miércoles, mayo 13, 2009

oh mi pródigo



Viajes II

Y aún este gran guiño de la eternidad
De mareas ilimitadas, de derivas desencadenadas,
Amortajado en brocados y conducido adonde
Su vientre de ondina se curva hacia la luna,
Riéndose de las retorcidas inflexiones de nuestro amor;

Tomemos este mar, cuyo diapasón resuena
A blancas sentencias de muerte en rollos de plata,
el reino del terror en cuyo encuentro se desgarra
mientras su conducta señala bien o mal,
todo menos la piedad en mano de los amantes.

Y en adelante, mientras callan las campanas de San Salvador
saluda al brillo azafranado de la flor de estrella
en estos prados de pascueras de sus mareas,
adagios de islas, oh mi Pródigo,
acaba con las oscuras confesiones que conjuran sus venas.

Observa como el giro de sus hombros mueve las horas,
Y apresúrate mientras sus ricas palmas indigentes
Pasan sobrescribiendo las doblegadas olas y la espuma, —
Apresúrate, mientras sean ciertas, — sueño, muerte, deseo,
Se cierran en un instante en una flor de agua.

Sujétennos al tiempo, oh Estaciones claras, y deslumbrantes.
O juglares de los galeones del fuego del Caribe,
No nos lleven a las orillas terrenales hasta que
Sea respondida en el vórtice de nuestra tumba
La mirada amplia y circular de la foca hacia el paraíso.


Hart Crane, Ohio 1899- New York, Mexico 1932
imagen: Gao Xinghian, Ink on rice painting.

versión © silvia camerotto


Voyages II

And yet this great wink of eternity,
Of rimless floods, unfettered leewardings,
Samite sheeted and processioned where
Her undinal vast belly moonward bends,
Laughing the wrapt inflections of our love;

Take this Sea, whose diapason knells
On scrolls of silver snowy sentences,
The sceptred terror of whose sessions rends
As her demeanors motion well or ill,
All but the pieties of lovers' hands.

And onward, as bells off San Salvador
Salute the crocus lustres of the stars,
In these poinsettia meadows of her tides,
Adagios of islands, O my Prodigal,
Complete the dark confessions her veins spell.

Mark how her turning shoulders wind the hours,
And hasten while her penniless rich palms
Pass superscription of bent foam and wave,—
Hasten, while they are true,—sleep, death, desire,
Close round one instant in one floating flower.

Bind us in time, O Seasons clear, and awe.
O minstrel galleons of Carib fire,
Bequeath us to no earthly shore until
Is answered in the vortex of our grave
The seal's wide spindrift gaze toward paradise