A Eros
He aquí
que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.
Como a un
muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.
Sobre la
playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.
Iba
subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.
tu madrina de engaños, doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.
Alfonsina Storni, Sala Capriasca 1892- Mar del Plata 1938.
De Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1999
De Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1999
imagen de Zilia Sánchez en Museo de Arte de Puerto Rico
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