martes, noviembre 08, 2016

alfonsina storni. selección

















Espera

He de darte las manos, espera, todavía
está llena la tierra del murmullo del día.
La bóveda celeste no deja ver ninguna
de sus estrellas... duerme en los cielos la luna.

He de darte las manos, pero aguarda, que ahora
todo piensa y trabaja -la vida es previsora-
Pero el corazón mío se esconde solitario,
desconsolado y triste por el bullicio diario.

Hace falta que todo lo que se mueve cobre
una vaga pereza, que el esfuerzo zozobre,
que caiga sobre el mundo un tranquilo descanso,
un medio todo dulce, consolador y manso.

Espera... dulcemente, balsámica de calma,
se llegará la noche, yo te daré las manos,
pero ahora lo impiden esos ruidos mundanos;
hay luz en demasía, no puedo verte el alma.

De Irremediablemente, 1919
***
Tanta dulzura…

Tanta dulzura alcánzame tu mano
que pienso si las frutas te engendraron,
si abejas con su miel te amamantaron
y si eres nieto excelso del verano.

Tanta dulzura no es de rango humano:
los dioses tus pañales perfumaron,
sobre tu sangre roja destilaron
ojos de niños, lasitud de llano.

Tanta dulzura, que cayendo al alma
mueve esperanzas, le procura calma
y todo anhelo de virtud corona.

Tanta dulzura, para bien sentida,
que digo al mal que me consume: olvida.
y al fuerte daño que me dan: perdona.

De Irremediablemente, 1919

***
Tentación

Afuera llueve; cae pesadamente el agua
que las gentes esquivan bajo abierto paraguas.
Al verlos enfilados se acaba mi sosiego,
me pesan las paredes y me seduce el riego
sobre la espalda libre. Mi antecesor, el hombre
que habitaba cavernas desprovisto de nombre,
se ha venido esta noche a tentarme sin duda,
porque, casta y desnuda,
me iría por los campos bajo la lluvia fina,
la cabellera alada como una golondrina.

De El dulce daño, 1918

Alfonsina Storni, Sala Capriasca, 1892- Mardel Plata, 1938
En Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1999



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