jueves, julio 31, 2025

Jonio González. Noche


 NOCHE

te leo y con tus ojos contemplo
entre las ruinas
el cielo
derramo una gota del sentido
que no encuentro
como quien sólo sabe
de la sangre
lo poco que ha conseguido
hurtar a la aurora:
lo que hemos condenado
se repite
los que hemos condenado
disfrazamos de impotencia
el pretexto
la muerte
de lamento
y cerramos desnudos los ojos
entre las ruinas
del cielo

Jonio González, Buenos Aires, 1954
Inédito
Imagen Marina Gaydar

miércoles, julio 30, 2025

Virginia Caramés. Atiza y arde

 




Atiza y arde

Un recuerdo como un objeto.

Recuerdo cerrado, palpitante 

                    (en su cáscara).

Voy a abrirlo en el vacío.

Sometido así, al vacío, el recuerdo es puro, está listo para ser evocado.

Es menester despejar de atmósfera el entorno

                    (que no haya agua)

Elimino vidrios, lentes, córneas.

Recuerdo puro sin curvaturas. Mire, si no, una cuchara dentro de un vaso con agua/

Las condiciones para evocar el recuerdo puro son tales que se ha observado que

si se obtiene pureza no podrá apreciarse la vivencia del recuerdo.

Yo descreo de esa vivencia...

Un recuerdo-objeto expuesto por primera vez no repite la vivencia,

es un recuerdo sin la estructura del relato.

No hay modo de recordar en el vacío.

No hay modo de escapar a la distorsión. /Habitamos en la distorsión.

Mi palabra está construida de recuerdos de palabras.

Todo lo construyo sobre lo que hay: recuerdos aberrantes.

Eso hay.


Virginia Caramés, La Plata

de Bloque de hueso, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2025



lunes, julio 21, 2025

Jorge Aulicino. El Maeström


El Maeström

Ah cuando después de años  ella 

encontró la suavidad del cuerpo de él

envejecido, en el implacable remolino

que nos lleva hacia abajo,

en vueltas concéntricas que nos arrebatan

pedazos, unas caras, unas palabras,

el verano y el dulce invierno,

siempre hacia abajo,

y nos devuelve pedazos de madera,

de diarios, envases amarillos de plástico,

platos en la pileta, cáscaras, nada.


Pero el cuerpo tan profundo

en su instantaneidad,

tan hondo en vida pasada,

ese calor, le parecieron a ella

una revelación del contenido del amor,

de su abismal humanidad, de los sentidos

que nos permiten llegar a un latido olvidado,

como a casas y brasas, un rosal, una higuera.


Jorge Aulicino, Buenos Aires, agosto 1949- julio 2025

De El hombre del codo en la ventana, Barnacle editora, Buenos Aires, 2025