viernes, agosto 08, 2025

Silvia Camerotto. Fantasías


 Fantasías

 

Todo se convierte en tragedia.

A ella le preocupa que no se cambió las medias

y la van a internar.

A mí me preocupa que se muera:

Sin error ni ejercicio ni entrenamiento.

Hechos cotidianos.

Levantarse, hacer pis, lavarse los dientes…

Tomar café mientras otros paren un hijo,

o se drogan para enfrentar el día y se bañan

y se visten y se suben al colectivo.

Infelicidad y felicidad caminan una al lado de la otra.

Tener una familia,

envejecer con alguien.

La realidad son ángulos,

casas cuadradas,

orificios por donde se escapa la esperanza.

¡Que no perdamos la fe!

Como Eliot, me pregunto si la estoicidad da entidad al poeta.

Somos la civilización de la rotura.

Tom-toms,

Pedazos en el piso.

La lateralidad de los cuerpos

que arrastra esta visión temporal,

separada de mí.

Té verde. Animal print. Jóvenes que vuelven de la luna

Una larga hilera de mujeres vestidas de blanco.

Drum duel.

Otra vez pedazos en el piso.

Medio lastimados, no vemos lo mismo.

Algunas cosas vuelven con la precisión

de los fenómenos naturales y

el instinto separa lo indispensable de lo que no lo es.

¿Cuál es tu cuco? ¿Cuál es el mío?

Al alba canciones ruidosas.

La lógica cae como relámpago.

La lógica que pierdo,

la noria y el puente.

Al alba canciones ruidosas

entre el gato, el ventilador y yo.

 

Fui a buscar el fuentón el martes,

pero el martes llovía.

Pensé en el peso del agua,

en el enchastre de los muertos.

Pensé más de lo necesario.

El tiempo apura.

Al fuentón se lo tragó la tierra.

 

Ahora solo hay golpes en la casa.

Caídas.

Gente que lleva muebles.

Rastros diminutos de la mutación del espacio

que habitará un extraño

que no soy yo.


Silvia Camerotto, Buenos Aires, 1959

Inédito

jueves, agosto 07, 2025

Eduardo Aibineder. Nada es suave



 NADA ES SUAVE

para el que cae

ni el idílico poema

del principio

ni la arena, ni el agua

o la mullida piel del conejo.

Nada es suave:

El poema del principio puja

contra el poema del fin;

todos los días un duelo.

A su vez,

el mundo dividido

entre los que acompañan

al poema del fin

hasta sus últimas consecuencias

y los que no

(en esto, como en todo,

hay volátiles propósitos opuestos).

Quien interminablemente cae

día a día manipula

los resultados

en favor del poema del fin.

Nada es suave para el que cae:

el poema del fin

exige ser leído

con un desplome óptico.


Eduardo Aibinder, Buenos Aires, 1968

de Quién es quién, en 'La orden que vino de arriba', Bajo la Luna, Buenos Aires, 2025

 

miércoles, agosto 06, 2025

Eduardo Mileo. Tinta china




 Silencio de acuario.

Algo está por suceder.

No se vislumbra aún.

No tiene forma.

Pero late. Obliga

a esforzar el oído.


No tiene forma

pero se asoma

la muy tenue

claridad de un sonido

que todavía no se escucha.


Un agua elemental

un vidrio vivo

en el silencio.

Acuario donde unos

peces mudos

se agitan.


Algo está por suceder.

Apenas late y

todavía

no tiene forma.

Pero el susurro

de su pequeño corazón

obliga

a esforzar el oído.


Eduardo Mileo, Buenos Aires, 1953

de Blanco Móvil, Ediciones en Danza,  Buenos Aires, 2024

martes, agosto 05, 2025

Marina Serrano. Poema de Simonías.



 Y entonces el modelo (typos) de la gran generación de

Adán será exaltado, porque es anterior al cielo, la tierra

y los ángeles.

EVANGELIO DE JUDAS


ESTRUCTURA sostenida por la fe

de sus elementos, ni buenos, ni malos,

elementos en el interior no visible, elementos

complejos incluidos en otros que los trascienden.

La medida de la fortaleza es el punto más débil


y la estructura sostenida por la fe

y la piedra angular

son una misma piedra en otro sitio, la clave

es la cuña, y a veces, las piedras atraviesan

el muro, el interior y el exterior

de lo que antes no existía

ni dentro ni fuera.


La piedra que descartaron,

sustancia mineral sólida e incomburente,

poco maleable e insoluble en agua,

es espejo

en que las demás

piedras encastradas, se miran mientras soportan

la compresión. El hierro

es necesario para otras tensiones

y esfuerzos de corte.

A cada quien lo suyo.


Marina Serrano, Quequén, 1973

de La única cosa necesaria, Colección Fénix, dirigida por Pablo Anadón. Ediciones del Capítulo, 2012

Imagen: página 33 del códice Tchacos

lunes, agosto 04, 2025

Javier Cófreces. Viajera



 Viajera

No te vayas más

así comienza

este lamento

que te regresa

de todos lados


No te vayas más

es la súplica

de los días pesados

por la humedad

de la primavera sin vos


La suerte está

en manos de la ausencia

Ya llega el verano

pero nada empieza

sin que vuelvas


Sólo este lamento

que te regresa

de todos lados.

(1993)


Javier Cófreces, Buenos Aires, 1957

De Antología personal, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2023

Imagen César Ayllón

sábado, agosto 02, 2025

Miguel Gaya. Poema

 



1

De todas las cosas del mundo

prefiero el mundo.

De todas las cosas posibles,

prefiero las cosas.

Hay en mi un apego ramplón a lo que existe

que elimina toda prevención en el mirar, se desguarece

frente al universo que se extiende impávido ante mí

y más frío

que el frío de las estrellas

cuando mueren y caen

sobre mi cabeza, incesantes,

polvo cósmico al que saludan mis huesos

como a viejos conocidos

como a miembros de la familia que vuelven fatigados

junto al fuego

y se persignan antes de comer.


Es posible, finalmente, que hable solo,

que no reciba visitas, ni los rayos 

de las luces de las estrellas me atraviesen el pecho

bajo la bóveda celeste.

Yo sin embargo los saludo y, la verdad, los aguardo,

pero como si fueran,

como si el universo fuera,

apenas la pátina aceitosa y leve

de un lago oscuro

escondido en  un bosque 

donde brilla la luna y, apenas,

las estrellas fugaces.


Miguel Gaya, Ayacucho, 1953

Imagen: Joan Miró






viernes, agosto 01, 2025

Darío Rojo. Cuando el alférez se acercó al recipiente




 Cuando el alférez se acercó al recipiente


los plumíferos se desparramaron

por el suelo como si cada uno de ellos

tuviera un propósito distinto.

La oscuridad no acompañará su desvelo,

pero los instrumentos indicaban

lo que diría en unos años si su voz siguiera

vinculada a una máquina de humanidad,

esas que cuando uno sube a un árbol

encienden el miedo a caer.

La pared carcomida del ánimo anuncia su retiro

y posterior reubicamiento en una cartuja

envenenada de silencio.

Es simple, dijo, como parte de la naturaleza

ilustré la imagen teórica 

de un sentimiento negativo en plena mutación,

luego fui un barco

en que no dejaban de pulular las gaviotas

en busca de sustento,

ahora soy un mejillón aferrado a una roca,

estoy vivo aunque a simple vista nada lo indique. 


