Balada de tres
A
cenar con mis viejos amigos:
él
está molesto. Ella nunca llega tarde.
Él
bromea, los ojos fijos en la puerta —
yo examino mi plato.
Ella
lo besa, pero en la mejilla—
eso
me favorece,
y
cuando ella ordena para los dos
él
no lo quiere
y
después pide justamente aquello. Maldita
sea,
lo
que el matrimonio hace con la gente —
y
si es ojo por ojo en cosas como esa
la
vida en común es lo mismo —
francamente
moriría soltera. Hasta
que
llega la comida
tratamos
de ponernos al día
mientras
jugamos con nuestros cuchillos,
y
todo el tiempo él se toma un trago
y
se pone sentimental —
aunque
su mano (dos veces) en mi rodilla
no
se siente accidental.
Amigos,
parecen cansados. La cena decayó—
pasen
la sal. Como suele ocurrir
una
pieza se soltó de la máquina de la ternura
y
yo quedé con la llave en la mano
y
no soy naturalmente fatalista:
aun
así, camino a casa, me doy cuenta
de
que hay más gaviotas muertas,
chicos
con muletas que lo habitual—
Una
pequeña excusa para fumar hasta el amanecer,
permitiéndome
beber a solas,
luego
resistir la urgencia de llamarlos y
por
dios, digamos que estoy pensando
que
hay muchos modos de pelar un gato,
más
aun de agitar las olas —
Una
puntada a tiempo puede salvar tu sombrero
pero
puede hacerte perder el saco.
Tiffany Atkinson, Berlín, 1972
de Catula Et Al, Bloodaxe books, Northumberland, 2011
versión © Silvia Camerotto
imagen de Marc Lagrange©, Silvermuseum, en Uno de los nuestros
Ballad of Three
To dinner with my oldest friends:
he’s pissed. She’s never late.
He banters, eyes strung to the door –
I scrutinise my plate.
She kisses him, but on the cheek –
that’s for my benefit,
and when she orders for them both
he’s having none of it
then orders just that. Bloody hell,
what marriage does to people –
and if tit-for-tat in things like that
is life together, equal –
frankly I’d die single. But
until the food arrives
we make a stab at catching up
while toying with our knives,
and all this time he knocks it back
and waxes sentimental –
although his hand (twice) on my knee
does not feel accidental.
Friends, you look tired. The dinner’s dead –
pass the salt. In the usual manner
a part has come loose in the tender machine
with me left holding the spanner,
and I no natural fatalist:
still, walking home, I notice
more than the usual incidence
of dead gulls, kids on crutches –
Slim excuse to smoke till dawn,
indulge in solo drinking,
then resist the urge to ring them and
for christ’s sake, say I’m thinking
how you’ve umpteen ways to skin a cat,
still more to rock a boat –
The stitch in time might save your hat
but make you leave your coat.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario