miércoles, octubre 17, 2012

josé maría pallaoro. el sano juicio




El sano juicio

Hemos crecido bajo el concepto de la devoración del héroe. Las enciclopedias en ese momento y lugar pasaron de moda y belleza. Comimos del carbón su quebradizo despojo, sembrados en pozos construidos por nuestros padres. No vimos, ni participamos del inicio del fuego. Las cenizas que quedaron, primigenias sustancias minerales, no se detuvieron jamás y permitieron reconstruir la historia a nuestra manera, a nuestro sano juicio.
08.08.11

Nueva Roma

Estruja el papel y lo arroja al río. A la deriva, flota.
Bosteza en el día y se estira y se hace barquito.
Cruza el camino trazado por la natural corriente esencial de cualquier vivir.
Llega al mar. Deja la ciudad de los eternos vagabundeos de viejos y pálidos estilos para ingresar de una buena vez en los ojos del otro, de los otros (que aún no se animan a viajar a Roma).
20.09.11

La herida de París

La verdad es que no sé qué estaba haciendo en París. Lo único que recuerdo es que caminaba herido, y caminaba, caminaba… Un tren y catorce horas ya me alejaban de Roma. Y ahora en París, ¿puede haber algo más desagradable que la torre de Montparnasse?; y allí estoy, sangrando, en un piso cualquiera y sin una cámara en la mano. Y sin tus ojos que siempre miran por mí.
22.09.11

69

El deseo también es la realidad
Llueve. El patio de la morocha golpea las chapas del galpón que guarda extraños papeles. Pocos saben de las palabras que acompañan las hojas de tamaños y colores di-versos, difíciles. Ahí está la clave, dice Gerry Mulligan, soplando un sonido ligero como galgo.
Llueve, mucho, torrencial de vos, y el sol sigue, distraído, como la morocha que mira el patio y las flores y un mar que brilla lejos.
07.10.11

José María Pallaoro, La Plata, 1959
En 33 papelitos y una mora horizontal, Libros de la Talita Dorada, City Bell, 2012
imagen de Tommy Ingberg© – Still Standning, en Uno de los nuestros

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