfurecido.

No vaciló el castigo, tampoco la inocencia
proclamada por ángeles de idénticas venturas
que amables auguraban la exaltada inclemencia:
lluvias de azufre y fuego, brillantes y seguras.

En el amanecer huía la familia
de Lot, como en las guerras, y la madre resuelta,
cumpliendo su destino de estatua, se da vuelta
y en la llanura atónita entrega a la vigilia

perpetua su blancura. Quieta y furtiva espera.
Ni un hombre ni un espejo le reveló cómo era
Desdeñada por buitres y lombrices, ya nada
le interrumpe el delirio en el alba invariada.

Silvina Ocampo, Buenos Aires, 1903 - 1994
en Silvina Ocampo, Poesía completa, Tomo I, Emecé, Buenos Aires, 2002
imagen de Peter Paul Rubens, Lot y sus hijas

2 comentarios:

Darío dijo...

Por qué no conocía este poema impresionante? Qué me pasa por la cabeza que tanto amé a esta Ocampo particular y desconozco esta belleza?
Un poema.

Pablo Seguí dijo...

Qué casualidad: anteayer estuve leyendo "Lo amargo por dulce", del tomo II, luego de pasar unos veinte minutos buscando, en vano, el tomo I. Venís a auxiliarme en esas ganas lectrices. Buenísimo.

Saludos sanvicentinos.