domingo, febrero 25, 2007
monas...
viernes, febrero 23, 2007
your brain curls like shell
Ave
O lost moon sisters
crescent in hair, sea underfoot do you wander
in blue veil, in green leaf, in tattered shawl do you wander
with goldleaf skin, with flaming hair do you wander
on Avenue A, on Bleecker Street do you wander
on Rampart Street, on Fillmore Street do you wander
with flower wreath, with jeweled breath do you wander
footprints
shining mother of pearl
behind you
moonstone eyes
in which the crescent moon
with gloves, with hat, in rags, in fur, in beads
under the waning moon, hair streaming in black rain
wailing with stray dogs, hissing in doorways
shadows you are, that fall on the crossroads,
highways
jaywalking do you wander
spitting do you wander
mumbling and crying do you wander aged and talking to yourselves
with roving eyes do you wander
hot for quick love do you sander
weeping your dead
naked you walk
swathed in long robes you walk
swaddled in death shroud you walk
backwards you walk
hungry
hungry
hungry
shrieking I hear you
singing I hear you
cursing I hear you
praying I hear you
you lie with the unicorn you lie with the cobra
you lie in the dry grass
you lie with the yeti you flick long cocks of satyrs with your tongue
you are armed
you drive chariots
you tower above me
you are small you cower on hillsides
out of the winds
pregnant you wander
barefoot you wander
battered by drunk men you wander you kill on steel tables
you birth in black beds
fetus you tore out stiffens in snow
it rises like new moon
you moan in your sleep
digging for yams you wander
looking for dope you wander
playing with birds you wander
chipping at stone you wander
I walk the long night seeking you
I climb the sea crest seeking you
I lie on the prairie, batter at stone gates
calling your names
you are coral
you are lapis and turquoise
your brain curls like shell
you dance on hills
hard-substance woman you whirl
you dance on subways
you sprawl in tenements
children lick at your tits
you are the hills, the shape and color of mesa
you are the tent, the lodge of skins, the hogan
the buffalo robes, the quilt, the knitted afghan
you are the cauldron and the evening star
you rise over the sea, you ride the dark
I move within you, light the evening fire
I dip my hand in you and eat your flesh
you are my mirror image and my sister
you disappear like smoke on misty hills
you lead me thru dream forest on horseback
large gypsy mother, I lean my head on your back
I am you
and I must become you
I have been you and I must become you
I am always you
I must become you
ay-a
ay-a ah
ay-a
ay-a ah ah
maya ma maya ma
om star mother ma om
maya ma ah
jueves, febrero 22, 2007
diane di prima. ave
oh hermanas perdidas de la luna
cabello en creciente, mar bajo los pies vagan
con velo azul, con hoja verde, con chal andrajoso vagan
por la avenida a, por la calle de bleecker vagan
por la calle rampart, por la calle fillmore
con corona de flores, con aliento enjoyado vagan
huellas
brillante madreperla
detrás de ti
ojos de piedra lunar
donde la luna crece
con guantes, con sombrero, en harapos, en pieles, en abalorios
bajo la luna menguante, pelo chorreando en la lluvia negra
gimiendo junto a perros extraviados, silbando en los portales
son sombras que caen sobre los cruces del camino,
las carreteras
cortando el tránsito vagan
escupiendo vagan
mascullando y gritando vagan
envejecidas y hablándose a sí mismas vagan
con ojos errante vagan
calientes por un amor fugaz vagan
llorando sus muertes
caminan desnudas
caminan envueltas en largas vestiduras
caminan amortajadas
caminan retrocediendo
hambrientas
hambrientas
hambrientas
las escucho chillando
las escucho cantando
las escucho maldiciendo
las escucho rezando
se acuestan con el unicornio
se acuestan con la cobra
se acuestan con el pasto seco
se acuestan con el yeti
chasquean los largos penes de los sátiros con sus lenguas
