sábado, febrero 28, 2015

blanca varela. a lo mejor tú mismo el tren que pita



***
A lo mejor eres tú mismo el tren que pita y se mete bajo...

A lo mejor eres tú mismo el tren que pita y se mete bajo
       tierra rumbo al infierno o la estrella de chatarra que te
       lleva frente a otro muro lleno de espejos y de gestos,
       endiablados gestos sin dueño y tú tras ellos, solo, feliz
       propietario de una boca escarlata que muge.
Pega el oído a la tierra que insiste en levantarse y respirar.
Acaríciala como si fuera carne, piel humana capaz de
       conmoverte, capaz de rechazarte.
Acepta la espera que no siempre hay lugar en el caos.
Acepta la puerta cerrada, el muro cada vez más alto, el
       saltito, la imagen que te saca la lengua.
No te trepes sobre los hombros de los fantasmas que es
       ridículo caerse de trasero with music in your soul.


***
Curriculum vitae

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.


Blanca Varela, Lima, 1926-2009
 Antología de la poesía peruana, Fuego Abierto, Selección y prólogo: Carmen Ollé, Editorial Lom, Santiago, 2008
imagen: Blanca Varela s/d

 




viernes, febrero 27, 2015

javier adúriz. nomás la noche




Nomás la noche

Nomás la noche, nomás la noche... y sí,
nomás la noche como un bordón de voces repicando
aquí y allá, con esa ronquera tan agria:
"¡Hay que traer ganado hay que traer
aunque se pierda el alma!", así gritaban, ¿entiende?

Y bien, y qué... porque estamos idos, ¿no?
Qué ironía: cuando fue mi viejo el que dijera:
"Vealó, vealó que el nubarrón se abre"... Y entonces
ese salir deseando un cielo para después del diluvio
y recién ahora reconocer el daño... no hay derecho.

Y más tarde, eso que le contaba, los perros
como lobos con las fauces abiertas, y mi potro
embretado entre cercos, en medio de las tipas
y las tunas, en puros zanjones de osamenta.
Pucha si lo estoy viendo, chapaleando sangre.

No le digo. No hay caso con este suelo. Qué difícil
para un animal buscar destino. Se quiere una cosa
y muy otra sale... "¡Que es pintor, que es pintor!"
vociferaba un taita como si fuera una sombra. Y más luego:
"¡Metele arte, gordo, que ahí está tu fortuna!"

No, si para estas congojas yo parezco mandado.
Y "¡Vamos, negro!", insistía. Y a otro: "¡Cincha, Machaco,
cinchale de una vez por encima del hombro
que parece hombre, pero lleva un demonio
en la cara!" (Por mi barba lo gritaba, ¿sabe?)

Y la mandíbula crujiendo de abajo arriba,
y ese revoleo de golpes, como una rima de brutos,
cantando: "¡Música, música firme, guitarra...
hay que templar la cuerda hasta hacerle la obra!"
Y uno queriendo una compasión que no había.

Así es la noche, amigo. Cada estrella un puño
vibrando su soledad más central. No, si lo había soñado,
que la barbarie no tiene redención en la brutalidad.
Si es como una violencia sorda, omnipresente.
Qué país el nuestro, vecino, una poesía violenta era...

                                                                   para Guido L. Croxatto


Javier Adúriz, Buenos Aires, 1948-2011
de La verdad se mueve
 en Javier Adúriz, Poesía Completa, Ediciones del Dock, Pez Náufrago, Buenos Aires, 2014
imagen de Night Wanderers, en Night Wanderers-Fubiz Net

jueves, febrero 26, 2015

celia clara fischer. qué creen que digo



***

Qué creen que digo
los que piensan que todavía ensueño
y no saben que sólo me estoy hablando
a lo sumo converso
con los que llevo adentro
del lado del nublado
gentes de cuerpo enteco
como don Pastor Jaime
tan de piedra estremecida
su alma
tiento de catre recordatorio
de la mujer abrazada
hasta el después saciado en quebranto

qué creen que este hombre dice
de espaldas al río que aquí
no es de agua
sino oscuro aluvión de cerros

qué espantos pasan por sus ojos
agachados
para que no los toque la memoria
y la herida del mundo se descargue
mientras sigue don Pastor cantando
su pena limpia
en este carnaval de pueblo
lloviznado de un lento morirse lento.

