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yo
era chico y ya había demasiado
que recordar /
qué clase de educación es esta
que tuve que
aprender tantas líneas de memoria
y ni siquiera
las entendía / lo que nunca hice parece
más real que lo
que pasó de verdad / como guardián
de la memoria /
de secretos perdidos / o no
siempre fui
enemigo de secretos / reducido
a ser testigo de
mí mismo
a frases
oraciones versos
tantas líneas
y cuando por fin
las entendía / me daba cuenta
de que ni
siquiera eran la verdad
***
To my purpose nothing
(Shakespeare,
Soneto XX)
Esa cosa que no
es cosa
para tu
propósito
que no es nada
para tus intenciones
Esa cosa o
cosita / mucho o nada
mucho ruido y
pocas nueces
para tus
mórbidas causas o razones
Esa cosa / mucha
cosa y poco nada
bella añadidura
de la naturaleza
la quiero para
mí / la quiero mía
***
el
tiempo no es éxtasis
¿quién se mandó
esa mentira? ¿quién estaba
tan loco o
absurdo o borracho como para
afirmar tamaña
esperanza? la vida es una herida absurda
dice el tango yo
entonces tengo que añadir
que cuando
ciertas palabras empiezan a cobrar sentido
es que uno está
empezando a darse cuenta
quién estaría
tan ebrio tan enceguecido
para creerlo /
tan imbécil para perder el borde
de la nostalgia
hay que prestar
mucha atención / no hay más remedio
no hay cura / se
grita desde siempre y desde
siempre se
responde uno tiene que estar hechizado
o en curda para
no escuchar esa advertencia
o no dar ni un
centavo por su vida
Fabián O. Iriarte,
Laprida, 1963. Reside en Mar del Plata desde 1979
imagen de Paolo Troilo©, Carnevale, en Uno de los nuestros