están armadas
conducen carros de guerra
se alzan como torres
son pequeñas
se agazapan en los flancos de las colinas
fuera de los vientos
preñadas vagan
descalzas vagan
apaleadas por borrachos vagan
matan en mesas de acero
nacen en lechos negros
el feto que arrancaron se endurece en la nieve
se levanta como la luna nueva
gimen en sus sueños
escarbando ñames vagan
buscando droga vagan
jugando con pájaros vagan
picando piedras vagan
camino la larga noche buscándote
trepo la cresta del mar buscándote
me acuesto sobre la llanura, golpeo las puertas de piedra
invocando tus nombres
eres coral
eres lapislázuli y turquesa
tu cerebro se retrae como concha
danzas sobre las colinas
giras mujer de ardua sustancia
bailas en los subterráneos
te despatarras en los conventillos
los niños lamen tus pezones
eres las colinas, forma y color de la meseta
la carpa, la tienda de cueros, la choza navaja
los mantos de búfalo, la colcha, el tejido de afganistán
eres el caldero y la estrella nocturna
te levantas sobre el mar, y cabalgas lo oscuro
me muevo en ti, ilumino el fuego nocturno
hundo mi mano en ti y como tu carne
eres mi imagen en el espejo y mi hermana
desapareces como humo sobre las colinas brumosas
me guías a caballo por bosques de sueño
larga madre gitana, apoyo mi cabeza sobre tu espalda
yo soy tú
y debo convertirme en tí
yo he sido túy debo convertirme en tí
yo soy siempre tú
yo debo convertirme en tí
ay-a
ay-a ah
ay-a
ay-a ah ah
maya mayama mayama
om estrella madre ma om
maya ma ah.
domingo, febrero 18, 2007
ya va a venir el día
los desgraciados
ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho. ya va a venir el día, ponte el saco.
ya va a venir el día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente. necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndate, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
ya va a venir el día, ponte el alma. ya va a venir el día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo...
¿tiemblas? es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
roncan aún... ¡qué universo se lleva este ronquido!
¡cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡con cuántos dioses ¡ay! estás tan solo!
ya va a venir el día, ponte el sueño. ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
ya va a venir el día, ponte el cuerpo. ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
ya va a venir el día, ponte el sol. ya viene el día; dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa v y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo...
viernes, febrero 16, 2007
una visión particular del mundo
jueves, febrero 15, 2007
miércoles, febrero 14, 2007
funny valentine
sweet comic valentine
you make me smile with my heart
your looks are laughable
unphotographable
yet you're my favourite work of art.
is your mouth a little weak
when you open it to speak
are you smart?
not if you care for me
stay little valentine stay
each day is valentines' day.
lunes, febrero 12, 2007
andi nachón. entre ríos
¿a qué se vuelve cuando se vuelve? ¿olor
de los duraznos o la mesa
con amigos esperando tu salida
a las ocho del trabajo ¿a qué? cuando vientos
soplan atardeceres tibios y ésta
resulta una calle reconocida: cruce
para autos donde el taxi
aminora en el saber de la pick up
cruzando sobre el amarillo
ya rojo. a qué
mientras hacia entre ríos
bajás estados unidos perpendicular al retorno
a casa de la marcha: cada cara
una idea de país
enmarcada en la ventana
del micro escolar. idea de días
marcados en la rítmica
del hoy posible. espacio para parrillas
comunión y renuncias para señalar la vuelta
su auténtica
revuelta: mi cuerpo
cada cara reclama, derecho
¿a qué? banderín
bombo y paso
de la gente que regresa
de un sí a algo, claramente
no a ésta
desposesión de sí: mi cuerpo mi derecho
ciertas
jornadas felices y regresos
en la lasitud del trabajo
ya hecho. yo y mi perro
nietos
del anarquista que tuvo
