sábado, noviembre 20, 2010

el sol hiere al barro


En el corazón gentil se refugia siempre Amor
como un pájaro en el verde del bosque;
la Naturaleza no creó Amor antes que el corazón gentil,
ni corazón gentil antes que Amor.
Apenas existió el sol
existió el esplendor luminoso,
pero no antes que el sol;
tan propiamente
como el calor en la claridad del fuego.

Fuego de amor se prende en corazón gentil
como virtud en piedra preciosa:
desde la estrella no desciende a ella
antes que el sol la vuelva gentil cosa.
Después que el sol le ha quitado
con su fuerza lo que es innoble,
la estrella le da valor:
así al corazón, que naturaleza hizo
selecto, puro, gentil,
la mujer, como la estrella, lo enamora.

Amor está en el corazón gentil por la misma razón
por la que el fuego, encima de la antorcha,
resplandece a su gusto, claro, sutil:
es tan orgulloso que no estaría de otro modo.
Dado que la malvada naturaleza
es contraria al Amor - como al fuego caliente
el agua, por su frialdad -,
Amor se instala en el corazón gentil
por ser un lugar afín a este;
como el imán en las minas de hierro.

El sol hiere al barro todo el día:
si este queda vil, el sol en cambio no pierde su calor;
dice un hombre altivo: "Soy gentil por mi raza";
a él lo comparto con el barro y al sol con el valor gentil.
Porque uno no debe confiar
en que haya gentileza fuera del corazón
es como agua que transmite rayos;
y el cielo conserva en sí las estrellas y su esplendor.

Dios creado resplandece en la Inteligencia
celeste más que el sol en nuestros ojos:
ella, que entiende los hechos de Dios sin velos,
empieza a obedecerlo a Él, haciendo girar el cielo.
Y como , a lo primero
que Dios creó, sigue un justo cumplimiento,
así la hermosa mujer,
cuando ilumina los ojos
del hombre gentil, produce en él la verdadera voluntad,
que no cesa nunca de obedecerla.

Oh mujer, cuando mi alma esté ante Él,
Dios me dirá: "¿Qué presumiste?
Pasaste a través del cielo y llegaste hasta mí
y me tomaste como parangón en un vano amor,
mientras las alabanzas me corresponden solo a mí
y a la reina del digno reino
que interrumpe cualquier fraude".
Le podré decir: "Tenía aspecto de ángel
que fuera de tu reino;
no me puedo culpar porque la amé".

Guido Guinizelli, Bolonia, c. 1230- Monselice, Padua, a.1276
en Poesía Medieval Italiana, Antología bilingüe, Selección, traducción y notas: Oreste Frattoni, Centro Editor, Buenos Aires, 1978
imagen: Boticelli, Sandro

Al cor gentil ripara sempre amore
come l'ausello in selva a la verdura;
né fe' amor anti che gentil core,
né gentil core anti ch'amor, natura:
ch'adesso con' fu 'l sole,
sì tosto lo splendore fu lucente,
né fu davanti'l sole;
e prende amore in gentilezza loco
così propiamente
come calore in clarità di foco.

Foco d'amore in gentil cor s'aprende
come vertute in petra preziosa,
che da la stella valor no i discende
anti che 'l sol la faccia gentil cosa;
poi che n'ha tratto fòre
per sua forza lo sol ciò che li è vile,
stella li dà valore:
così lo cor ch'è fatto da natura
asletto, pur, gentile,
donna a guisa di stella lo 'nnamora.

Amor per tal ragion sta 'n cor gentile
per qual lo foco in cima del doplero:
splendeli al su' diletto, clar, sottile;
no li stari' altra guisa, tant' è fero.
Così prava natura
recontra amor come fa l'aigua il foco
caldo, per la freddura.
Amore in gentil cor prende rivera
per suo consimel loco
com' adamàs del ferro in la minera.

Fere lo sol lo fango tutto 'l giorno
vile reman, né 'l sol perde calore;
dis' omo alter: "Gentil per sclatta torno";
lui semblo al fango, al sol gentil valore:
ché non dé dar om fé
che gentilezza sia fòr di coraggio
in degnità d'ere'
sed a vertute non ha gentil core,
com' aigua porta raggio
e 'l ciel riten le stelle e lo splendore.

Splende 'n la 'ntelligenzia del cielo
Deo criator più che 'n nostr'occhi 'l sole:
quella intende suo fattor oltra cielo,
e 'l ciel volgiando, a Lui obedir tole,
e consegue, al primero,
del giusto Deo beato compimento:
così dar dovria, al vero,
la bella donna, poi che 'n gli occhi splende
del suo gentil talento,
che mai di lei obedir non si disprende.

Donna, Deo mi dirà: "Che presomisti?",
siando l'alma mia a Lui davanti.
"Lo ciel passasti e 'nfin a Me venisti
e desti in vano amor Me per semblanti:
ch'a Me conven le laude
e a la reina del regname degno,
per cui cessa onne fraude".
Dir Li porò: "Tenne d'angel sembianza
che fosse del Tuo regno;
non me fu fallo, s'eo li posi amanza".

1 comentario:

costa sin mar dijo...

estos me han gustado mucho!!!