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¿Qué tengo yo, que mi
amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas
duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
1614
Lope de Vega, Madrid, 1562-1635
de Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, Editorial Castalia, Madrid, 2005,
imagen s/d
de Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, Editorial Castalia, Madrid, 2005,
imagen s/d
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