Nuestros
sueños de eunuco
I
Nuestros sueños de eunuco, sin frutos bajo la luz,
de luz y amor los humores del corazón,
golpean las extremidades de sus chicos,
y, amortajados en sus mantos y sábanas,
preparan a las novias oscuras, las viudas de la
noche
envueltas en sus brazos.
Las sombras de las chicas, todas acicaladas con sus sudarios,
cuando se va el sol son separadas del gusano,
los huesos de los hombres, los fracturados en sus
lechos,
arrancados de la tumba por poleas nocturnas.
II
En esta época nuestra, el gángster y su novia
dos fantasmas unidimensionales, se aman en el
celuloide,
extraños a nuestros ojos reales,
y dicen sus nadas nocturnas mientras se agrandan;
cuando las cámaras se apagan corren a su hoyo
en el jardín diurno.
Bailan entre sus luces y nuestra calavera,
imponiendo sus tomas, exhibiendo sus noches;
vemos el show de sombras que se besan o matan,
aderezados con celuloide mienten amor.
III
¿Cuál es el mundo? De nuestros dos sueños, ¿cuál
será el que despierte cuando el remedio y su escozor
ponga de pie esta tierra de ojos rojos?
Despachará las formas del día y su rigidez,
los alegres caballeros, los galeses ricachones,
o sacará a la luz a los equipados con la noche.
La foto está unida al ojo,
injerta en su novia la piel parcial de la verdad;
el sueño se tragó la fe del durmiente
esos hombres amortajados pueden regenerarse mientras
vuelan.
IV
Este es el mundo; la engañosa semejanza de
nuestros pedazos que se hacen jirones cuando nos
movemos
amando y siendo reticentes;
el sueño que saca a los enterrados de su bolsa
y honra sus despojos como a los vivos.
Este es el mundo. Ten fe.
Porque seremos cantores como el gallo,
llamando a nuestros muertos; nuestras tomas se
besarán
con la imagen de las placas;
y seremos camaradas dignos de por vida,
y el que permanezca florecerá mientras ellos se
aman,
sean alabados nuestros corazones peregrinos.
Dylan Thomas,
Swansea, 1914 – New York, 1953
Versión © Silvia Camerotto
Versión © Silvia Camerotto
De 18 poems,
1934
En The Collected Poems of Dylan Thomas, 1934-1952, New Directions Publishing, New York,
1971
imagen de Jean Lacomte de Nouy, The Dream of the Eunuch, 1874, en Art Renewal Center
Our eunuch dreams
I
Our eunuch dreams, all seedless in the light,
Of light and love the tempers of the heart,
Whack their boys' limbs,
And, winding-footed in their shawl and sheet,
Groom the dark brides, the widows of the night
Fold in their arms.
The shades of girls, all flavoured from their shrouds,
When sunlight goes are sundered from the worm,
The bones of men, the broken in their beds,
By midnight pulleys that unhouse the tomb.
II
In this our age the gunman and his moll
Two one-dimensional ghosts, love on a reel,
Strange to our solid eye,
And speak their midnight nothings as they swell;
When cameras shut they hurry to their hole
down in the yard of day.
They dance between their arclamps and our skull,
Impose their shots, showing the nights away;
We watch the show of shadows kiss or kill
Flavoured of celluloid give love the lie.
III
Which is the world? Of our two sleepings, which
Shall fall awake when cures and their itch
Raise up this red-eyed earth?
Pack off the shapes of daylight and their starch,
The sunny gentlemen, the Welshing rich,
Or drive the night-geared forth.
The photograph is married to the eye,
Grafts on its bride one-sided skins of truth;
The dream has sucked the sleeper of his faith
That shrouded men might marrow as they fly.
IV
This is the world; the lying likeness of
Our strips of stuff that tatter as we move
Loving and being loth;
The dream that kicks the buried from their sack
And lets their trash be honoured as the quick.
This is the world. Have faith.
For we shall be a shouter like the cock,
Blowing the old dead back; our shots shall smack
The image from the plates;
And we shall be fit fellows for a life,
And who remains shall flower as they love,
Praise to our faring hearts.
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