Correr
de la noche
Tanto frío
que ni la luna puede
digerirlo
ni el muelle en su
maloliente oscuridad. Tú
equilibras tu
respiración como un tazón de hielo
seco. Todo es un error,
este cuerpo,
este trabajo, este
amor. En algún lugar adentro
allí donde el corazón
gira violentamente en su cuerda
hay un animal
acechando. Escarba
a la noche, tal vez con
un pico o un colmillo,
no es ni bueno ni malo,
solo está inquieto.
Tanta lluvia
que ni la colina más
profunda puede filtrarla
ni el río con sus branquias abiertas. Tú
llevas tu corazón como
un plato lleno de sangre.
Todo es una gran
bendición, este cuerpo,
este trabajo, este
amor. En algún lugar adentro
allí donde los pulmones
expanden sus intrincadas alas
hay un animal
acechando. Se retuerce
a la noche y muestra su vientre o sus tiernas
escamas,
no es ni bueno ni malo,
solo está inquieto.
Tiffany Atkinson, Berlín, 1972
de Tiffany Atkinson, La Rabdomante, traducción de Inés Garland y Silvia Camerotto, Cooperativa La Joplin, México, 2015
versión © Silvia Camerotto
Nightrunning
So much cold
even the moon can’t swallow
it
or the harbour in its fishy
dark. You
balance your breath like a
bowl of dry
ice. It’s all a mistake,
this body,
this job, this love.
Somewhere inside
where the heart spins hard
on its string
is an animal watching. It
scratches
at night, perhaps with a
beak or a tusk,
is neither kind nor unkind,
just restless.
So much rain
even the deepest hill can’t
filter it
or the river with its open
gills. You
carry your heart like a full
dish of blood.
It’s all such a blessing,
this body,
this job, this love.
Somewhere inside
where the lungs stretch
their intricate wings
is an animal watching. It
wriggles
at night and shows its belly
or its tender scales,
is neither kind nor unkind,
just restless.
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