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Los poetas oficiales
¿Amoldáis vuestra esfera a lo más íntimo del porvenir?
Perros enanos entecos, tenéis a vuestro servicio los escribientes nacionales, pajarracos de la patria.
Canasteros de los frutos del odio, no estoy arrepentido de tener a mi servicio las joyas y los frutos del deseo.
Principitos destronados de toda sangre de descomposición en la naturaleza.
Eugenios, Equis, Clauditos, perritos de ceniza.
de Las jaulas del sol, 1960
Carta de enero
1.
Tengo ganas de leer algo hoy.
Me sangra la poesía por la boca.
Yo era estudiante y me adoraba la Naturaleza,
pero estaba olvidado,
me hería la plenitud del Universo,
y ahora te sacudo a ti, montes de cabellos rojos,
tierras paradas en aguardiente correntino,
grandes balsas de agua alojadas en la boca.
El pavor es celeste, el líquido terreno es fuego,
los pavos reales han sido capados por el sol,
y yo ando por la siesta:
provocador de las grandes fuentes sombrías,
alojado en la voluntad animal.
2.
¿Dónde pedir auxilio sino en la Tierra?
El mar es un cantor inseparable.
Pero tú tienes también llamaradas acuáticas, Tierra.
¡Acuarelas para quién sabe qué candor!
Yo soy un niño y nadie me podrá recibir,
pero tengo coraje
y ese nativo puro que arroja los paisajes por la nariz.
Tengo un collar para todo lo que arde.
de El delito natal, 1963
Tembladerales de oro
El dolor ha abierto sus puertas al agua de oro del oro que arde
contra el oro de los ocultos tembladerales que largan el
aire de oro hacia los rojos destinos pulmonares con el
acuerdo de los fantasmas de oro coronados por los juncos
de oro bebiendo los caballos de oro los arrieros de oro
envueltos en los ponchos de oro —a veces negro a veces
rojo— y el caballero que repasa las lagunas de los oros
naturalmente populares el que se embarca en las balsas de
oro con todos los excesos de pasajeros de oro que manejan
los caballos de oro con los rebenques de oro bebiendo en
la limetilla de oro del barro de oro de los sueños de los
frescos del oro entre la majestad de las palmeras de oro
y de los ajusticiados y degollados en las isletas de oro
bajo los yacarés de oro del oro del amor.
de Tembladerales de oro, 1973
Franciso Madariaga, 1927-2000
*yves tanguy
Fuente: Antología de la poesía argentina, Selección e introducción de Raúl Gustavo Aguirre, Tomo II, Ediciones Librerías Fausto, Buenos Aires, 1979
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