Santamaría
Todo ocurrió
hace tiempo—
un turbio,
lechoso precipitado
de
algunos años atrás acercándose al fin,
como la
agitación de una alcantarilla pluvial. La furia del camino reventó sus lados;
todo era
incierto en la Vía Negativa
menos la
certeza del regreso, regreso
a lo
cercano.
Un cuerno
sonaba noche y día,
convocando los fieles a la oración, los infieles al placer.
En ese
callejón indecoroso primero lancé
una broma
a tus labios cómicos, tramposos e insolentes:
¿Qué si
todos ignoramos todo lo que nos ha ocurrido,
la
canción que comienza a medianoche,
más tarde
el sueño de canónigos y moho
cerca de
donde fluía el Aqueronte?
Pero soy el
único, ahora, vine porque llorabas y tuve que hacerlo.
Las cortezas
trenzadas amortiguan la aldaba, pero el timbre
penetra profundo
en el cerebro del que vivió acá.
Oh nubes
salobres y peligrosas,
la luna
es inequívoca.
John
Ashbery, Rochester, 1927
A worldly country, New poems, Harper
Collins Publishers, New York, 2007
versión©Silvia Camerotto
Feverfew
It all happened long ago—
a murky, milky precipitate
of certain years then drawing to a close,
like a storm sewer upheaval. Road rage had burst its flanks;
all was uncertain on the Via Negativa
except the certainty of return, return
to the approximate.
Night and morning a horn sounded,
summoning the faithful to prayer, the unfaithful to pleasure.
In that unseemly alley I first exhaled
a jest to your comic, crumb-crusted lips:
What if we are all ignorant of all that has happened to us,
the song starting up at midnight,
the dream later, of lamb’s lettuce and moss
near where Acheron used to flow?
But it’s only me, now, I came because you cried and I had to.
Plaited bark muffles the knocker, but the doorbell
penetrates deep into the brain of one who lived here.
O brackish clouds and dangerous,
The moon is
unambiguous.