Celia Clara Fischer, Buenos Aires, 1943
Inédito

imagen de Wassili  Kandinsky, Improvisación N° 19, en Life Art Group

miércoles, febrero 25, 2015

mercedes araujo. madre e hijas



Madre e hijas


Otoño se imagina niebla en el jardín de suculentas
diluvio tropical un cielo seco y frío se sueña
y madre exalta ese pequeño y delicado asunto
de tejer enlazar a veces recto y otras curvo
mientras dice qué barato es tejer
qué barato es hablar de un viento.

Nacidas y criadas en las pausas del desierto
evitamos llorar -ni por todos los muertos-
será que no aprendimos
palabras que dicen penas.

Quiero mi té de burro reclama una
y la otra qué delicia, voy llevar dos gajos
hinojo, palomilla y ruda para la angustia
y hasta esa ira en la violeta africana
encuentra cura.

Un ramito en el corpiño de hierba santa
una agüita tibia mentolada trae sosiego
toda herida que se olvida al fin te salva
y eso las cuatro lo sabemos.

Es cierto, hay plantas sabias pero hay otras
que no te dejan mentir aunque quisieras
y te deforman el pie y el alma
si para no llorar te estás riendo.

Mercedes Araujo, Mendoza, 1972. Vive en Buenos Aires
imagen de Katie M. Berggren en Archival Print

martes, febrero 24, 2015

federico garcía lorca. poema de la soleá




Poema de la soleá
a Jorge Zalamea
Tierra seca
Tierra seca,
tierra quieta
de noches
inmensas.
(Viento en el olivar,
viento en la sierra).
Tierra
vieja
del candil
y la pena.
Tierra
de las hondas cisternas.
Tierra
de la muerte sin ojos
y las flechas.
(Viento por los caminos.
Brisa en las alamedas).


Federico García Lorca,  Fuente Vaqueros, 1898- Alfacar, 1936
imagen de Mike Rayner 'The Age', en Alerta tierra



lunes, febrero 23, 2015

irene gruss. cotidiano

Cotidiano

De a poco, de a poco ordeno y
cumplo tareas mínimas;
tan de a poco voy y tanto me enorgullezco
que miro el escobillón y es un ente notable,
sublime junto a mí arrastrando basura,
el uno junto al otro esforzándose
tanto, y dejarlo a un lado o tras la puerta
es un acto tan cruel
como el haber barrido todo y descansar.

Irene Gruss, Buenos Aires, 1950
Inédito
imagen de Justin Webb, en Saatchi Art 

domingo, febrero 22, 2015

mirta rosenberg. un temblor



Un temblor

Un temblor
que la escala de Richter
no registra: no fui
al  funeral de mi hermano,
nunca volveré a hacerlo.
Seguro recordaba
tanto a su madre
como un caballo de ocho años,
dice Shakespeare de alguien,
creo que en Coriolano.
Si no, tal vez
no hubiera hecho mutis
dejándome hija única tardíamente
aquí sentada y con Mamá
por todos lados.



Mirta Rosenberg, Rosario, Santa Fe, 1951
de El paisaje interior, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2012
imagen en Becuo, Royalty Free

sábado, febrero 21, 2015

silvina ocampo. única sabiduría



Única sabiduría

Lo único que sabemos
es lo que nos sorprende:
que todo pasa, como
si no hubiera pasado.


Silvina Ocampo, Buenos Aires, 1903-1993
imagen de Pamela Hardman en Open Studios 2014

viernes, febrero 20, 2015

fernando pessoa. no tengas nada en las manos



No tengas nada en las manos

No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,
que -cuando un día tus manos
pongan el óbolo último,
cuando las manos te abran-,
nada se te caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
que Átropos no te lo quite?
¿Qué laurel que no se mustie
en los arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te conviertan
en la estatua de sombra?
¿Que serás cuando, de noche,
estés al fin del camino?
Coge las flores, mas déjalas luego
caer, apenas miradas.
Al sol siéntate. Y abdica
para ser el rey de ti mismo.


* Ricardo Reis

Fernando Pessoa, Lisboa, 1888- 1935
versión de Ángel Crespo
imagen de Trine Meyer Vogsland en Daily Painters.Com

Não tenhas nada nas mãos

Não tenhas nada nas mãos
Nem uma memória na alma,
Que quando te puserem
Nas mãos o óbolo último,
Ao abrirem-te as mãos
Nada te cairá.
Que trono te querem dar
Que Átropos to não tire?
Que louros que não fanem
Nos arbítrios de Minos?
Que horas que te não tornem
Da estatura da sombra
Que serás quando fores
Na noite e ao fim da estrada.
Colhe as flores mas larga-as,
Das mãos mal as olhaste.
Senta-te ao sol. Abdica
E sê rei de ti próprio.


jueves, febrero 19, 2015

alfonsina storni. a eros



A Eros

He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.
Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.
Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.
Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.

Alfonsina Storni, Sala Capriasca 1892- Mar del Plata 1938.
De
 Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1999
imagen de Zilia Sánchez en Museo de Arte de Puerto Rico

miércoles, febrero 18, 2015

philip levine. todo



Todo

Últimamente el viento quema
las hojas finales y la noche
llega demasiado tarde para servir
para algo, últimamente he aprendido
que el año da la cara
al invierno
y nada de lo que diga o haga
puede cambiar algo.
Entonces duermo hasta tarde y me despierto
mucho después de que el sol haya salido
en una casa vacía y camino
por pasillos polvorientos o me siento
y escucho al viento
crujir en los aleros y las vigas
de esta vieja casa. Y digo
mañana será diferente
pero sé que no.
Sé que los días se acortan
y cuando el sol se acumula
en mis pies puedo alcanzar
ese círculo mágico
sin quemarme. Entonces
agarro las pocas cosas
que importan, mi libro,
mis lentes, el anillo de mi padre,
mi cepillo, y los aparto
en un bolso marrón y espero-
alguien viene a buscarme.
Una voz que jamás he oído
dirá  mi nombre
o una cara apoyada contra la ventana
como se apoyó una vez mía
cuando el mundo me daba la mano.
Tenía que ver qué es
lo que amaba tanto. No hubo
tiempo para mostrarme
cómo una hoja se libera a sí misma
del agua o cómo la misma agua llora
sí misma a dormir por
cada sed humana. Ahora
debo esperar y quedarme quieto
y no decir nada que no sepa,
nada que no haya vivido
una y otra vez,
y eso es todo.

Philip Levine, Detroit, 1928- Fresno, 2015
versión ©Silvia Camerotto
imagen de Mathew Hamblen en Mattsart Fine Art Painting


Everything

Lately the wind burns
the last leaves and evening
comes too late to be
of use, lately I learned

that the year has turned
its face to winter
and nothing I say or do
can change anything.

So I sleep late and waken
long after the sun has risen
in an empty house and walk
the dusty halls or sit
and listen to the wind
creak in the eaves and struts
of this old house. I say
tomorrow will be different

but I know it won't.
I know the days are shortening
and when the sun pools
at my feet I can reach
into that magic circle

and not be burned. So
I take the few things
that matter, my book,
my glasses, my father's ring,
my brush, and put them aside
in a brown sack and wait -
someone is coming for me.

A voice I've never heard
will speak my name

or a face press to the window
as mine once pressed
when the world held me out.
I had to see what it was
it loved so much. Nothing
had time to show me

how a leaf spun itself
from water or water cried
itself to sleep for
every human thirst. Now
I must wait and be still
and say nothing I don't know,
nothing I haven't lived
over and over,
and that's everything. 



martes, febrero 17, 2015

susana thénon. ella




Ella

De madrugada
(ella  se tocó las manos)
De madrugada, apenas.
Ella recuerda que nada importa
aunque su sombra siga corriendo
alrededor de la noche.
Algo se detuvo en algún momento,
algo marchaba débilmente
y se detuvo en algún momento.
Ella tembló como un sonido
congelado entre los labios de un muerto.
Ella se deshizo como un recuerdo
convocado hasta la saciedad.
Ella se inclinó sobre su respiración
y comprendió que aun vivía.
Se tocó la libertad
y la dejó escurrirse como una pequeña noche.
Se anudó la angustia alrededor del cuello
y recordó su color extraviado.
Ella mordió a ciegas en la oscuridad
y escuchó gritar al silencio.
Y aprendió a reírse
del olor a tiempo que despedía su sangre.
De noche
(ella se cortó las manos).
De noche, apenas.
Ella recoge su pequeño crepúsculo.
Ella sueña en la erección de la rosa.

de Habitante de la nada, 1959


Susana Thénon, Buenos Aires, 1935-1991
en La morada imposible, Susana Thénon, Tomos I y  II, edición a cargo de A. M. Barrenechea y M. Negroni, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2004
imagen de Annick Bouvattier en Annick Bouvattier 


miércoles, febrero 11, 2015

juano villafañe. blues para la bailarina



Blues para la bailarina

Parafraseando un verso de Juan Gelman
Y quién te hará de música
quién moverá tus piernas por última vez.

Corregida, aumentada por esa penumbra que se fija
ella correrá la vida sobre la última habitación
retirará el espejo, el vidrio odeónico
la fotografía de color sobre los ocres
y los arcos de luz de una lámpara normal
con todos los felinos que regresan del parque.

Corregida, sobre su propio cuerpo
reposará entonces lo que queda del mundo
en el sito que queda que también es normal
con un ángel caído y un perfume de entonces,
y aumentará su texto
escribirá aquello que se le deja al otro:
"la belleza es terrible después de tanto tiempo"
y que mejor hubiera espantar los felinos
girar en un sobre la estampa con el patio
apretarse de nuevo como una señorita
"que yo te amé y todo se me abunda"
que hubiera así como suave del polvo
caer en el fin
jadeo de lo oscuro
chorreo de óleos en los labios de la última música.

de Una leona entra en el mar, 2000

Juano Villafañe, Quito, Ecuador, 1952
imagen de Ana See Linocut

martes, febrero 10, 2015

maya angelou. pedantería



Pedantería

Dame tu mano

hazme lugar
para guiarte y seguirte
a ti
más allá de este exabrupto poético.

Deja a los otros
la intimidad de
las palabras que conmueven
y el amor a la pérdida
del amor.

A mí
dame tu mano.

Maya Angelou, St. Louis, Missouri, 1828- Winston-Salem, 2014
versión ©Silvia Camerotto
imagen de Keilabee en keilabeegoes

A Conceit


Give me your hand

Make room for me
to lead and follow
you
beyond this rage of poetry.

Let others have
the privacy of
touching words
and love of loss
of love.

For me
Give me your hand. 

lunes, febrero 09, 2015

paul celan. un día y otro más



Un día y otro más

Tú, con aire de Foehn. el silencio
nos acompañaba como una vida
segunda, nítida.

Gané, perdí, creímos
en prodigios sombríos, la rama,
escrita grande en el cielo, nos llevaba, crecía
hacia la órbita lunar, una mañana
subió hacia el ayer, recogimos
el candelabro, lloré
en tu mano.

13 de diciembre de 1957

Paul Celan, Chernivtsi, 1920- París, 1970 
en Tiempo del corazón. Correspondencia. Ingeborg Bachmann-Paul Celan, FCE, Buenos Aires, 2012
traducción de Griselda Mársico con la colaboración de Uwe Schoor
imagen en Gedankendach

domingo, febrero 08, 2015

elizabeth smart. una yapa



Una yapa

Ese día terminé
un insignificante artículo
para una revista desconocida
lo metí en el buzón

y  un júbilo radiante
se apoderó de mí
que por primera vez en mucho tiempo
me silbaron en la calle.

Estaba sucia y mal vestida
y tenía mis ojeras
y muy lejos del coqueteo
pero completamente realizada
por un hecho debidamente terminado
un acto de consumación
que la libertad y la fuerza que generaba
brilló y se desprendió
de mi viejo impermeable.

Debí parecer amor
o como unas fabulosas vacaciones gratuitas
para los hombres jóvenes que paseaban
por la calle Berwick.
Sigo pensando que esto es de lo más misterioso
porque mientras lo escribía
era dura se sentía como auto-abuso
constipación, desesperadamente antisocial.
Pero concluido concluido concluido
todo en el mundo
fluyó otra vez
como una yapa monumental.

Elizabeth Smart, Ottawa, 1913- London, 1986
de A Bonus, 1977
versión ©Silvia Camerotto
imagen del Diario de Elizabeth Smart en Library and Archives Canada


A Bonus


That day I finished
A small piece
For an obscure magazine
I popped it in the box

And such a starry elation
Came over me
That I got whistled at in the street
For the first time in a long time.

I was dirty and roughly dressed
And had circles under my eyes
And far far from flirtation

But so full of completion
Of a deed duly done
An act of consummation
That the freedom and force it engendered
Shone and spun
Out of my old raincoat.


It must have looked like love
Or a fabulous free holiday
To the young men sauntering
Down Berwick Street.
I still think this is most mysterious
For while I was writing it
It was gritty it felt like self-abuse
Constipation, desperately unsocial.
But done done done
Everything in the world
Flowed back
Like a huge bonus. 

sábado, febrero 07, 2015

claudia masin. la estela



La estela

Que no debía ser tan complejo, me decías. ¿Y por qué no?
¿Acaso no es complejo el sutil mecanismo
que pone en conexión al polen y la abeja, o las infinitas
transformaciones químicas que sufre un pequeñísimo
grano de arena hasta llegar a se parte, ya irreconocible,
del cuerpo del diamante? Es complejo encontrarnos 
y perdernos, los que andan por el fondo de la tierra
buscando el tesoro de una cueva inexplorada lo comprenden,
no es al heroísmo ni a la astucia sino al azar o al misterio
que se debe el descubrimiento: ese cruce fatal, inevitable
entre quien busca y lo buscado, ese momento de arrebato y mutua 
entrega. ¿Por qué debería ser fácil dar con aquello que esperábamos
ya de niños en el jardín del fondo de la casa,
sin saber que se trataba de una espera esa curiosidad honda
y atenta a cada ruido de la siesta, a una rama
que se agrieta en el calor, al paso de la sombra de un lagarto
en la humedad de las paredes? ¿Por qué hemos olvidado,
si lo que sí sabíamos entonces es que es difícil
cierta clase de belleza, dar con ella, no para atraparla,
sino para quedarnos a vivir en la estela que deja?


de La Plenitud, 2010

Claudia Masin, Resistencia, Chaco, 1972
imagen en Orit Gafni

viernes, febrero 06, 2015

tiffany atkinson. amor a los huesos



AMOR A LOS HUESOS


Para que sepas, si no lo sabes
si te entierran
antes que a mí, iré sola, pero

una vez que los niños góticos regresen a casa,
antes de que salgan los insomnes
a fumar entre las lápidas

y antes de que los corredores matinales
o las otras mujeres aparezcan.
Te buscaré con mi pala

de jardín y diversos utensilios de cocina,
y por ser de contextura robusta, abriré
tu cajón haciendo palanca —como

siempre lo hice, querido —rescatando un poco
de algo, como una mano —tu izquierda,
la que tiene el anillo y el temblor,

que debería soltarse con bastante dulzura a la altura
del pliegue de la articulación de la muñeca. Llevaré
su peso seco a mi regazo como si dormitaras

al lado de la radio. La calentaré a lo largo
de la línea de la vida hasta el ámbar oculto
de las uñas de los dedos. La apoyaré sobre su dorso

y acariciaré su palma. Apretaré las yemas
sobre mis párpados que arden y
ungiré su guante de piel hasta que brille


como madera vieja. La envolveré
en el pañuelo perfumado de mi madre,
para un milagro. Cuando el anillo se suelte

y caiga y brille otra vez, enhebraré
los veintisiete tiernos huesos para que tintineen
sobre la piel debajo de mi blusa. Después,

si no sé nada de ti, abriré
las ventanas, dejaré que entre la lluvia. Viajaré, tal vez,

aprenderé otro idioma. Seguiré adelante.

Tiffany Atkinson, Berlín, 1972
de Catula Et Al, Bloodaxe books, Northumberland, 2011
versión © Silvia Camerotto
imagen de David Palmer en David Palmer Studio


LOVE OF THE BONES

Just so you know, if you don’t,
should you be signed into the ground
ahead of me, I’ll come alone, but

once the Goth kids have gone home,
before the insomniacs come out
to smoke among the headstones

and before the morning joggers
or the other women come in state.
I’ll reach you with my rabbiting

spade and sundry kitchen tools,
and being of robust build, prise
your casing open — as didn’t I

always, love salvage a little
something, like a hand your left,
the one with the ring and the tremor,

which should disengage quite sweetly
at the distal wrist crease. I’ll take
its dry weight in my lap as if you dozed

beside the radio. I’ll warm it through
the life-line to the private ambers
of the fingernails. I’ll lay it on its back

and stroke its palm. I’ll press the finger-
pads against my smarting eyelids and
anoint its glove of skin until it gleams

right through like old wood. I’ll wrap it
in my mother’s scented handkerchief,
for miracles. When your ring falls clean

off and grows bright again, I’ll thread
all twenty-seven tender bones to jiggle
at the skin beneath my blouse. After

that, if I don’t hear from you, I’ll open
windows, let the rain in. Travel, maybe.
Learn a different language. Move on.

miércoles, febrero 04, 2015

john ashbery. alguien a quien has visto antes




Alguien a quien has visto antes

Era una noche para escuchar a Corelli, Geminiani
o Manfredini. Las mesas fueron tendidas con bellos manteles blancos
y buques de flores. Afuera de los ventanales
la lluvia horadaba sin piedad el jardín de roca, que le quitaba importancia
a todo el asunto. Tanto los negocios como la diversión esperaban
con labios entreabiertos, por tantos nuevos modos de estar
con la propia emoción y monitoreándola al mismo tiempo
era dicha en silencio. Incluso los mozos estaban felices.

Era el ejemplo de cuánto puede uno animarse
sin romper el caparazón de la intimidad que nos rodea,
y el resto también. "Pasamos tanto tiempo
tratando de convencernos de que somos felices que no reconocemos
lo verdadero cuando llega", dijo el empleado de Disney.
Debemos admitir que lo tiene claro. Si siguiéramos a la naturaleza
más de cerca nos daríamos cuenta de ello, quiero decir meter la cabeza
en el barro y su incertidumbre de ella. Entonces es como si
la felicidad nos quedara chica, y no al revés, como se cree
por lo general. Somos los personajes en su novela,
y cualquiera que dude solo necesita mirar por la ventana
más allá del reflejo de él o de ella, hacia la luminosa, copiada,
atemporal verdad no oficial merodeando por ahí,
esperando la señal para entrar en acción en un escenario público,
alegre o amenazante, da lo mismo, mientras sepamos que
está adentro, aquí con nosotros.

Pero la gente en la vida cambia,
así como en la ficción. ¿Y qué pasa? ¿Es porque pensamos que nadie
está escuchando que un día llega la urgencia de borrarse,
"Matate", como dicen? Como si esto pudiera importarle
incluso a los que se preocupan y se amontonan alrededor,
expresiones de liviandad y de paz en sus rostros,
en los que no tienes ningún rol quizás, pero aun así
su felicidad es para ti, es tu cumpleaños, e incluso
cuando los globos y la falsedad se mezclan con los buenos
deseos superfluos de todos lados, son, creo, para ordenar
tu actitud inquisidora y la impresión
que queda en el interior de tu placer por algún bivalvo
con quien te sientes identificado. Por supuesto,
nada es lo suficientemente perfecto, pero esto es parte de cómo encaja
en la variada bolsa
de los restos del personaje que solía ser parte de ti
antes de que el cambio ocurriera
y de todos esos conocidos emergiendo con vigor y
humor, como si quisieran convocarte
hacia la intimidad, no por ser íntimo, o acogedor, o lo que fuere,
sino porque creen que fuiste hecho para esta única
y valiosa situación cuya tapa se abre, por completo
hacia la gloria matinal del colorido futuro. Recuerda, no tires
el cuadrante de situaciones no habituales solo porque están ahí.
Pueden no estar siempre, y no has terminado de mirar a través
de ellas aun. Mucho de lo que pasa pasa de algún modo
que alguien iba a llegar para tabular, y nunca lo hizo,
y aun así todo denota frescura, claridad y un viaje uniforme
para persuadirnos de no dormir y nos lleva a preguntarnos qué nos dejarán
después la nueva tanda de impresiones y saludos  
esta vez. Y la forma, los preceptos, son tuyos para hacer lo que te place,
como el océano hace hierbas, y al hacerlo renueva un faro
en una colina distante, o si no deja que la imagen completa se escurra en la espuma.



John Ashbery, Rochester, 1927
de April Galleons (1987)
en Notes from the Air, Selected Later Poems, Harper Collins Publishers, New York, 2007
versión © Silvia Camerotto
imagen s/d

Someone you have seen before

It was a night for listening to Corelli, Geminiani
Or Manfredini. The tables had been set with beautiful white cloths
And bouquets of flowers. Outside the big glass windows
The rain drilled mercilessly into the rock garden, which made light
Of the whole thing. Both business and entertainment waited
With parted lips, because so much new way of being
With one's emotion and keeping track of it at the same time
Had been silently expressed. Even the waiters were happy.

It was an example of how much one can grow lustily
Without fracturing the shell of coziness that surrounds us,
And all things as well. “We spend so much time
Trying to convince ourselves we’re happy that we don’t recognize
The real thing when it comes along,” the Disney official said.
He's got a point, you must admit. If we followed nature
More closely we'd realize that, I mean really getting your face pressed
Into the muck and indecision of it. Then it’s as if
We grew out of our happiness, not the other way round, as is
Commonly supposed. We're the characters in its novel,
And anybody who doubts that need only look out of the window
Past his or her own reflection, to the bright, patterned,
Timeless unofficial truth hanging around out there,
Waiting for the signal to be galvanized into a crowd scene,
Joyful or threatening, it doesn't matter, so long as we know
It's inside, here with us.

But people do change in life,
As well as in fiction. And what happens then? Is it because we think nobody's
Listening that one day it comes, the urge to delete yourself,
"Take yourself out," as they say? As though this could matter
Even to the concerned ones who crowd around,
Expressions of lightness and peace on their faces,
In which you play no part perhaps, but even so
Their happiness is for you, it's your birthday, and even
When the balloons and fudge get tangled with extraneous
Good wishes from everywhere, it is, I believe, made to order
For your questioning stance and that impression
Left on the inside of your pleasure by some bivalve
With which you have been identified. Sure,
Nothing is ever perfect enough, but that's part of how it fits
The mixed bag
Of leftover character traits that used to be part of you
Before the change was performed
And of all those acquaintances bursting with vigor and
Humor, as though they wanted to call you down
Into closeness, not for being close, or snug, or whatever,
But because they believe you were made to fit this unique
And valuable situation whose lid is rising, totally
Into the morning-glory-colored future. Remember, don't throw away
The quadrant of unused situations just because they're here:
They may not always be, and you haven't finished looking
Through them all yet. So much that happens happens in small ways
That someone was going to get around to tabulate, and then never did,
Yet it all bespeaks freshness, clarity and an even motor drive
To coax us out of sleep and start us wondering what the new round
Of impressions and salutations is going to leave in its wake
This time. And the form, the precepts, are yours to dispose of as you will,
As the ocean makes grasses, and in doing so refurbishes a lighthouse
On a distant hill, or else lets the whole picture slip into foam.