martes, enero 07, 2020

louise glück. de octubre (5)



5.
Es verdad que no hay belleza suficiente en el mundo.
También es verdad que no estoy calificada para restaurarla.
Tampoco hay candor, y en esto puedo ser de alguna utilidad.

Estoy
trabajando, aunque callada.

La insípida

miseria del mundo
nos une por ambos lados, un callejón

bordeado por árboles; somos

camaradas allí, sin hablar,
cada uno con sus pensamientos

detrás de los árboles, portones
de hierro de casas privadas,
los cuartos cerrados

vacíos de algún modo, abandonados,

como si fuera obligación del artista
crear
esperanza, ¿pero de dónde? ¿qué?

la palabra en sí
falsa, un recurso para refutar
la percepción — En la intersección,

luces estacionales decorativas.

Era joven acá. Andando
en subte con mi pequeño libro
como si me defendiera a mí misma contra

el mundo mismo:

no estás sola
decía el poema
en el oscuro túnel.

De ‘October’
Louise Glück, Nueva York, 1943
En Averno, Farrar, Straus and Giroux, New York, 2007
Versión  © Silvia Camerotto

Anteriores:

5.
It is true that there is not enough beauty in the world.
It is also true that I am not competent to restore it.
Neither is there candor, and here I may be of some use.
I am
at work, though I am silent.
The bland
misery of the world
bounds us on either side, an alley
lined with trees; we are
companions here, not speaking,
each with his own thoughts;
behind the trees, iron
gates of the private houses,
the shuttered rooms
somehow deserted, abandoned,
as though it were the artist’s
duty to create
hope, but out of what? what?
the word itself
false, a device to refute
perception — At the intersection,
ornamental lights of the season.
I was young here. Riding
the subway with my small book
as though to defend myself against
the same world:
you are not alone,
the poem said,
in the dark tunnel.

sábado, enero 04, 2020

wallace stevens. las cortinas en la casa de un metafísico

Resultado de imagen para the curtains in the house of the metaphysician 1919


Las cortinas en la casa de un metafísico

Sucede que la deriva de estas cortinas
está llena de movimientos largos, como las agotadoras
larguezas de la distancia; o como las nubes
inseparables de sus tardes;
o el cambio de luz, la caída
del silencio, el pesado sueño y la soledad
de la noche, cuyo movimiento
está más allá de nosotros, como el firmamento,
subiendo y cayendo, soportando
la última vastedad, magnífico de ver.

Wallace Stevens, Reading, 1879- Hartford, 1955
De Harmonium, Alfred A. Knoff, New York, 1923
Versión ©Silvia Camerotto

The Curtains in the House of the Metaphysician

It comes about that the drifting of these curtains
Is full of long motions, as the ponderous
Deflations of distance; or as clouds
Inseparable from their afternoons;
Or the changing of light, the dropping
Of the silence, wide sleep and solitude
Of night, in which all motion
Is beyond us, as the firmament,
Up-rising and down-falling, bares
The last largeness, bold to see.


miércoles, enero 01, 2020

john ashbery. amor evidente




Amor evidente

Lo que eran malas noticias
se evidenciaba demasiado tarde
para poder hacer algo.

No me dictaron ningún sueño urgente,
ni necesitaba un nombre o algo.
Todo estaba arreglado.

En la mediana ciudad de mi conciencia
los ratones construían un coloso.
El cuarto de efectos especiales está allí.

Él no tanteaba el terreno.
El día era uno para él.
Algunos días no deja su cuarto
y esos son los mejores días,
lejos.

Había jardines lúgubres más allá del desnivel,
hormigueros que parecían pertenecer al lugar.
Las salchichas estaban medio crudas,
el vino demasiado frío, el pan aguado.
¿Quién dijo que trajeran sweaters?
No se puede confiar así en el clima.

El Atlántico avanzaba lento hacia la izquierda
enganchando un mensaje en el pelo dorado de las bellas durmientes,
un ardid para la próxima,
cuando el fuego y el agua se descontrolan en las calles,
el portón cerrado- ningún visitante hoy
ni un latido evidente.

Me deshice del libro de cuentos de hadas,
empeñé mi viejo auto, compré un boleto para la casa del terror,
me encontré a mi mismo allí a las seis en punto,
midiendo “los posibles efectos secundarios”.

No había nada malo en amarlos,
tampoco nada bueno. Pero amar era amar a los sirvientes
o a los amos. Ninguna senda recta de esto.
Las hojas alrededor de la puerta son pérdidas escritas en lápiz.
Veinte años para repararlas.
Las margaritas florecen de una forma u otra.


John Ashbery, New York 1927-2017
De Where Shall I Wander: New Poems, HarperCollins Publishers, New York, 2005
Versión ©Silvia Camerotto
imagen de Fairfield Porter (selección)

Meaningful Love

What the bad news was
became apparent too late
for us to do anything good about it.

I was offered no urgent dreaming,
didn't need a name or anything.
Everything was taken care of.

In the medium-size city of my awareness
voles are building colossi.
The blue room is over there.

He put out no feelers.
The day was all as one to him.
Some days he never leaves his room
and those are the best days,
by far.

There were morose gardens farther down the slope,
anthills that looked like they belonged there.
The sausages were undercooked,
the wine too cold, the bread molten.
Who said to bring sweaters?
The climate's not that dependable.

The Atlantic crawled slowly to the left
pinning a message on the unbound golden hair of sleeping maidens,
a ruse for next time,

where fire and water are rampant in the streets,
the gate closed—no visitors today
or any evident heartbeat.

I got rid of the book of fairy tales,
pawned my old car, bought a ticket to the funhouse,
found myself back here at six o'clock,
pondering "possible side effects."

There was no harm in loving then,
no certain good either. But love was loving servants
or bosses. No straight road issuing from it.
Leaves around the door are penciled losses.
Twenty years to fix it.
Asters bloom one way or another.



domingo, octubre 20, 2019

maría teresa andruetto. réquiem/selección



***
Señor,
permíteme bajar
a los pozos
de mi pensamiento,
manantiales de sangre,
depósitos intactos
de locura,
con la frente alta,
sin miedo 
a los derrumbes.

***
He muerto otras veces.
Y resucité
buscándome en pedazos.

Pero esta vez
repito gestos celebro ritos
y no me encuentro.


***
Kodak

Yo
los miraba 
tras la lente de la Kodak
con la que padre
registró la guerra
antes 
que la muerte
disolviera sus pupilas
y delegara en mis ojos
el dolor de mirarmne
devastada
por la ausencia.


María Teresa Andruetto, Arroyo Cabral, Córdoba, 1954
de Réquiem
en María Teresa Andruetto, Poesía reunida, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019

viernes, septiembre 27, 2019

jonio gonzález. deslumbramiento



Deslumbramiento

un ciego nos guía hacia la luz
mientras oímos el coro de los sordos
levantar el augurado mástil
en la cumbre del monte

entretanto
los preceptores del destino
prohíjan fábulas
órdenes
proclamas

y lo vemos todo
y nos interrogamos en voz alta
a pesar de los que se vuelven
hacia nosotros y nos señalan
de la prevista mentira

y seguimos al ciego
ciegamente
por miedo a extraviarnos.


Jonio González, Buenos Aires, 1954
de Historia del visitante, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019