lunes, junio 07, 2010

la vida fue cortando los piolines


Lunfasoneto

Quizá no escriba yo como es debido,
el abc que dicta la poesía,
pero este, mi sover polentería,
es simple como el barrio en que he nacido.

Es cierto que le supe dar tupido
a César Tiempo, a Yunque y a Centeya,
más cuanto me batieron las estrellas
lo dice el cuore como lo ha sentido.

Y si mi rima a veces no respeta
la relación de lo versificado,
no pienso que sea grande mi pecado.

Si puntos grossos han elaborado
sonetos disonantes y elevados,
permítanme jugarla de poeta.

De cuando parábamos la “Pulpo” de veinte guitas, para que la chata corralonera te cruzara, y no soñabas con ese manto impiadoso de alquitrán que sepultó tu empe¬drado de lunas, al que la lluvia, alguna vez, le regaló la ilusión de ser espejo...

A la yeca

Fuiste el patio de juegos de purrete.
De la rayuela, el punto y revoleada.
Del potrero, el buzón y la cortada,
de aquel primer romance de juguete.

Del croto que atorraba en el pasaje,
y el curda que piantaba del boliche.
Del tano remendón y cocoliche,
que detrás de un patín se fue de raje.

De la barra esquinera en aquel feca,
y el picado en tu piso de adoquines.
Testigo de inocentes berretines.

La vida fue cortando los piolines.
Y en un adiós de fueyes y violines,
te bate mi emoción: ¡fuiste la yeca!.

Horacio Di Giuseppe, Buenos Aires, 1940
Inéditos
imagen: s/d

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