Amabilidad
Amabilidad anda por mi
casa.
Señora Amabilidad ¡tan
agradable es ella!
Las piedras azules y
rojas de sus anillos asoman
a las ventanas, los
espejos
se llenan de sonrisas.
¿Qué es más real que el
llanto de un niño?
El grito de un conejo
puede ser más salvaje
pero no tiene alma.
El azúcar cura cualquier
cosa, dice Amabilidad:
el azúcar es un fluido
necesario.
Sus cristales casi una
cataplasma.
¡Oh, amabilidad,
amabilidad
que dulcemente recoges
los pedazos!
Mis sedas japonesas,
mariposas desesperadas,
podría ser pinchada sin
aviso, anestesiada.
Y acá llegas, con una
taza de té
envuelta en vapor.
El chorro de sangre es
poesía,
no hay modo de pararlo.
Tú me entregas dos niños,
dos rosas.
Febrero 1963
Sylvia Plath, Boston, Massachusetts, 1932, Londres, 1963
en Sylvia Plath, Collected Poems, Ted
Hughes, Harper, 1981
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Chiara Fersini© en Uno de los nuestros
Kindness
Kindness glides about my
house.
Dame Kindness, she is so
nice!
The blue and red jewels of
her rings smoke
In the windows, the mirrors
Are filling with smiles.
What is so real as the cry
of a child?
A rabbit's cry may be
wilder
But it has no soul.
Sugar can cure everything,
so Kindness says.
Sugar is a necessary fluid,
Its crystals a little
poultice.
O kindness, kindness
Sweetly picking up pieces!
My Japanese silks,
desperate butterflies,
May be pinned any minute,
anesthetized.
And here you come, with a
cup of tea
Wreathed in steam.
The blood jet is poetry,
There is no stopping it.
You hand me two children,
two roses.
February 1963
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