La sangre del espejo
Nos despertó un zumbido
Habías soñado con pelusas enganchadas a las patas de un sofá,
yo, en cambio, con abejas pegadas a
los vidrios
deseando abrirse paso hasta mi cuello
La furia nos acompañó toda la siesta
Tarde cenamos
apartando del pescado las espinas
de nuestro diálogo
Qué poco se requiere para extinguir
las brasas de una cena
un cuchillo presiona la planta de los pies
un trapo seca la sangre de un espejo
Dormimos abrazados a un panal
evitando movernos
despertar al enjambre.
Habías soñado con pelusas enganchadas a las patas de un sofá,
yo, en cambio, con abejas pegadas a
los vidrios
deseando abrirse paso hasta mi cuello
La furia nos acompañó toda la siesta
Tarde cenamos
apartando del pescado las espinas
de nuestro diálogo
Qué poco se requiere para extinguir
las brasas de una cena
un cuchillo presiona la planta de los pies
un trapo seca la sangre de un espejo
Dormimos abrazados a un panal
evitando movernos
despertar al enjambre.
Laura García del Castaño, Córdoba, 1979
imagen de Sara Pedigo en Sara Pedigo
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