Darío Rojo, Castex, La Pampa, 1964

De Clasificadores de objetos planos en 'La isla decepción', Buenos Aires, 2025

Imagen Marcela Corti

jueves, julio 31, 2025

Jonio González. Noche


 NOCHE

te leo y con tus ojos contemplo
entre las ruinas
el cielo
derramo una gota del sentido
que no encuentro
como quien sólo sabe
de la sangre
lo poco que ha conseguido
hurtar a la aurora:
lo que hemos condenado
se repite
los que hemos condenado
disfrazamos de impotencia
el pretexto
la muerte
de lamento
y cerramos desnudos los ojos
entre las ruinas
del cielo

Jonio González, Buenos Aires, 1954
Inédito
Imagen Marina Gaydar

miércoles, julio 30, 2025

Virginia Caramés. Atiza y arde

 




Atiza y arde

Un recuerdo como un objeto.

Recuerdo cerrado, palpitante 

                    (en su cáscara).

Voy a abrirlo en el vacío.

Sometido así, al vacío, el recuerdo es puro, está listo para ser evocado.

Es menester despejar de atmósfera el entorno

                    (que no haya agua)

Elimino vidrios, lentes, córneas.

Recuerdo puro sin curvaturas. Mire, si no, una cuchara dentro de un vaso con agua/

Las condiciones para evocar el recuerdo puro son tales que se ha observado que

si se obtiene pureza no podrá apreciarse la vivencia del recuerdo.

Yo descreo de esa vivencia...

Un recuerdo-objeto expuesto por primera vez no repite la vivencia,

es un recuerdo sin la estructura del relato.

No hay modo de recordar en el vacío.

No hay modo de escapar a la distorsión. /Habitamos en la distorsión.

Mi palabra está construida de recuerdos de palabras.

Todo lo construyo sobre lo que hay: recuerdos aberrantes.

Eso hay.


Virginia Caramés, La Plata

de Bloque de hueso, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2025



lunes, julio 21, 2025

Jorge Aulicino. El Maeström


El Maeström

Ah cuando después de años  ella 

encontró la suavidad del cuerpo de él

envejecido, en el implacable remolino

que nos lleva hacia abajo,

en vueltas concéntricas que nos arrebatan

pedazos, unas caras, unas palabras,

el verano y el dulce invierno,

siempre hacia abajo,

y nos devuelve pedazos de madera,

de diarios, envases amarillos de plástico,

platos en la pileta, cáscaras, nada.


Pero el cuerpo tan profundo

en su instantaneidad,

tan hondo en vida pasada,

ese calor, le parecieron a ella

una revelación del contenido del amor,

de su abismal humanidad, de los sentidos

que nos permiten llegar a un latido olvidado,

como a casas y brasas, un rosal, una higuera.


Jorge Aulicino, Buenos Aires, agosto 1949- julio 2025

De El hombre del codo en la ventana, Barnacle editora, Buenos Aires, 2025



lunes, mayo 12, 2025

Béquer Gustavo Adolfo/ Rima VII

Gustavo Adolfo Bécquer/ Rima VII



Rima VII: Del salón en el ángulo oscuro



Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! -pensé-. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «Levántate y anda!»


Gustavo Adolfo Bécquer, Sevilla, 1836- Madrid 1870
de Rimas, 1871


lunes, mayo 05, 2025

Jorge Aulicino. Meditación de los gatos



"Todo gato es personal, romántico, lírico,

y cada cosa que ocurre es personal;

así pues ¿quién me puso acá esta cobija

que ayer estaba sobre la cama?;

¿a qué me traen esa bolsa del mercado?

¿por qué se me puso a llover?"

Las preguntas se estiran desde sus bigotes,

y ahora la gata delicada como una señorita

y el gato blanco y negro como el tao

se miran uno al otro, espejos enfrentados,

van a la ventana, extienden sus miradas

sobre un techo, se rascan, miran fijo,

los absorbe algo que se mueve en la cornisa,

pasan a otra cosa, porque al fin

"ni yo me importo propiamente como yo".

Y el "me" se diluye, "de modo

que soy el centro del mundo: nadie:

el vacío

o el todo".


Jorge Aulicino, Buenos Aires, 1949

de El hombre del codo en la ventana, Barnacle, Buenos Aires, 2025