su hijo peronista —ante el tribunal militar
mi padre dijo «no» y perdió
apenas sostenido por su idea
de país de días
signados por una
gracia cierta y sus muchas
formas de tristeza—. vuelve
esta gente que vuelve frente a vos
una flacucha ilustrada y vacaciones
para esa chica que también
cree en determinadas
formas de política o lo mismo
para vos sería
opciones del amor. mirás y te miran sobre igual
extrañeza igual
clara pertenencia: mi cuerpo
éste
mi único derecho. «se vuelve»
escribiste al amigo y mentiste varias
razones más allá de duraznos, olores
de puestos en invierno contra el cielo
recortado en paraísos, en micros
que traen a la plaza gente y dicen: hay cierta
idea de país, de días
a los que volver. a quiénes
entregar éste
mi cuerpo que me pertenece. ¿a dónde
vuelve quien vuelve? sobre las miradas del hambre
del afuera
más allá de un afuera
siquiera pensable. ¿a qué? que no sea una quimera
donde incluso ésta
nieta anarquista vea
en cada cara un sí, el no al afuera
a la clara
no posesión de mí. mis días
toda una materia, mínima
historia a contarte cuando veo mi cuerpo
el corto
tiempo al propio sueño: una
idea de qué. nada
sabe de olor a duraznos, regresos y el
por qué
se vuelve cuando una vuelve a esto
tan nada —la mano
de la señora con bolsa, el gesto
en la cajera del día cuando espera
frente a la máquina
la cuenta aparezca. a dónde
que no sea el propio cuerpo de una, relato
en palabras conocidas como
vos
que tomaste nesquik, respondiste un sábado
al chico y su auto: «yo
vuelvo a casa, tengo
un cactus que regar». entre ríos
la marcha anda y en el medio
esa mujer con perro, su idea de días,
políticas
del sí a las tardes, sus siestas
de paraísos emergiendo un cielo
abierto a nosotros y a qué. sólo regresos: vetas
firmes en la madera de una mesa, corrientes
anuncia en julio
ese verano sorpresa. se vuelve
igual a ellos que regresan: miradas bajas, ideas
más cerca del sueño la comarca ésta
llamada país. retorno
aunque mentiste al amigo
razones ciertas. se vuelve
entre corrientes con furia y a la vez
en éste
no saber adonde ir. o sí. el río
de la marcha hacia adelante, columna
sea redoble y festejo
para desposeídos de qué
más allá de sí. más allá de la historia
su propio relato el tuyo
a las puertas del eki la noche o
contra el altísimo
portero eléctrico esa
ancianita de negro: un plato
de pasta en la mano y servilleta
haciendo de techo. «la nona»
dice y se estira en medio de la marcha, su propia
vida cruzada: entre ríos
avanzamos hacia algo
—apenas sueño de días para mí
y para vos también
nuestro cuerpo—. no mentirías
a tu amigo al decir: «para abrir se vuelve
la historia hacia una y hacia uno que es más
que este cuerpo y el tuyo, la marcha toda
pidiendo un tiempo
al propio sueño y olor
de duraznos en pleno invierno y no
me fui para volver aunque fuera
volver la auténtica partida».
jueves, febrero 08, 2007
regresar con el silencio
la gruta de las palabras
no entra impunemente el joven con su luz en la gruta de las palabras.
audaz presiente apenas dónde se encuentra.
joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
sabio antes de tiempo se escapa sin haber entrado
y alega como excusa la inmadurez de su época.
la gruta de las palabras!
sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
pierde delirando en ella las alas
y con ellas la manera de someterlas de nuevo a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.
la gruta de las palabras!
sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
para encontrar, ya viejo, a un niño que llora,
abandonado por el mundo en su umbral.
miércoles, febrero 07, 2007
pobre memoria mía
hechos memorables
acuérdate de tu padre y de tu madre, y de tu primera mentira cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria.
acuérdate de tu primer insulto a los que te engendraron: la semilla del orgullo quedó sembrada, resplandeció la fisura quebrando la unidad de la noche.
