jueves, marzo 19, 2009

a mi lado ella no hablaba

leonardo_da_vinci_hands_sketch*
II
Antes de dormir fumé el último cigarrillo.
A mi lado ella no hablaba,
establecía el límite preciso
que ocupaba en la cama.
No advertía sus ojos empañados
aunque más verdaderos.
Movía el tablero y las piezas se ajustaban
a una geometría perfecta de torres inclinadas.
Así supe que la realidad no es lo que vemos
sino el desierto en el que me muevo
donde raramente llego a tomar agua
y cuando lo hago me gusta su sabor
pero estoy solo
sin la mujer del velo que me completaría
acaso, ¿dónde?, por ahí en las briznas de un Chopin
que es un estudio exclusivamente mental.
Sin embargo, camino en el desierto
pisando a fondo la materia.
En ese humo aspirado con fruición
veo las líneas del deseo tendidas
como si esa acción tan prosaica
fuera la única posible en una obra
donde sólo hay dos siluetas
formadas por las luces de la escena.

de Ruido de fondo, 'Ruido de fondo', Trópico Sur, volumen I, 2001.

el agua
La fiesta del agua abre su cuchilla de filos
y penetra en la aurora.
La aurora como el agua restaura el ocaso.
¿Cómo recordarte ahora, cómo nombrarte
ahora que el agua en mis manos
se quiebra en las grietas de tu cuerpo?
Grávida el agua de olvidada esmeralda
grávido tu reverso en el espejo
Iza el idilio su anillo de adulterio.
Translúcida queda atrás el agua incesante
la sucesión interminable de gotas
que mojaban nuestros cuerpos
cierta sedienta mañana de abril.
Sí, Carver, es bueno vivir cerca del agua
estar en los sitios donde las aguas se unen
a otras aguas, pero ahora el río está seco
y la distancia inventa una fricción cavilosa
que vuelve trágica la comedia,
como sentirse recorriendo a una ruta desconocida
a bordo de un descapotable a gran velocidad
y sólo el viento furioso te acompañara
al borde del peñasco último
y en eso consistiera el placer
más allá de la fricción del agua sobre mis ojos
que vuelve cómica la tragedia.
Pensé entonces en mi vida
había oído un sonido semejante
como ese que ahora caía
desde las piedras.
Elemental e inalterable en su pureza
más díafan que cualquier mañana
su sabor no es de este mundo,
su levísima caída en tu cuerpo
recupera todas las cosas perdidas.
En la fragilidad del agua está tu fuerza
cada mañana al despertar.

de Ruido de fondo, 'Poemas dispersos', Trópico Sur, Volumen I, 2001

VII

Reflejos de agua sobre las hojas
marrones en la base de cemento
que rodea el tanque.
Cuidades enteras bajo agua.
Miles de bocas bajo canillas secas
lo seco y lo mojado
lo árido y lo fértil
Ambivalencia del agua.
Recorte del texto: equilibrio
entre lo dicho
y lo no dicho.
Desde cierto punto de vista
el tanque podría ser también
un tanque de guerra
o --al menos-- una trinchera.

de Tanque australiano, Ediciones Gog y Magog, Buenos Aires, 2007

Marcelo Leites, Concordia, Entre Ríos, 1963
sitios: la biblioteca de marcelo leites, autores de concordia
*leonardo da vinci

No hay comentarios.: