II
Estoy confinado en la resuelta distracción
de tu ardor, y
razono la noche en vez de quererla, y mi instinto, que
tiene
un solo ojo y un solo camino, lame tu sueño para oírlo.
Voy oyendo tu sueño,
en las amables sirenas, más fuertes que los aprendidos
ángeles
después de la farsa que protege y del control de la
farsa,
aun después de la mordaza de arena, juez y consejo del
solitario,
la perfecta mudez de la arena,
imagen primera del sueño del infinito para los
ensimismados.
Voy oyendo tu sueño
y observo en tu cuerpo y en la siempreviva de tu pelo
si está como en mí, desgastado, lejano y sin orillas,
el homenaje melancólico del vino,
monarquía nocturna, arma del amor
donde el amor sonríe y ambiciona.
Voy oyendo tu sueño, es dulce oírlo,
y puedo reconciliarme con casi todo,
con la sed de las manos y tu temblor de crimen,
con lo que esperé de ti, cansada, feliz del triunfo.
Ya hay calma, ya dejas que la culpa se encarame,
y empezamos a navegar en ríos diferentes.
Voy oyendo tu sueño, es dulce oírlo,
pero ¿qué pobre amor es ése
si dejas que el miedo viva?
Alberto Girri, Buenos Aires, 1919-1991
de Playa sola, 1946, "El amor"
en Alberto Girri,Obra Poética I, Corregidor, Buenos
Aires, 1977
imagen de Steve Richard© – Cloud Busting Series, en Uno de los nuestros
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