La
figlia che piange
O
quam te memorem virgo
Párate en el descanso
más alto de la escalera—
Descansa en una
urna de jardín—
Teje, teje la
luz del sol en tu cabello—
Estrecha las
flores contra ti con dolorosa sorpresa—
Arrójalas al
suelo y voltéate
Con un
resentimiento fugaz en tu mirada:
Pero, teje, teje
la luz del sol en tu cabello.
Entonces hubiera hecho que él se fuera
Entonces la hubiera dejado a ella parada y llorando,
Entonces él se
habría ido
Como el alma
abandona el cuerpo desgarrado y herido,
Como la mente
abandona el cuerpo que ha usado.
Debo encontrar
Algún modo de incomparable luz y destreza,
Algún modo que
ambos comprendiéramos,
Sencillo e
incrédulo como una sonrisa y apretón de manos.
Ella se fue,
pero el clima otoñal
Avivó mi imaginación durante muchos días,
Muchos días y
muchas horas:
Su pelo sobre
sus brazos y sus brazos llenos de flores.
Y me digo ¡ellos
deberían permanecer juntos!
Yo debería haber
abandonado el gesto y la pose.
A veces, estas cavilaciones todavía sorprenden
La ardua
medianoche y el reposo del mediodía.
1916
T. S. Eliot, St. Louis, 1888 - Londres, 1965
Versión ©Silvia Camerotto
imagen de © Merry-Joseph Blondel, Venus curando a Eneas
1916
T. S. Eliot, St. Louis, 1888 - Londres, 1965
Versión ©Silvia Camerotto
imagen de © Merry-Joseph Blondel, Venus curando a Eneas
La Figlia che Piange
O
quam te memorem virgo
Stand
on the highest pavement of the stair—
Lean
on a garden urn—
Weave,
weave the sunlight in your hair—
Clasp
your flowers to you with a pained surprise—
Fling
them to the ground and turn
With
a fugitive resentment in your eyes:
But
weave, weave the sunlight in your hair.
So
I would have had him leave,
So
I would have had her stand and grieve,
So
he would have left
As
the soul leaves the body torn and bruised,
As
the mind deserts the body it has used.
I
should find
Some
way incomparably light and deft,
Some
way we both should understand,
Simple
and faithless as a smile and shake of the hand.
She
turned away, but with the autumn weather
Compelled
my imagination many days,
Many
days and many hours:
Her
hair over her arms and her arms full of flowers.
And
I wonder how they should have been together!
I
should have lost a gesture and a pose.
Sometimes
these cogitations still amaze
The
troubled midnight and the noon's repose.
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