jueves, septiembre 29, 2016

miguel ángel petrecca. selección de 'la voluntad'














Cotorras

En el momento decisivo de su vida
lo decisivo fue un segundo de duda.
Amigos y enemigos, exégetas naturales
de su biografía estaban de acuerdo en eso,
y acotaban: qué paradoja que un hombre de acción...
El mismo, si hubiera roto el silencio obstinado
que mantenía respecto a este asunto decisivo
no podría sino haber estado de acuerdo,
pero habría agregado, también, detalles decisivos
para arrojar luz sobre su extraña conducta.
Su silencio, sin embargo, era más que entendible,
porque quién le hubiera creído en caso de haber dicho:
justo entonces una bandada de cotorras
pasó sobre mi cabeza haciendo barullo
y me distraje. La verdad suele ser ridícula
pero raras veces llega a estos extremos.
Tampoco habría sido más creíble su relato
si aparte hubiera agregado información
sobre el timbre de las cotorras y el grosor de la bandada,
o incluso sobre la peregrina cadena de ideas
que ligó en un sólo instante el grito de los pajarracos
con el recuerdo de una humillación juvenil.

***
Las cosas

Las cosas que hacen furor, las que pasan sin pena ni gloria
en algún lado se reúnen, discuten sobre su pasado.
Árboles y personas, zapatillas con el dibujo de la suela
todo gastado igual que una cara en un sueño
en algún lado se reúnen, hablan sobre su pasado.
Esa taza, y la chica que da el informe del tiempo,
y el repasador colgado que filtra el paisaje,
y el portero, que tuvo un pasado antes de ser portero,
quieren reunirse en alguna parte a hablar sobre su pasado.
El hijo quiere crecer sólo para llegar hasta ahí,
para hablar de su padre con su padre, para mirar
desde una terraza el barrio, y después bajar corriendo las escaleras
y alejarse para siempre en el primer taxi que encuentre.

Miguel Ángel Petrecca,Buenos Aires, 1979
de La voluntad, BajoLaLuna Poesía, Buenos Aires, 2013
imagen de Stephen Riley, Stalybridge, 2012, en Stephen Riley Artwork

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