acuérdate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te arañaba el vientre, y volvía sin cesar para picotearte como un buitre; acuérdate también de las mañanas de sol en el cuarto.
acuérdate de la noche de liberación en la que, al caer tu cuerpo suelto como un velamen, respiraste un poco del aire incorruptible; acuérdate también de los animales pegajosos que te han vuelto a aprisionar.
acuérdate de las magias, de los venenos y de los sueños tenaces –querías ver, te tapabas ambos ojos para ver, pero no sabías abrir el otro.
acuérdate de tus cómplices y de los fraudes en común y de ese gran deseo de salir de la jaula.
acuérdate del día en que desgarraste la tela y te apresaron vivo, inmovilizado ahí mismo en la batahola de bataholas de las ruedas que giran sin girar, contigo adentro, cogido siempre por el mismo instante inmóvil, repetido, repetido, y el tiempo no daba sino una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables, el tiempo se cerraba al revés ( y los ojos de carne sólo veían un sueño, sólo existía el silencio devorador, las palabras eran pieles secas, y el ruido, el sí, el ruido, el no, el alarido visible y negro de la máquina te negaba), el grito silencioso "yo soy" que el hueso oye, por el cual muere la piedra, por el cual cree morir lo que nunca fue. y tú no renacías a cada instante sino para ser negado por el gran círculo sin límites, todo pureza, todo centro, todo pureza salvo tú mismo.
y acuérdate de los días que siguieron, cuando marchabas como un cadáver hechizado, con la certidumbre de ser devorado por el infinito, de ser aniquilado por la existencia única de lo Absurdo.
y acuérdate sobre todo del día en que querías arrojarlo todo, de cualquier modo. pero un guardián vigilaba en tu noche, vigilaba mientras dormías, te hizo tocar tu propia carne, te hizo recordar a los tuyos, te hizo recoger tus andrajos.
acuérdate de tu guardián.
acuérdate del hermoso espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos construido en un sótano. y acuérdate del hombre que vino y lo rompió todo, te tomó con su tosca mano, te arrancó de tus sueños y te obligó a sentarte sobre las espinas del pleno día. y acuérdate de que no sabes recordar.
acuérdate de que todo se paga, acuérdate de tu felicidad, pero cuando te trituraron el corazón, era ya demasiado tarde para pagar por adelantado.
acuérdate del amigo que te tendía su razón para recoger tus lágrimas brotadas de la fuente helada que violaba el sol de primavera.
acuérdate de que el amor triunfó cuando ella y tú supisteis someteros a su fuego ansioso, rogando morir en la misma llama.
pero acuérdate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazón de carne no hay nadie, de que el sol no pertenece a nadie, ruborízate al contemplar el cenagal de tu corazón.
acuérdate de las mañanas en que la gracia era como una vara amenazadora que te conducía, sumiso, a través de tus jornadas, ¡bienaventurado el ganado bajo el yugo!
y acuérdate de que entre sus dedos entumecidos tu pobre memoria dejó escapar el pez de oro.
acuérdate de los que te dicen: acuérdate. acuérdate de la voz que te decía: no caigas. y acuérdate del placer equívoco de la caída.
acuérdate, pobre memoria mía, de las dos caras de la medalla. y de su metal único.
(de poesía negra, poesía blanca)
martes, febrero 06, 2007
alejandra pizarnik. solamente las noches
he querido sacrificar mis días y mis semanas
he implorado tanto
coger y morir no tienen adjetivos.
jueves, febrero 01, 2007
fueguitos
el mundo
«un hombre del pueblo de neguá, en la costa de colombia, pudo subir al cielo. a la vuelta, contó. dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. y dijo que somos un mar de fueguitos.—el mundo es eso —reveló—. un montón de gente, un mar de fueguitos. cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. no hay dos fuegos iguales. hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros, arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende».