De harinas y de aromas
(Para esa mujer, mi madre)
-Cuando mi madre habla de zapallos,
de mazapán, de ollas, de manzanas,
todo se enciende en sus ojitos grises.
Por eso a veces,
le pido que me diga
cómo debo elegir las berenjenas.
de mazapán, de ollas, de manzanas,
todo se enciende en sus ojitos grises.
Por eso a veces,
le pido que me diga
cómo debo elegir las berenjenas.
“¿Las más sabrosas?”, pregunta, agradecida,
“¡Las de cáscara negra, las pequeñas!”
“¡Las de cáscara negra, las pequeñas!”
Ella habla largo
de harinas y de aromas.
(inagotable mujer entre fulgores)
Y luego vuelvo a preguntarle todo,
acerca del perejil, del pan
o de la albahaca.
de harinas y de aromas.
(inagotable mujer entre fulgores)
Y luego vuelvo a preguntarle todo,
acerca del perejil, del pan
o de la albahaca.
Lo hago, en verdad, de puro gusto,
para encenderla toda, para que arda.
para encenderla toda, para que arda.
Porque me gusta ver
cómo se enciende,
por el gusto, nomás, de que me cuente.
cómo se enciende,
por el gusto, nomás, de que me cuente.
Silvia Arazi, Buenos Aires, 1957
en Claudine y la casa de piedra, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2015
imagen s/d
2 comentarios:
Este poema de Silvia Arazi es maravilloso, maravilloso.
Susana Tosso
Gracias!
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