miércoles, mayo 18, 2011
la forma cambiante de mi sombra
***
Es Lou que la llamaban
Hay lobos de todas clases
Conozco al más inhumano
Mi corazón se dé al diablo
Y lo deje en su puerta
Solo un juguete en su mano
Antes había lobos fieles
Como ahora son los perritos
Los Soldados que aman bellas
Gentilmente en su recuerdo
Eran dulces como lobos
Pero hoy son peores los tiempos
Los lobos se han vuelto tigres
Los Soldados se han vuelto Imperios
Césares vueltos Vampiros
Son tan crueles como Venus
Tomé mi decisión Rouveyre
Montando en mi gran caballo
Partiré pronto a la guerra
Sin piedad casta ojo adusto
Como guerreros que Epinal
Vendía Imágenes rústicas
Que Georgin xilografiaba
Dónde están los militares
Soldados idos Dónde están
Dónde están las guerras de antes
***
Sombra
Otra vez estáis de nuevo junto a mí
Recuerdos de mis compañeros muertos en la guerra
El olivo del tiempo
Recuerdos que no hacéis más que uno
Como cien pieles no hacen más que un abrigo
Como esos millares de heridas no hacen más de un artículo periodístico
Apariencia impalpable y sombría que habéis tomado
La forma cambiante de mi sombra
Un indio en acecho para la eternidad
Sombra os arrastráis cerca de mí
Pero ya no me oís
Ya no conoceréis los divinos poemas que canto
Mientras yo sí os oigo os veo todavía
Destinados
Sombra múltiple que el sol os guarde
A vosotros que me amáis lo suficiente para no dejarme nunca
Y que bailáis al sol sin alzar polvo
Sombre tinta del sol
Escritura de mi luz
Arcón de aflicciones
Un dios que se humilla
***
El infierno
Un hombre atravesó sin beber el desierto
Y una noche alcanzó las orillas del mar
Tiene más sed aún de ver la amarga ola
Ese hombre es mi deseo, el mar es tu victoria.
Disfrazado de azul teniendo el alma negra
A los pies de una horca pasea un enmascarado
Como si del amor -ese ahorcado verde-
Yo quisiese que ardiera la atroz mano de gloria.
El ahorcado, la máscara y ese hombre alterado
Descienden al infierno que yo mismo cavo
Y el infierno siempre es: "Querría que ella me ame".
Y no tendré yo nunca una cosa a mi gusto
Si no el amor, al menos una muerte tan bella.
Dime, ¿tú no sabías que mi alma es mortal?
Guillaume Apollinaire, Roma, 1880-París, 1918
en Poesía Europea Contemporánea, Centro Editor América Latina, Buenos Aires, 1988
Traducción,selección y prólogo de Rodolfo Alonso
imagen: De Chirico
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