A
mi cuerpo
Señor, mira mi cuerpo.
Mira mi cuerpo
antes que yo lo llame
y él me llame,
gritándonos
de lejos.
Mira mi cuerpo,
este animal antiguo
como el río más
antiguo
y joven,
todavía, como el agua
cuando aprendía
a nadar,
sola entre
cerros.
Señor, mira mi cuerpo.
Mira mi cuerpo,
torre de mi infancia,
mira mi cuerpo,
cueva a la que vuelvo
siempre
a sentarme solo
ante tu fuego.
Señor, mira mi cuerpo
como yo lo veo.
Oh cazador del
agua en los veranos,
oh cazador, de
mi alma
prisionero.
Oh cazador
sediento de su casa,
más antigua que
mi alma,
más joven que su
miedo.
Lo amamantaron entre pajonales
donde ya te
perdía
el viento, con
tristeza.
Lo amamantaron
entre pajonales,
oh cuerpo mío,
antiguo cuerpo mío,
cueva para el
amor,
torre para la
guerra.
Señor, mira mi cuerpo. Es inocente.
Oh cueva de tu
fuego,
oh torre joven.
Por los largos
veranos que aún le esperan,
por estar junto
a mí,
que me perdone.
Héctor Viel Temperley, Buenos Aires, 1933-1987
de El Nadador, 1967
en Héctor
Viel Temperley, Poesía completa, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2006
imagen de Tommy Ingberg© – Hollow, en Uno de los nuestros
imagen de Tommy Ingberg© – Hollow, en Uno de los nuestros
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