Mi amor es igual a una fiebre
Mi amor es igual a una fiebre,
siempre en deseo
de aquello que alimenta más la
enfermedad,
nutriéndose de aquello que hace
durar el mal
para satisfacer el incierto,
enfermizo apetito.
Mi razón -este médico del amor,
indignado
de que sus prescripciones no se
cumplan-
me ha dejado, y yo sin esperanza
afirmo ahora:
el deseo es un morir que desdeñó
la ciencia.
No tengo cura, ahora que perdí la
razón
con inquietud perpetua,
furiosamente loca;
mis pensamientos y discursos son
propios de un demente,
sin verdad, divagantes,
neciamente expresados;
porque creí en tu belleza y te
pensé brillante
a ti, negra, como el infierno;
como la noche, oscura.
William
Shakespeare, Stratford-Upon-Avon, 1564-1616
En William Shakespeare, Treinta sonetos, Ediciones del Dock,
Buenos Aires, 2000
Traducción de Javier Adúriz y
Agustín Adúriz Bravo
Sonet 147
My
love is as a fever, longing still
For
that which longer nurseth the disease,
Feeding
on that which doth preserve the ill,
Th’
uncertain sickly appetite to please.
My
reason, the physician to my love,
Angry
that his prescriptions are not kept,
Hath
left me, and I desperate now approve
Desire
is death, which physic did except.
Past
cure I am, now reason is past care,
And
frantic-mad with evermore unrest;
My
thoughts and my discourse as madmen’s are,
At
random from the truth vainly expressed:
For I have sworn thee fair, and thought thee bright,
Who art as black as hell, as dark as night.
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