El
viejo cardigan azul de papá
Ahora está
colgado del respaldo de la silla de la cocina
donde me siento
siempre, como antes
en el respaldo
de la silla de la cocina donde él siempre se sentaba.
Me lo pongo cada
vez que entro
—como él, mientras
sacudía
la nieve de sus
botas.
Me lo pongo y me
siento en la penumbra.
Él no habría
hecho esto.
El frío —reducido al mínimo—llega desde
la médula de la luna en el cielo.
Sus leyes eran
secretas
pero recuerdo el
momento en que supe
que ellas lo
estaban volviendo loco.
Estaba parado en
la entrada del garaje cuando llegué.
Tenía puesto el
cardigan azul con los botones abrochados hasta arriba.
No solo porque
era una calurosa tarde de julio
sino por la
mirada en su rostro—
como un niño
pequeño vestido por alguna tía, temprano a la mañana
para un largo
viaje
en fríos trenes
y plataformas ventosas
que se sentará
en el borde de su asiento
mientras las
sombras como largos dedos
sobre los
pajonales que pasan
aun lo conmueven
porque está
yendo hacia atrás.
Anne Carson,
Toronto, Canadá, 1950
Versión © Silvia
Camerotto
imagen s/d
El texto original se publica incompleto por razones de copyright
Father's Old Blue Cardigan
Now it hangs on the back of the kitchen chair
where I always sit, as it did
on the back of the kitchen chair where he always sat.
I put it on whenever I come in,
as he did, stamping
the snow from his boots.
[...]
He was standing at the turn of the driveway when I arrived.
He had on the blue cardigan with the buttons done up all the way to the top.
Not only because it was a hot July afternoon
but the look on his face —
as a small child who has been dressed by some aunt early in the morning
for a long trip
[...]
over the haystacks that sweep past
keep shocking him
because he is riding backwards.